La Revolucion

Luego de varios años de crecimiento económico y estabilidad política el régimen porfiriano comenzó a presentar decadencia. Los primeros en manifestarse fueron sectores católicos. A pesar del acercamiento entre el gobierno porfirista y la iglesia, se reprochaba a Díaz por conservar los principios anticlericales de la constitución de 1857. Los católicos pasaron a censurar el caciquismo y la falta de democracia.

Camilo Arriaga convoco a los defensores de las ideas liberales a un congreso en San Luis Potosí. Entre los asistentes destacaron los hermanos Jesús y Ricardo Flores Magón. Luego de rebasar a Arriaga, Ricardo Flores Magón encabezaría el tránsito hacia la ideología anarquista. Flores Magón y sus allegados tendieron a otorgar vanguardia al movimiento obrero y a los intelectuales ligados a él.

En sus filas adquirieron experiencia varios líderes que destacarían en la revolución mexicana, un grupo que apenas nacía, contrario a la reelección y encabezado por Francisco I. Madero. El valor de los reyistas fue múltiple. De todos los movimientos, el reyista fue el que más elementos aporto: Venustiano Carranza, Francisco Vásquez Gómez y Luis Cabrera serían los principales ejemplos.

Las crisis del porfiriato explican que Francisco I. Madero se tornara crítico de la política económica y llegara a la conclusión de que se debía crear un partido político de alcance nacional que se opusiera a la reelección de Díaz en 1910.

Madero había mostrado una notable capacidad política, en poco tiempo paso de la oposición regional a la nacional y expandió su popularidad. Ya como candidato presidencial fue aprehendido y confinado en una prisión de San Luis Potosí. Durante su encarcelamiento tuvieron lugar las elecciones, en las que fueron declarados triunfadores Díaz y Ramón Corral, el llamado a las armas no fue secundado, pues no reunían las condiciones adecuadas, además la muerte de los hermanos Serdán, fue una advertencia a los antirreeleccionistas que se involucraron en la rebelión.

Sin embargo, la rebelión tuvo buena acogida en la sierra de Chihuahua, extendiéndose a las entidades vecinas. En febrero de 1911 Madero regreso al país para asumir el liderazgo de la lucha, los grupos armados crecieron, surgieron alzamientos en otras partes del país.

En los tratados de ciudad Juárez, se aceptó la renuncia de Díaz, y con ello se aseguró el triunfo del movimiento. Surgieron nuevos líderes, más aptos para una contienda armada rural, Pascual Orozco, Pancho Villa y Emiliano Zapata. Los grupos populares se involucraron en el proceso de cambio político; de hecho, lo convirtieron en un proceso revolucionario.

En los tratados de ciudad Juárez se pactó que Díaz sería sustituido, por Francisco León de la Barra. Sus responsabilidades serian llevar a cabo el desarme y la desmovilización de las fuerzas rebeldes y organizar nuevas elecciones. Sin embargo, los principales grupos de rebeldes se mostraron inconformes.

Madero decidió transformar el Partido Nacional Antirreeleccionista en el Partido Constitucional Progresista; decidió también que su compañero ya no sería Vásquez Gómez sino José María Pino Suarez.

La presidencia de Madero, iniciada a finales de 1911 y concluida en febrero de 1913, se distinguió por las transformaciones políticas: llegaron al gabinete jóvenes pertenecientes a un sector social inferior al de los ministros porfirianos, también llegaron gobernadores. Las clases medias irrumpieron en el aparato gubernativo y en la toma de decisiones, los obreros y los campesinos aumentaron su capital político. La presidencia de Madero trajo prácticas más democráticas: hubo elecciones libres y se respetó la libertad de expresión.

Las propuestas reformistas de Madero dejaron insatisfechos a casi todos los grupos del país. Los hacendados y empresarios las veían como un precedente peligroso; y los obreros y campesinos, las consideraban insuficientes. Al llegar Madero a la presidencia formalizaron su lucha mediante el plan de Ayala, que exigía la solución de los problemas agrarios.

Para poder derrotar a los orozquistas se colocó al mando de la campaña al general Victoriano Huerta. El movimiento revolucionario adquirió fuerza, el ejército liberal recupero la confianza y encontró en Huerta a su nuevo caudillo, situación que se manifestaría de manera dramática, cuando decidió revelarse contra el gobierno constituido.

A principios de 1913 Madero creyó que había alcanzado la estabilidad por haber derrotado las cuatreo rebeliones. Victoriano Huerta asumió el mando del movimiento, por el que Madero pudo ser fatalmente derrocado. El acuerdo de los victoriosos

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