EL LÍMITE DEL CAOS
Enviado por lumarquez1993 • 25 de Junio de 2016 • Trabajo • 8.387 Palabras (34 Páginas) • 509 Visitas
Chapter 1
La obra Crepúsculo le pertenece a Meyer.
Hola, bienvenidas.
Espero que les guste.
EL LÍMITE DEL CAOS
Del bosque a la jungla.
Había huido de Forks cuando tenía diecinueve años.
Se despidió de su padre, quien la miraba de manera estoica desde el otro lado del
cristal. Un simple gesto de levantar la mano y decir adiós resumió en él la
melancolía y la soledad que le producía despedirse de su única hija.
Durante seis meses mintió a Charlie sobre los motivos por los cuales dejaba la
ciudad; ya que por dos años insistió en que su único lugar era aquel pequeño,
lluvioso y aburrido pueblo.
Él la había convertido en ese ser oscuro, miedoso y vulnerable.
De aquella chica graciosa que adoraba bailar aunque no lo hiciera muy bien por su
torpe naturaleza no quedaba nada.
Abandonó a sus amigos, sus libros y su música; toda su niñez murió aquel día.
Ese día, una semana después de graduarse, llegó a su casa con un brazo
fracturado y el rostro golpeado e hinchado. Prefirió contarle a su padre sus
aventuras y correrías con las motos que decirle la verdad.
Aún podía recordar el rostro lívido de Charlie, quien por momentos se olvidó de
respirar pensando en que su niña pudo haber muerto por uno de aquellos malditos
aparatos que él ni sabía que manejaba.
Bella agradeció el largo castigo que éste le impuso, así podría esconderse en su
habitación sin temor a encontrarse con él en alguna calle y terminara con lo que
había empezado esa terrible tarde del jueves.
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En su habitación de niña, Isabella lloraba ahogando sus gemidos entre las cobijas
y almohadas. No podía dejar que Charlie la oyera. No podría ver su decepción y su
culpa al saber que ella lo había desobedecido, y sobre todo que no la había
protegido de él.
En algunas ocasiones, cuando la rabia y la impotencia eran más grandes que ella
misma, cuando la sesión de llanto se prologaba por toda la noche dejando sus ojos
como prueba de ello y tenía que enfrentase a Charlie en las mañanas, simplemente
mentía más, y cada vez mejor. Decía que el yeso le molestaba, que cuando hacía más
frío de lo usual el dolor era insoportable, peor aún, sacaba a colación la muerte de
Renée.
Tema vedado en la casa, ya que su padre aún no lo superaba aunque en el
momento de su muerte llevaban casi trece años de divorciados.
Su pobre papá, un hombre dulce y tierno pero que no tenía la menor idea de cómo
tratar con una hija, mucho menos una adolescente y que además era pésimo lidiando
con los sentimientos, sobre todos los propios, tan sólo atinaba a llamar al doctor
Gerardy. Él era la única persona que sabía lo que realmente ocurrió, pero había
accedido a los ruegos de Bella.
Él temía que, al saberse la verdad, se desataría una tragedia de grandes
proporciones, no sólo por Charlie sino por la familia del directamente implicado y
por la naturaleza violenta del muchacho.
LIBROS, MÚSICA, MOTOS Y RENÉE.
Dejó de escribir en su diario. Le amargó leerlo, la niña que allí se hallaba y la
persona que era ahora no tenían ni punto de comparación.
La Isabella de su diario vivía en una burbuja: obsesionada por los libros, por la
música, con oscuros secretos, si es que así se podían llamar a sus gustos por Poe o
Lovecraft, Rimbaud, Nietzsche, por la novela inglesa del siglo XIX o por aquellos
poetas que vivían entre los rincones de una biblioteca.
En cuanto a la música, no podía negar ser una adolescente: Britney Spears o Avril
Lavigne tenían su espacio en la pared de su habitación, y en algunas ocasiones
cantaba a voz en cuello o en la ducha.
Recordaba que en aquella fiesta le dedico a él TOXIC, porque precisamente eso
era él para ella: toxico y alucinante. Sin embargo, su madre y su genética de rebelde
rockera y trashumante le habían dejado su pasión por Black Sabbath, The Doors,
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Led Zeppelin y The Clash, además por el blues, el jazz y Rachmaninov. ¡Oh, sí! su
madre y su naturaleza salvaje.
Ahora, los libros eran el enemigo. ¿Cuántas veces ha soñado los paisajes de
Cumbres Borrascosas, Jane Eyre y Orgullo y Prejuicio? Ella estaba atrapada por una
pasión capaz de alterar los sentidos y despertar la conciencia.
Quizás era aquel ideal lo que la había llevado a él de manera tan ciega. Su
imaginación y su deseo le habían tendido una trampa.
Nada era verdad. Ella era como él se lo dijo aquel día: "una mosca muerta"
Los libros y la música eran un recordatorio de la voluptuosidad negada.
Renée se había vuelto a casar cuando ella contaba 14 años de edad. Su padrastro,
Phill, era mucho menor que ella. La primera vez que los vio juntos pensó que eran
tal para cual. Aún se acordaba de la sesiones de karaoke donde ambos, como un par
de niños, cantaban Born to be wild.
Su madre, quien le enseñó a montar en moto. Ése era su "sucio secreto" Ni
siquiera Phill lo sabía. Aún siendo menor que Renée, le daba pavor conducir la
semejante monstruosidad que era esa vieja moto guardada en el garaje.
Su madre y su padrastro murieron a los dos años de matrimonio. Un borracho los
atropelló cuando ambos venían de un entrenamiento de Phill en Detroit; Renée
amaba las motos, pero le aterraban los aviones.
Su padre la levantó a las cuatro de la mañana para contarle sobre la tragedia.
Bella presentía que Charlie se apresuró para decirle sobre el accidente no sólo por
la urgencia de la noticia, sino porque él necesitaba más consuelo que su propia hija.
Ella no pudo evitar llorar un mes después cuando escuchó en la radio un especial
sobre las grandes canciones de los setentas; sus lágrimas arrulladas por la voz de
Robert Plant cantando Stairway to heaven.
El duelo fue llevado en silencio, de manera estoica y resignada. Poco a poco, la
mención del nombre de Renée se fue haciendo prohibida tácitamente.
Phill, bendito sea, un año antes de morir adquirió un seguro de vida por más de
ciento cincuenta mil dólares.
Eso la sorprendió. Su relación con él fue cordial, pero gracias más al carácter
bonachón de éste que por la misma Bella, quien era excesivamente tímida con él.
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Seguramente Renée
...