Diario II República
Enviado por AlekSnchez • 22 de Noviembre de 2013 • 1.087 Palabras (5 Páginas) • 261 Visitas
12 de Abril de 1931
Hoy no iba a ser un día cualquiera, y de hecho no lo ha sido, a pesar de que para mí ha amanecido tal y como lo han hecho todos y cada uno de los días que dejo a mi espalda, bastante oscuro. Por ello merece especial mención en estas páginas. Apenas dos meses después de que aquel, al que se supone que tenemos que llamar Alfonso XII Rey de España, designara como nuevo jefe de Gobierno al incompetente militar Juan Bautista Aznar, hoy el ente que tiene designado por cerebro con el nombre de Romanones, nos convocaba a cada uno de los españolitos y, esta vez sí, por primera vez españolitas mayores de veintitrés años a las elecciones municipales de concejales para los pueblos y ciudades de España.
Por la calle me percaté de un bullicio bastante más estrepitoso de lo que debía de ser un domingo a esas horas de la mañana por Madrid.
Nada más entré en el colegio electoral que me fue designado, se me hizo extraño escuchar voces femeninas. Por sus palabras se apreciaba que no tenían muy claro el método, pero en sus voces se notaba por primera vez la satisfacción de poder participar en asuntos tan suyos como de cualquier otro ciudadano. Sin embargo, no creo que en la mayoría de los casos fueran sus propios principios los que sufragaban ese sentimiento, ya que no es una atrocidad pensar que ciertos factores consorte y devotos tuvieran una mínima autoridad como para ensimismarlo.
Me fui acercando a la mesa electoral con mi voto en la mano. Noté con el bastón un obstáculo por mi lado derecho, y cuando me quise dar cuenta mi papeleta cayó al suelo. El buen hombre con el que creía haberme chocado la recogió y me la devolvió. Sin embargo las arrugas del sobre eran distintas. Parece algo asombroso, pero la naturaleza es sabia, y cuando por circunstancias de la vida te ves despojado de alguna de las facultades fisiológicas más básicas, te compensa potenciando algunas de las restantes.
No dudé en guardarla en el bolsillo del abrigo, y coger una nueva asegurándome de que lo que iba a introducir en la urna, era lo que realmente defendía.
Por la tarde los medios de comunicación, tanto prensa como radio, empezaron a informar sobre el transcurso de las votaciones. Ciñéndome, por mis posibilidades, a escuchar exclusivamente la radio, anunciaban que salvo un intento de compro de votos en Murcia capital, y la no constitución de algunas mesas electorales, no hubo más incidentes. En cuanto a los resultados, los primeros escrutinios indicaban una victoria republicana en los principales núcleos urbanos, sin embargo en la mayor parte del resto de municipios rurales otorgaban una mayoría de concejales monárquicos.
Creo que esta noche me voy con un alto grado de incertidumbre a la cama, no sé si deberíamos celebrar algo o no.
13 de Abril de 1931
La duda que se quedó en mí anoche hizo que esta mañana, nada más empezar el día, buscase una radio a la que arrimar la oreja. Al salir a la calle, empecé a escuchar gente gritando ¡Viva la república!, me parecía que los primeros escrutinios de ayer no habían ido tan mal como imaginé. Decepcionantemente en cuanto conseguí acercarme a una radio pensé
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