Grupo #4: El pronóstico.

Grupo #4: El pronóstico.

Integrantes: Andrea Giraldo, Sara Franco, Sofía Martínez, Daniela Vergara y Karoll León.

El siguiente trabajo tiene como objetivo hacer una comparación entre el pronóstico de los médicos hipocráticos y los médicos actuales, cómo se realiza, sus finalidades y su importancia. En la época hipocrática el pronóstico era lo más importante, éste no se basaba en hacer exámenes y tomar la presión, tenía un sentido con un trasfondo mucho mayor: plantearse hipótesis sobre la condición del paciente y de esa manera ”predecir”, lo que con él iba a pasar, es decir, cuando el médico conoce con anterioridad la enfermedad que conlleva la persona que a él acude, teniendo en cuenta los eventos pasados y presentes que ha vivido, puede prevenir y dar un mejor tratamiento a la enfermedad y hacer que el paciente recobre la salud.

Actualmente cuando un paciente acude al doctor, éste le realizará el llamado chequeo médico, un procedimiento en el cual se verificará su estado de salud, según varios parámetros fisiológicos prácticos, con esto el médico puede conocer el cómo se encuentra el organismo internamente, escucharlo y reconocer su estado, utilizando estrategias diferentes de la observación como exámenes de laboratorio e instrumentos como el fonendoscopio.

Para el médico hipocrático lo fundamental en una enfermedad aguda es observar si el paciente enfermo tiene alguna similitud física con uno sano o si luce como él mismo, mientras menor sea la diferencia mejor. Los ojos tienen una importancia inmensa, la manera en la que lucen, las secreciones que emiten y su respuesta a la luz  miden en gran manera el estado de salud del enfermo. De ser muy evidente el daño ocular, se hablaría de una enfermedad mortal (la coloración de la piel también indica un diagnóstico desfavorable). Hoy en día, se afirma que en el diagnóstico de problemas hepáticos, la ictericia en las conjuntivas y en la piel es una horizonte clínico importante, gracias la ausencia de lágrimas, podemos  predecir una deshidratación severa, los ojos saltones son una gran característica del hipertiroidismo, y también gracias a estos signos se pueden predecir y controlar enfermedades que pueden ser letales, todo gracias a la observación.

Los médicos hipocráticos defendían que, según la posición adoptada por el enfermo en su lecho, se podía conocer la gravedad de la enfermedad “El médico debe encontrar al paciente echado sobre el costado derecho o izquierdo, teniendo el cuello, los brazos, las piernas, un poco relajados y todo el cuerpo tumbado relajadamente”1. Hoy en dia la posición que adopte el paciente también tiene un alto nivel de importancia, se evidencia en las camillas de los hospitales. La expresión corporal del paciente, su postura, la manera en la que camina y su actitud indicarán si es saludable o no.

“La buena respiración tiene una influencia muy importante para la recuperación en todas las enfermedades agudas que van acompañadas de fiebre y hacen crisis en 40 días”2. Se puede afirmar que para los hipocráticos la respiración era una herramienta trascendental a la hora de determinar el pronóstico médico, ésta les permitía reconocer cuál enfermo estaba agitado o con dolor y cual estaba calmado o posiblemente al borde de la muerte. Hoy en día este parámetro sigue siendo igual de importante, es verídico lo que afirman los médicos hipocráticos, la respiración agitada es un gran indicio de cansancio o dolor y la baja frecuencia respiratoria es preocupante y puede llevar a la muerte si no se controla rápidamente.

Asi mismo es importante resaltar que uno de los cambios drásticos y más significativos del pronóstico, a nuestros días por el diagnóstico son las múltiples herramientas de las cuales se basan los médicos actualmente para poder determinar, de lo que sufre el paciente y de esta manera poder intervenir; también la agrupación de una variedad de síntomas son claros para un diagnóstico de una enfermedad o síndrome determinado.

En la época hipocrática cuando “el hipocondrio estaba hinchado, generaba dolor, flatulencias y estaba tenso, se debía tener  sumo cuidado; pues si posterior a estos síntomas, se sentían latidos y las pupilas se movían descontroladamente, era signo de que el paciente enloquecería”3 (Tratados hipocráticos. El pronóstico. Página 333-334). Consultando con el médico William León, es posible decir que los síntomas anteriores, hoy se pueden diagnosticar como una intoxicación o una enfermedad que afecte al sistema nervioso central, para lo cual es necesario realizar exámenes y ayudas diagnósticas. Anteriormente esto no era posible de realizar ya que no se contaba con la tecnología actual y por lo tanto el único pronóstico cierto era la muerte en un breve plazo; pero podemos ver como la medicina avanza y hay muchas alternativas que el médico utiliza en pro de devolverle la salud a su paciente.

Por otra parte, para la época el indicio de tener la cabeza, manos y pies fríos cuando el pecho y el vientre estaban calientes, era malo (Tratados hipocráticos. El pronóstico. Página 335). Con este pronóstico podemos inferir que en la época hipocrática solo existía el concepto de bueno o malo para un conjunto de síntomas; en la medicina actual podemos ver que no es así, pues consultando con un médico, nos hacía la aclaración de que esto era un diagnóstico probable de un deterioro circulatorio o a su vez de un shock que haya sufrido el paciente, lo cual sigue considerándose malo pero, con intervenciones médicas es posible llegar a la resolución de dicha enfermedad.

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