La Responsabilidad Del Estado

Ensayo sobre La responsabilidad del estado por todo lo sucedido

CÓMO ME DUELE COLOMBIA! …. Pero me declaro culpable, o tal vez cómplice…..

Soy culpable, por quedarme callado, por ser cómplice de alcaldes corruptos, cómplice de concejales, cómplice de todos los funcionarios públicos. Me hago el de la vista gorda frente a todos estos casos de corrupción, por mi culpa , por mi culpa, por mi gran culpa. Qué vergüenza contigo Colombia. Me siento culpable por votar y elegir malllllll, y me duele Colombia

Me duele Colombia, y me duele porque la amo, me siento orgulloso de ser Colombiano. Siento cada triunfo de la selección Colombia, me hace vibrar y se me pone la piel de gallina cuando Quintana corona la montaña. El dolor me nace del amor, y como el amor es muy grande, el dolor no me cabe en el corazón. Si no la amara no me doliera. Me duele porque formo parte de ella, y por eso, su dolor es el mío. La veo enferma y por eso me siento enfermo, porque me entiendo un pedazo de su ser; por eso me duele, y quiero hacer algo por su pronta recuperación.

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Terrible imagen de la devastación que viene causando este invierno político del Gobierno y el Congreso. Están desbordando despiadadamente la impunidad, la mentira, y el cinismo sobre todo el país. No contentos con acabar con su propia dignidad, la emprendieron contra los bienes patrios y la honestidad de los ciudadanos.

Sí. Me duele Colombia hoy más que nunca. Porque nunca, como ahora, la había vivido tan enferma, tan postrada y tan corrupta, sobre todo en su cabeza, desde donde se desbordan la corrupción y la mentira, el cinismo y la ambición, e invaden pueblos, instituciones y conciencias.

Aquí se apela a una falsa inocencia, a una ignorancia inconcebible de los hechos, a un apego absurdo y masoquista al poder. Y sí está pasando algo muy grave como es el deterioro de los valores morales.

Da vergüenza recorrer hoy día la devastación moral que azota a Colombia. Crece nuevamente el narcotráfico, cunde la guerrilla por la mitad de los municipios del país, se generalizan la mentira, el enriquecimiento ilícito, la impunidad.

Pero lo peor de esta enfermedad que mata a Colombia, es que callamos la mayoría de los colombianos; callan, sufren y se hacemos cómplices de los males que aquejan a la patria.

Recuerdo la advertencia de Gandhi, líder mundial de la violencia pacífica: El mayor acicate de los culpables es el silencio de los inocentes. Estamos presenciando la farsa del siglo con las actitudes más variadas de los televidentes; pereza, rabia, desesperación; y casi todos con indiferencia y pasividad, que nos caracteriza a los colombianos.

Presenciamos aquella comedia interminable, cruzados de brazos, dando bostezos, apoltronados mirando noticieros en nuestra pantalla de televisión, a la espera

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