LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE DEL TIEMPO HISTÓRICO EN LA EDUCACIÓN PRIMARIA
Enviado por arielcruz859 • 6 de Septiembre de 2013 • 2.202 Palabras (9 Páginas) • 910 Visitas
Estudiamos el tiempo para saber qué hora es, qué día es hoy, cuándo
tenemos que celebrar los cumpleaños o para comprender por
qué hay gente que no los quiere celebrar. Para poder decir qué pasaba
en el mundo cuando yo nací, qué película hacían en los cines, qué
canción se escuchaba, qué conflictos existían o quién mandaba, qué era
noticia o cómo era mi ciudad. Para comprender los cambios y las continuidades
en nuestro mundo, que es el mismo mundo de hace cien o
mil años, pero muy diferente.
El tiempo es un concepto de gran complejidad y sólo lo podemos
comprender desde una mirada amplia y transdisciplinar. El tiempo está
presente en nuestra vida, una vida organizada alrededor del reloj, los horarios
y el calendario. El tiempo está presente en nuestro lenguaje y nuestras
actividades: esperamos, desesperamos, hacemos tiempo, perdemos,
recortamos, alargamos el tiempo, damos o nos toman tiempo. El tiempo
pasa rápido y lento, se acelera o, incluso, ¿se detiene? El tiempo es
historia, la nuestra y la de todas las personas, es pasado colectivo, es
interrelación de pasado, presente y futuro.
¿Cómo sabemos del tiempo? Sabemos que el tiempo pasa porque
observamos los cambios en nuestro cuerpo o a nuestro alrededor.
El tiempo es indisoluble con el espacio, tiempo y espacio no se pueden
separar. Cada territorio, cada lugar acumula elementos que nos explican
las transiciones y las rupturas, los conflictos de cada generación.
La enseñanza del tiempo histórico debe hacerse teniendo en cuenta estas
relaciones. Y lo mismo podemos decir de la enseñanza del espacio
geográfico. El tiempo es muy importante para comprender la complejidad
del territorio, para establecer las interrelaciones entre los diversos
elementos de un paisaje (Pagès y Santisteban, 2009).
Cada época ha dado un significado diferente al tiempo, cada
cultura vive la temporalidad desde la diversidad. No existe una única
percepción del tiempo, sino una gran diversidad de experiencias y de
representaciones. Una de las principales dificultades de adaptación de
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Disponível em <http://www.cedes.unicamp.br>
Joan Pagès Blanch & Antoni Santisteban Fernández
las personas a una nueva sociedad o a una nueva cultura es la manera
como esta sociedad entiende el tiempo, es decir, su organización y su
gestión, los protocolos de la espera, la secuencia de los hechos o de las
acciones en la solución de los problemas. Ninguna otra cuestión ha fascinado
tanto a la ciencia ficción como los viajes en el tiempo. La literatura
y el cine se han planteado todo tipo de preguntas sobre este tema:
¿qué haríamos si pudiéramos viajar al pasado?, ¿podríamos cambiar la
historia?
El tiempo y la historia
Quien pretende hacerse una idea corriente del tiempo
histórico ha de prestar atención a las arrugas de un
anciano o a las cicatrices en las que está presente un destino
de la vida pasada. (Koselleck, 1993, p. 13)
La representación dominante aún del tiempo tiene sus orígenes
a mediados del siglo XIX, derivada de la ciencia newtoniana. Su sistematización
coincide con la creación de la historia como disciplina académica
y su presencia en la enseñanza primaria. El tiempo histórico
sirve para establecer los niveles de desarrollo y evolución de cada nación
(Appleby, Hunt y Jacob, 1998) y, por extensión, del mundo occidental.
El tiempo lineal, acumulativo, impuesto por Occidente para
comprender su propia historia e impuesto, desde Occidente, al resto
del mundo para comprender la de otras culturas y civilizaciones cada
vez tiene más críticos.
Está emergiendo una nueva representación del tiempo histórico.
La concepción newtoniana de un tiempo único deja paso a la multiplicidad
de ritmos y de tiempos. Pero aún nuestra cultura está atrapada
en una visión lineal del curso de la historia, que interpreta los cambios
siempre como mejoras y como progreso olvidando que lo que para
unos puede significar progreso, para otros puede representar decadencia.
La historiografía más crítica reivindica una nueva concepción de la
temporalidad para una nueva interpretación de la historia, que permita
a la ciudadanía pensar futuros alternativos (Hobsbawm, 1998).
Este nuevo modelo de tiempo para la historia está siendo construido
desde la multiplicidad y desde la interdisciplinariedad. No
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Disponível em <http://www.cedes.unicamp.br>
La enseñanza y el aprendizaje del tiempo histórico en la educación primaria
parece que el tiempo que estudia la filosofía, la psicología, la antropología
o la física, por ejemplo, sea diferente, sino que existe un único
concepto de tiempo observado desde diferentes perspectivas complementarias
(Ramos, 1992). La historia es, en especial, una ciencia del
tiempo y coincide con el resto de ciencias sociales en que el tiempo se
explica como una estructura de conceptos: la memoria, las utopías, los
cambios, la gestión del tiempo social, por ejemplo. Aunque el tiempo
es lo que explica la existencia de la historia como pasado, la historia
como ciencia que interpreta este pasado no ha aportado un modelo
conceptual que nos permita elaborar un currículo para la enseñanza del
tiempo histórico. El papel de la didáctica de la historia consiste en proponer
un modelo conceptual sobre el tiempo, una síntesis de las diversas
aportaciones para, en este caso, la enseñanza de la historia en la
escuela primaria.
La investigación y la enseñanza del tiempo histórico
La primera gran obra sobre la percepción del tiempo y la construcción
de las nociones temporales en la infancia es la Piaget (1978).
Piaget organizó por primera vez una teoría global de desarrollo del concepto
de tiempo en el aprendizaje humano, a partir de tres estadios, que
corresponden al tiempo vivido, al tiempo percibido y al tiempo concebido,
que también se han interpretado como tiempo personal, tiempo
social y tiempo histórico. En la actualidad se ha recuperado su visión
constructivista del aprendizaje, pero se ha criticado un cierto
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