Fichas De Historia
Enviado por 50cent • 27 de Mayo de 2013 • 2.545 Palabras (11 Páginas) • 503 Visitas
(Ficha 4)
TEORÍA DE LOS INSTINTOS
• El poder del ello está en satisfacer las necesidades innatas.
• El propósito del Yo es conseguir mantenerse vivo y protegerse contra los peligros del la angustia.
• La función principal del Super Yo consiste en la restricción de las satisfacciones.
Existen varios instintos pero los 2 más importantes son el Eros (instinto de vida) y el Thanatos (instinto de muerte o destrucción).
En las funciones biológicas ambos instintos básicos chocan o se combinan entre sí. Por ejemplo, el acto de comer equivale a la destrucción del objeto, con el objetivo final de su incorporación. El acto sexual equivale a una agresión con el propósito de la más íntima unión. Por ejemplo, las modificaciones de la proporción en que se fusionan los instintos tienen las más decisivas consecuencias. Un exceso de agresividad sexual bastaría para convertir al amante en un asesino perverso, mientras que una profunda atenuación del factor agresivo lo convertiría en tímido o impotente.
Estos instintos básicos no se encuentran en ninguna parte de la mente en especial sino que están en todas partes y siempre buscan satisfacerse. Por ejemplo, así como la satisfacción de una necesidad produce placer, los instintos de vida y de muerte también buscan satisfacerse, de ahí que haya personas que encuentren satisfacción en hacer cosas aún sabiendo que son nocivas para sí mismos (expresión tanática) .
Mientras Thanatos actúa internamente, como instinto de muerte, permanece mudo y solo nos damos cuenta de él una vez que es dirigido hacia fuera como instinto de destrucción. Esta derivación hacia el exterior parece ser esencial para la auto-conservación del individuo que expresa por medio de su sistema muscular.
Una vez que el Súper Yo se estableció como tal, una parte considerable de ese instinto de agresión queda fijada en el interior del Yo actuando así de manera autodestructiva y siendo esto un peligro para la salud del individuo en relación con su inserción en la cultura.
Volvamos al ejemplo cuando en una persona, su mecanismo de defensa “vuelta contra sí mismo” hace que se arranque los pelos o se rasguñe cuando hubiese querido hacérselo a otro. En este caso, una parte de su instinto de autodestrucción subsiste en su interior, y al final, termina “explotando” y matando al individuo en cuestión una vez que su líbido se haya consumido o fijado de alguna forma desventajosa. Así, en términos generales, cabe admitir que el individuo muere por sus conflictos internos.
LÍBIDO:
Es el nombre de la energía psíquica con el funciona el aparato psíquico y sirve para integrar una función fisiológica. Es de naturaleza sexual porque su finalidad tiene que ver con la reproducción y la conservación de la especie. No obstante, la líbido tiene un ritmo evolutivo para cada edad y hay situaciones que en virtud de alguna situación traumática del individuo o por exceso en la intensidad de una experiencia, se produce una fijación libidinal con un objeto, persona, situación, etc.
Una característica importante de la líbido para su existencia es su movilidad y la facilidad que tiene para pasar de un objeto a otro en que pongamos nuestra atención. Contrario a esto, es la fijación que a veces se produce con distintos objetos de atención que pueden durar toda la vida.
La líbido tiene fuentes somáticas (en el cuerpo) que fluyen hacia el Yo desde distintos órganos y partes del cuerpo, como por ejemplo, aquella parte de la líbido que llamamos “excitación sexual”.
Éstas regiones somáticas que dan origen a la líbido se llaman “zonas erógenas”, aunque en realidad el cuerpo entero es una zona erógena semejante, y por eso, decimos que todo el cuerpo es un “continente sexual”.
REPRESENTACIÓN GRÁFICA DE LAS ETAPAS EN EL DESARROLLO DE LA LÍBIDO:
Según la concepción popular, la vida sexual consiste esencialmente en el impulso de poner los órganos genitales propios en contacto con los de una persona de sexo opuesto. Esto, suele ser acompañado por el beso, la contemplación y las caricias del compañero/a y aparecería en la pubertad, o sea, en la edad de la maduración sexual serviría para la procreación. Sin embargo, el psicoanálisis ha dado por tierra con ésta concepción popular observando lo siguiente:
Es curioso que haya personas para las cuales solo tienen atractivo las personas de su mismo sexo
No menos extraño para el enfoque popular es el hecho de que haya personas cuyo deseos parecieran ser sexuales, y que sin embargo, descartan la utilización genital u órganos sexuales convencionales.
Es notable que ciertos niños (considerados popularmente como degenerados) muy precozmente manifiestan interés por sus propios genitales y signos de excitación en los mismos.
Por tales motivos, es comprensible que el psicoanálisis despertara asombro y antagonismo cuando, partiendo del estudio de estas 3 cuestiones de la sexualidad, contradijera todas las concepciones populares sobre la sexualidad arribando a las siguientes comprobaciones fundamentales:
La vida sexual no comienza sólo en la pubertad, sino que se inicia con evidentes manifestaciones poco después del nacimiento. Para ello fue necesario establecer una clara distinción entre lo “sexual” y lo “genital”.
La sexualidad humana es un concepto tremendamente más amplio y comprende muchas actividades que no guardan relación con el uso de los genitales. La vida sexual abarca la función de obtener placer en distintas partes del cuerpo y secundariamente está puesta al servicio de la procreación. A menudo, las dos funciones nunca llegan a coincidir íntegramente.
Desde la temprana infancia existen una amplia variedad de actividad corporal dedicada a lo sexual y que más tarde aparecerán vinculados con fenómenos psíquicos en la vida amorosa del adulto, como por ejemplo, la fijación de ciertos objetos amatorios, los celos, etc.
Estos fenómenos forman parte de un proceso evolutivo que alcanzan su punto máximo hacia el final de los 5 años de vida, para caer luego en un período de reposo hasta los 12 años aprox. y que llamamos período de latencia. Finalizado este proceso, la vida sexual continúa en la pubertad como si volviera a florecer.
Tampoco es menos importante el hecho
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