Grado en historia

Paula Fernández Gutiérrez         Historia Contemporánea I             Universidad de Cantabria

Desde finales del siglo XIX el pueblo común muestra un gran interés hacia el arte, que, combinado con la tecnología y el mercado de masas, revoluciona este campo. Aumenta considerablemente el número de teatros, la literatura pudo llegar a toda la población debido a su bajo precio en el mercado, las obras comenzaron a reproducirse de forma masiva, etc.

En cuanto a un breve contexto histórico, el libro leído y analizado se escribió en una época brillante para los países anglosajones. En Inglaterra en la década de 1890 estaban viviendo la Época Victoriana. Además, se crea el cine por los hermanos Lumière en 1895, esto revolucionó la sociedad porque era algo nunca visto.

En Inglaterra surge un movimiento de extraordinarios artistas (fundamentalmente protestantes) como Oscar Wilde, George Bernard Shaw, W.B. Yeats, James Joyce, etc. Todos ellos estaban convencidos de la importancia del arte por el arte, siendo algunos de ellos, además, simpatizantes del socialismo o con cierto interés por el anarquismo.

El autor de la obra La Decadencia de la Mentira. Un apunte (1891) es Oscar Wilde. Este escritor pertenecía al movimiento esteticista y al decadentista, siendo la crítica una disciplina básica en el proceso creativo de las obras literarias.

Esta obra narra el diálogo entre unos personajes ficticios llamados Vivian y Cyril, que discuten acerca de la “decadencia de la mentira” y su importancia en la creatividad de los escritores de una época, en la cual prima lo real sobre lo imaginativo.

Cyril se interesa por un artículo que está escribiendo Vivian, relacionado con la importancia de la mentira en el arte y “las causas principales que pueden explicar el carácter extrañamente vulgar de la mayor parte de la literatura de nuestro tiempo que carece de mentira como arte, ciencia y placer social”^[1]. A la vez que intenta defender algunos trabajos u obras literarias realistas que también interesan a Vivian y que pueden ser consideradas modernas. También duda este personaje sobre si la vida imita al arte o viceversa, y sobre la capacidad de Vivian de poder demostrarlo. Así como también expresa su convicción de que el arte esta influenciado por la época en la que se realiza, por la sociedad del momento, etc., y, además, considera la imitación como un arte hacia el cual debemos dirigirnos para poder representar una época, y para convencerse de lo contrario le pide a Vivian que le exponga cual es la doctrina que debe seguir esta nueva corriente.

Vivian, que es el escritor del artículo, trata de explicar la importancia de la mentira en el arte y de como lo imaginativo es mucho más interesante que lo real, a la vez que intenta convencer al posible lector de que la vida es una imitación del arte y no al revés. A lo largo del artículo, critica a diversos escritores como Zola y a su obra Germinal, por su excesiva veracidad y su manera detallada de narrar unos hechos que nos hacen sufrir con el relato de unas vicisitudes aburridas para este personaje, que considera que los individuos deben ser de creación propia y no reflejos de personas reales, y por ello no deben salir a la calle a buscar inspiración en las personalidades que se podrían encontrar caminando por una ciudad.

Lo que entiende Vivian por arte en una primera fase, se refiere a lo imaginativo, irreal o inexistente, que más tarde se representa de manera particular y no siempre cercana a la realidad, y que cuando consideramos a la vida como la escuela del arte, estamos en un error, ya que para aprender arte debe aprenderse de sí mismo. Detalla varios ejemplos de la Grecia antigua y de como es demostrable que es la vida quien copia al arte en forma de estatuas que reflejan la belleza irreal tanto de hombres como de mujeres, nos muestra fenómenos naturales como la niebla de Londres y su inexistencia hasta que fue reflejada en una obra artística. También nos cuenta experiencias personales relacionadas con obras literarias que narran historias ficticias que pueden relacionarse con hechos reales.

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