La Hoteleria Azteca
Enviado por karive • 18 de Septiembre de 2011 • 3.845 Palabras (16 Páginas) • 3.224 Visitas
La Hotelería Azteca
José Ignacio de Hidalgo describe lo que pudo ser el padre del clásico mesón virreinal; el albergue indígena prehispánico destinado a los viajeros, particularmente, a los eficientes comerciantes:
"Los famosos coacallis, que nos permitimos denominar "Hotelería Azteca"; edificios de un piso, localizados principalmente en las cercanías de los mercados y a la entrada de las ciudades.
Esos albergues disponían de una sala común dedicada a la cocina y al comedor, a los que los huéspedes tenían libre acceso.
Para efecto de alimentación, en los mercados había una especie de restaurantes. Los administradores de los mismos, eran estudiantes egresados de la escuela denominada "Tepochcalli", en la que una de las enseñanzas era precisamente, administrar esos albergues.
¿Sabemos de alguna escuela con enfoque turístico o de administración hotelera más antigua en el mundo?
Para comodidades de los mercaderes y demás viajantes, en los montes y despoblados había casas destinadas para su alojamiento."
El Sentido Hospitalario desde Moctezuma hasta la Colonia.
En la publicidad turística se alude al carácter hospitalario del mexicano y a la delicadeza con que practica el arte del buen anfitrión con el turista.
"El que se porta gentil y cortésmente con los extranjeros, demuestra ser ciudadano del mundo", decía Francis Bacon.
"Esta es su casa", es un saluda ya clásico, cuyo antecedente histórico más antiguo procede del mismo Moctezuma.
Esta conducta hospitalaria del maya prehispánico tiene dos orígenes: uno económico; religioso el segundo.
Ello ocurre, por que en la mente primitiva, el peregrino que solicita hospitalidad es un ser desconocido que puede tener tanto de misterioso, como también algo de divino y de allí, surge el precepto religioso.
Generalmente, el trato respetuoso y la finura de modales son producto de convencionalismos sociales, pero en gran medida, en el México prehispánico tenían un fondo moral. Ningún hombre descortés, vanidoso y vulgar era elegido dignatario.
Era ideal que un hombre educado se mostrara humilde y nunca arrogante: "sabio, prudente, pacífico y tranquilo."
La Primera Cadena Mesonera en la Nueva España y el Cabildo. Primera Reglamentación Hotelera.
El tráfico español recién establecido en la Nueva España, generó en la frecuentada ruta Veracruz-México, la necesidad de formar los primeros mesones virreinales; antecedente de lo que andando el tiempo multiplicaría su denominación, aunque no siempre sus funciones: Ventas, Hosterías, Posadas (Inns), Paradores, Casas de Huéspedes, Hoteles, Moteles, Famiteles, Condoteles, Apartamentos con Servicio de Hotel, Suites, Apartohoteles, Econohoteles, Casas Rodantes (Trailers), Albergues y Mesones, que con nueva dinámica y con cambios fundamentales, continuaban en Nueva España la tradición hospitalaria de los albergues prehispánicos.
Los dos primeros mesones de lo que se tiene noticia fueron establecidos fuera de la capital de la Nueva España.
El expansionismo español inauguró nuevas rutas camineras en el Virreinato. Juan de la Torre estableció una Venta en el camino de Michoacán.
Francisco de Aguilar, el primer mesonero de la Nueva España, descubrió que la agudeza empresarial aconsejaba crean una "Cadena Mesonera".
La Ciudad de México ingresó el 1 de Diciembre de 1525, en la era de los mesones.
El Cabildo reglamentaba la actividad mesonera; control gubernamental que durante cuatro siglos se ha mantenido, hasta el que hoy es ejercido por la Secretaría de Turismo en lo que refiere a la fijación de tarifas de hospedaje, alimentos y bebidas, en hoteles y restaurantes.
Debemos al propio Hernán Cortés, el origen de esta política que regula precios e impone sanciones en el campo de servicio que hoy denominamos turístico.
Cuando se extiende la "mesonización" en la Nueva España y el Cabildo legisla la actividad hospedera, deben también normar, otra no menos socorrida por lo forasteros; la venta de licores. Ninguna persona podía tener tabernas ni vender vino, si no era en los lugares señalados por la Ciudad.
El desarrollo de la Nueva España entre 1526 y 1531, en materia de tráfico humano y de afán de colonización, puede detectarse por la frecuencia con la que el Cabildo de la Ciudad autoriza la fundación de nuevos Mesones y Ventas.
Dos Baluartes Femeninos en la Hotelería Novohispana.
La intrépida presencia femenina en los timones empresariales de la mesonería novohispana tiene sus orígenes en el haber de Doña Marina, quien, en la segunda década del siglo XVI, inaugura históricamente en México, la presencia femenina en el campo del hospedaje, al abrir una Venta adelante de Cuajimalpa -en lo que hoy es el Distrito Federal-, en un punto aún denominado "La Venta de Doña Marina".
Otro personaje, espadachín consumado, que en la punta de su espada portada el acta de su liberación como mujer, desembarcó en el estado de Veracruz, parapetado tras el nombre de Alonso Rodríguez. En realidad, era Catalina de Erauzo, la celebérrima Monja Alférez.
Entre aventura y aventura, Catalina montó un lindo negocio: una empresa de arriería que cubría la entonces socorrida ruta México-Veracruz.
La Sustitución del Albergue Indígena.
Al sustituir al Albergue Indígena, el Mesón Virreinal inauguraba tres tipos de hospedaje hasta entonces ignorados, y que aludían a categorías sociales y económicas derivadas de la lucha de clases.
Mesón de Tercera Clase: Los de más Baja Categoría y Precio.
Su clientela favorita estaba constituida por lo indígenas que pagaban el servicio con granos de cacao, pues la moneda, o estaba en proceso de institucionalizarse o aún no era aceptada por completo.
Contaba con un modesto, sucio petate, que demarcaba el espacio al que tenía derecho el huésped, quien, por estrictas razones de economía, frecuentemente lo compartía con otro huésped; alternativa no del todo despreciable en época de frío.
La cochambrosa cocina servía de "comedor". Los viajeros experimentados optaban por recurrir a su propio "itacate" y llevar a sus bestias a la fuente pública más próxima , pues en el Mesón, el servicio de agua se cobraba. De sanitarios, "ni hablar".
Los Mesones de Segunda Categoría.
Brindaban comodidades ligeramente mayores: ofrecían habitaciones semi-privadas, y la cocina ostentaba una mesa y dos largas bancas comunales de madera; los sanitarios se localizaban en el traspatio. Los clientes eran pobres,
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