Discurso De Zapata
Enviado por fireegirl • 5 de Mayo de 2013 • 1.139 Palabras (5 Páginas) • 451 Visitas
Emiliano Zapata
"A los pueblos engañados"
Discurso pronunciado el 22 de Agosto de 1918
"Conciudadanos: todavía es tiempo de que os alejéis del profundo abismo, todavía es tiempo de que volváis al buen camino y dejéis a vuestros hijos la herencia más preciosa que es la libertad, sus derechos inalienables y su bienestar; podéis aún legarles un nombre honrado que por ellos sea recordado con orgullo, con sólo ser adictos a la revolución, y no a la tiranía personificada de Carranza..."
"El Cuartel General a mi cargo, siempre deseoso de encarrilar a los pueblos por el sendero de la libertad, del bienestar y del progreso procurando siempre arrancarles la venda del obscurantismo y del error que pudiera extraviarlos, hacerlos caer una vez más entre las férreas cadenas de la esclavitud y de la más degradante miseria, hoy ha estimado de su deber dirigirse a todos los habitantes de todas las poblaciones que actualmente asumen una actitud hostil a la revolución, con el fin de persuadirlos a que depongan esa conducta y francamente se unan a la causa popular, desligándose en absoluto del vandálico y nefasto bando carrancista.
El movimiento revolucionario se ha iniciado y ha sostenídose, a no dudar, para bien de la clase humilde del país, y ésta ya ha saboreado los frutos que trae consigo la revolución. El Cuartel General que me honro en dirigir, consecuente con los altos fines que se persiguen, en todo tiempo se ha preocupado porque los pueblos y demás comunidades comprendidas en la zona dominada por el Ejército Libertador, goce de todas clase de garantías en sus personas e intereses, y al efecto, ha expedido las disposiciones conducentes, entre las cuales se encuentra la circular del 31 de mayo de 1916, que permite a los vecinos de cada lugar armarse y organizarse para defenderse de los malhechores y de los malos revolucionarios.
Los pueblos, correspondiendo a los nobles y benéficos procedimientos del Cuartel General, lejos de volver sus armas en contra de la gran revolución agraria, deben por su propia conveniencia secundarla, uniéndose a ella, procurando a lo menos ayudarla con elementos de vida, pues que los soldados libertadores para su subsistencia necesitan el auxilio de los pacíficos o no combatientes. La circular antes citada, a la vez que se propone otorgar amplias y cumplidas garantías, a toda persona, le crea obligaciones imprescindibles, sólo mientras dure el estado de guerra; estas leves cargas son perfectamente soportables, puesto que los pueblos hoy por hoy, están relevados de toda contribución, lo mismo que exentos de pagar toda renta por el cultivo de tierras.
Por otra parte, las autoridades municipales y el vecindario de cada localidad, están en la obligación de no confundir la mala conducta de algún falso revolucionario con la del Cuartel General, transformando un asunto personal en cuestión relacionada con los intereses de la revolución; porque si es cierto que hay jefes desordenados e intemperantes, el Cuartel General en nada interviene a su favor, procediendo, al contrario, incontinenti, a reprimir cualquier atentado contra personas o intereses, estimando que un pueblo está en su derecho para obrar con energía respecto de algún militar abusivo, pero no así a oponerse al curso de la propia revolución.
Además, es preciso que los pueblos a que aludo se den cuenta de que el carrancismo está próximo a derrumbarse y que en su caída arrastrará a muchos inocentes engañados. Así lo indican los acontecimientos que ocurren. Carranza
...