Derecho penal de la sociedad feudal
Enviado por isa6424 • 21 de Marzo de 2013 • Ensayo • 2.819 Palabras (12 Páginas) • 486 Visitas
DERECHO PENAL DE LA SOCIEDAD FEUDAL
Es innegable que el modo de producción feudal aseguró el incremento de las fuerzas productivas de la sociedad y constituyó un paso más en la Historia Humana. Tal incremento repercutió ostensiblemente en todas las ramas de la economía, tanto rural como urbana, debido al perfeccionamiento de los medios de producción y el aumento de la división del trabajo; los adelantos logrados en la técnica, en la minería, en la siderurgia, en la producción de energía y otras ramas de la producción ejercieron gran influencia en el desarrollo de las fuerzas productivas.
Conforme avanza la técnica las relaciones de producción del régimen feudal comienzan a rezagarse de las fuerzas productivas y a convertirse en una traba para ellas. Entran en conflicto las fuerzas productivas y las relaciones de producción, creando las condiciones para una revolución económico social a fin de reemplazar el modo de producción feudal por otro más progresivo.
Estas contradicciones económicas -la contradicción entre la índole natural de la producción feudal y su mercantilización, fruto del desarrollo de la división del trabajo y del aumento de la producción, por ejemplo trajeron consigo los antagonismos de la Sociedad Feudal, el mayor de los cuales lo constituyó la lucha entre las dos clases fundamentales: los señores feudales (propietarios de los medios de producción) y los productores directos (campesinos y artesanos), que vivían en condiciones de subordinación personal de los señores. Reviste importancia en la sociedad feudal la contradicción, que a medida que se desarrollaba la producción se iba agudizando entre los señores feudales, sostenedores de la producción natural, por un lado y los comerciantes usureros que se formaron dentro de las ciudades (las clases burguesa-comercial-usuraria) defensores de la mercantilización del sistema productivo por el otro.
Los grandes descubrimientos geográficos de fines del siglo XV y principios del XVI, dieron mayor impulso al desarrollo de las fuerzas productivas, constituyéndose el mercado Internacional, aumentando la demanda de diversas mercancías que la artesanía no podía cubrir, terminando ésta por ser desplazada por la manufactura.
La manufactura concentró bajo un mismo techo un número considerable de operarios, llevó a cabo una basta distribución del trabajo y con ello elevó extraordinariamente su rendimiento. El aparecimiento de la manufactura dio lugar a otro modo de producción: el capitalismo, de las entrañas del feudalismo y el nacimiento de las clases antagónicas que le son inherentes: el proletariado y la burguesía.
Así pues para que la producción capitalista pudiera generalizarse, era preciso que se dieran las siguientes condiciones:
1 - El desarrollo del mercado;
2 - La aparición de nuevos avances técnicos que posibilitaran nuevos métodos de producción; y
3 - El surgimiento de dos nuevas clases sociales: La Capitalista y la Obrera o Proletaria.
De tal manera pues que, al ser reemplazado el Feudalismo, que ya en los siglos XVI y XVII había perdido su carácter histórico progresista, convirtiéndose en freno del avance social y técnico, por la Sociedad Capitalista, surge una nueva superestructura política, de la cual es parte importantísima un nuevo tipo de Estado: el Estado Burgués, el último tipo de Estado explotador.
Esta sustitución, (la del Estado de Tipo Feudal por el Burgués) dio lugar a que el poder político en manos de la clase de los señores feudales pasara a manos de la clase de los capitalistas, como producto de diversas revoluciones burguesas a las que dio comienzo la Revolución Holandesa de finales del siglo XVI y la Revolución Inglesa de mediados del siglo XVII (ésta se caracteriza por su notable influencia en el curso de la historia del mundo). La Revolución Francesa, el acontecimiento más relevante en la formación de los Estados de tipo burgués, iniciada en 1789, asestó el golpe decisivo no sólo a las órdenes Feudales de Francia, sino también, en el mundo entero.
Es de señalar que, en virtud de la Ley de Concordancia entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas, el viejo y caduco modo de producción feudal vino a ser reemplazado por otro nuevo más progresivo, por el capitalismo. Comparada con el feudalismo, la Sociedad Capitalista significaba un notable paso de avance. En el marco de esta Sociedad y del Estado Burgués, se habrían vastos horizontes para el desarrollo de las fuerzas productivas, para el progreso de la vida social y política.
Desde los inicios del capitalismo y su lucha por el poder en contra de los señores feudales, sus ideólogos promovieron varias ideas políticas progresistas, tales como "Soberanía del Pueblo", "Derechos Humanos Naturales e Inalterables", etc., ideas que más tarde obtuvieron su expresión formal y jurídica en las Instituciones de las Democracias burguesas y desempeñaron un papel relevante en el progreso de la Sociedad.
Y es que, la afirmación del tipo burgués de Estado conlleva la supresión de los privilegios feudales y de las limitaciones estamentales, la proclamación de la igualdad formal de los ciudadanos ante la Ley, de importantes derechos y libertades políticas y personales, tales como libertad de palabra, de prensa, de conciencia, etc.. Se delimitaron las esferas de la actividad estatal a tenor del principio de la separación de poderes, concentrándose el poder legislativo en los órganos representativos electivos (Los Parlamentos), se definieron los límites estrictos de la actividad de los órganos administrativos y judiciales y se reconoció la inamovilidad de los jueces y su independencia.
Si bien es cierto que este nuevo tico de Estado permitía que las masas populares participaran en la vida política en forma mucho más activa que en las condiciones del feudalismo, también es cierto que tal sistema estatal no libro de la explotación, la opresión y la miseria a las clases trabajadores ni otorgó la igualdad social ni la libertad genuinas. Porque a pesar de las retumbantes declaraciones, no fue la expresión de la voluntad común, sino la legalización política del dominio del capital sobre el trabajo, ya que los órdenes Democrático-Burgueses, incluso los más progresistas, no extirparon la esclavización clasista de los trabajadores, sino que fueron los portadores de formas nuevas más sutiles de explotación.
Veamos si no es cierta tal afirmación, que el Estado Burgués antepone principalmente la coacción económica, y no la extraeconómica, de las masas laboriosas, a fin de que trabajen para los explotadores, siendo ésta una característica que le distingue de los demás Estados de los tipos históricos que le precedieron. Dicha coacción afianza las condiciones mismas de
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