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EL PRINCIPE


Enviado por   •  3 de Enero de 2014  •  2.964 Palabras (12 Páginas)  •  295 Visitas

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NICOLAS MAQUIAVELO

EL PRINCIPE

Capítulo I:

Todas las dominaciones que han ejercido soberanía sobre los hombres son principados. Pueden ser hereditarios o nuevos y dentro de estos como miembros agregados del Estado hereditario del Príncipe que los adquiere.

Capítulo II:

Es más fácil conservar un Estado hereditario que uno nuevo, si se pierde se tendría que esperar el primer error del usurpador para reconquistarlo.

Capítulo III:

Si un Principiado nuevo se suma a uno hereditario, se denomina mixto. Tiene más dificultades como que los súbditos desean cambiar de Señor creyendo mejorar y se ponen contra él, luego la experiencia les enseña que han empeorado.

Si los dos Estados pertenecen a la misma Provincia, tienen la misma lengua y costumbres son más fáciles de gobernar, basta con borrar la línea del Príncipe anterior y respetar las costumbres y ventajas de los hombres que ocupan las tierras.

En el caso que se hable otro idioma y tengan otras costumbres, una solución sería que el príncipe se mude a su nueva ciudad, así puede ver nacer los desordenes y reprimir con prontitud, además los súbditos están más satisfechos porque pueden recurrir a él fácilmente y tienen más oportunidades de amarlo y temerlo.

Otro remedio es mandar colonias a puntos clave del nuevo estado. Las colonias no gastan mucho ya que se perjudica a quienes se les arrebatan los campos y casas (que son pobres), por lo cual no representan un peligro y los demás como no se sienten perjudicados y tienen miedo de serlo al querer defenderlos, se mantienen tranquilos. Si se utiliza la ocupación militar el gasto es mayor para mantener a los soldados y se genera incomodidad por el alojamiento de las tropas.

Nunca debe entrar en el estado alguien igual de poderoso que el príncipe, ya que los que no están satisfechos se le unirán y se transformarán en enemigos, el príncipe debe ser el defensor de los menos poderosos y debe debilitar a los de mayor poderío. El que ayuda a otro a hacerse poderoso causa su propia ruina.

No solo se debe pensar en los problemas presentes sino también en los futuros, si se espera que ocurran se volverán incurables.

Capítulo IV:

Pueden existir dos formas de gobierno, mediante un príncipe que elije entre sus ciervos los ministros que lo ayudarán a gobernar o príncipes asistidos por la nobleza. Estos nobles tienen estados y súbditos propios mientras que el príncipe con ciervos posee mayor autoridad.

El primero resulta más difícil de conquistar ya que no se contará con el apoyo de los ministros que son ciervos y de poder sobornarlos, nadie los querrá obedecer por respeto al Príncipe original. Pero una vez conseguida la victoria, eliminando al príncipe y su linaje, no se pueden rehacer los ejércitos ya que nadie goza de poder en el pueblo.

Por el contrario, los nobles pueden facilitar la conquista pero será muy difícil mantenerla, se deberá luchar contra los que te han ayudado y contra los que has oprimido. No basta con eliminar al Príncipe y su linaje, sino también con la nobleza, lo que resulta imposible. La única forma es lograr la extinción de los miembros originales de la nobleza a través del tiempo.

Capítulo V:

Distintas formas de ocupar una ciudad con leyes propias y acostumbrada a vivir en libertad:

• Destruirla.

• Radicarse en ellas.

• Dejarlas utilizar sus leyes y obligarles a pagar un tributo y crear un gobierno de pocas personas.

Capítulo VI:

Principiados adquiridos con armas propias y talento personal, las dificultades nacen de las nuevas leyes. El innovador se transforma en enemigo de los que se benefician de la legislación antigua y la amistad tibia de los que se benefician de la nueva por el temor hacia los enemigos del príncipe por sus decisiones y ya que no se fían hasta que ven los frutos.

Los pueblos son tornadizos, si es fácil convencerlos de algo, es difícil mantenerlos fieles a esa convicción, principalmente si no se cuenta con el poder de las armas.

Capítulo VII:

Quienes adquieren un principiado con las armas y la fortuna de otros, no se mantienen sino por la voluntad y fortuna de quienes los elevaron. Deben exterminar a los descendientes anteriores, atraerse a los nobles, reducir el colegio a voluntad adquirir todo el poder que fuese posible.

Capítulo VIII:

Los que llegan al poder mediante crímenes, se caracterizaron por hacer un “buen uso” de la crueldad, ya que la aplicaron de una sola vez por absoluta necesidad y no insistieron en ellas. Mal empleadas son las que poco graves crecen. Durando menos, hieren menos aunque los beneficios hay que administrarlos de a poco para que se disfruten mejor.

Capítulo IX:

Cuando no se incurre en crímenes ni violencia, sino gracias al favor de los compatriotas, estamos ante un principado civil. Puede estar implantado por el pueblo, cuando no pueden hacer frente a los grandes y le dan autoridad, que nadie desobedecerá. También la nobleza lo puede colocar en su posición, cuando ven que no pueden resistir al pueblo y lo hacen príncipe. Mediante los nobles, es más difícil conservar el puesto ya que los que se unan por conveniencia, no dudaran en oponérsele cuando se presente una adversidad y se debe ganar al pueblo, conquistarlo dándole protección. El pueblo debe sentir que depende del estado.

Capítulo X:

Cuando se miden las fuerzas de un principiado se observan dos tipos, los que por abundancia de hombres y dinero pueden armar un ejercito contra un atacante o los que necesitan la ayuda de otros. En este caso es recomendable que como en Alemania fortifiquen su ciudad y tengan muros, fosos, artillería y almacenes con comida y bebida para un año, asi como trabajo para sus obreros. De esta forma si una fuerza busca ocupar el principado, no podrá y si sitian la ciudad tendrá recursos para un tiempo mayor al que cualquiera pudiese permanecer esperando que ellos se den por vencidos. El rey mantendrá al pueblo unido dando esperanzas de que durara poco y generando temor con los destrozos que realizara el enemigo si llega a entrar.

Capítulo XI:

Los principados Eclesiasticos poseen todas las dificultades antes de poseerlos, se adquieren o por valor o por suerte y se conservan sin ninguno de estos ya que se apoyan en antiguas instituciones religiosas que mantienen a sus príncipes en el poder sin importar el modo en el que actúen y vivan. Son los únicos que poseen estados y no los defienden, súbditos y no los gobiernan y que a pesar de ello no les son arrebatados. Son los únicos principados seguros y felices.

CapítuloXII:

Las tropas mercenarias son inútiles y peligrosas, el principado que las utilice nunca estará

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