Lectura: Los bienes terrenales del hombre

Clérigos, Guerreros y

Trabajadores. 13-27

“Para el caballero y el clérigo, ha de vivir quien hace el trabajo”, así fue como se expresó en la Edad Media, donde se dividía en 3 clases: clérigos, guerreros y trabajadores. Los trabajadores se dedicaban al cultivo y a las tierras de los entonces feudos, los cuales utilizaban sus tierras para siembra de semillas, esta se dividía en 2 partes, una para el señor y la otra para los arrendatarios. El campesino era muy explotado, pues a veces tenía que trabajar extra sin recibir ningún pago y casi todo el tiempo se la pasaba en los cultivos; se les consideraban siervos, pues estaban a disposición del rey, pero no eran esclavos, pues no eran tratados como tal. Además, existían villanos, como se les conocía, quienes tenían más libertad que los siervos, pues estos podían prestar o no su servicio a los señores feudales. La riqueza en estos tiempos se media en quien tenía más tierras. La iglesia pertenecía al sistema feudal, pues al morir e incluso ganar guerras el rey o gente les daban las tierras. “Las tierras no se dieron a los que la trabajaban, sino a los que supieron apoderarse de ella”.

Aparece el comerciante. 28-39

En la primera parte de la Edad Media, la gente rica, con dinero, no podía invertirlo, su capital era inactiva, fija, inmóvil e improductiva; esto se debía a que la aldea feudal se abastecía a si misma. El comercio no se podía realizar debido a que la moneda no era tan usada y dependiendo del pueblo cambiaban de valor, además de que transportar bienes era muy peligroso debido a las malas condiciones de los caminos y que los feudos hacían pagar cuotas para poder transitar por ahí. No fue sino hasta la época de las cruzadas cuando el comercio empezó a expandirse debido a que la población empezó a crecer y los cruzados necesitaban de recursos en largos viajes. Al terminar, se propago el comercio extranjero y se abrieron muchas vías y caminos para poder intercambiar bienes y servicios. Se hicieron mercados y ferias; en las cuales no solo era comercio sino también transacciones financieras. El dinero hizo que el comercio fuese cada vez más grande.

Vamos a la ciudad.

40-51

Uno de los más importantes efectos del aumento del comercio, fue el crecimiento de las ciudades. Los comerciantes se unieron en asociaciones llamadas guilds (gremios), para luchar contra las adversidades y ganar libertad en las ciudades para poder expandirse. La gente de las ciudades quería paz ciudadana, sin tener las molestias del régimen feudal. Muchas ciudades ganaron su libertad sólo después de que la violencia había estallado. Los gremios se hicieron cada vez más poderosos a tal grado de tener sus propias reglas y regir con dichas reglas debido a la riqueza del dinero; aparece la clase media.  

Nuevas ideas por viejas ideas. 52-58

La mayoría de los negocios se hacen hoy con dinero prestado, sobre el cual se paga interés. Pero hubo una época en la Edad Media donde un poder prohibió prestar dinero con interés, el cual lo prohibió la iglesia y le llamo usura. La iglesia dictaba que los comerciantes no podían ganar más de lo que debían, tampoco se consideraba ético acumular más dinero que el que se necesitaba para subsistir. Si se cargaba interés por el uso del dinero, entonces se estaba vendiendo tiempo de trabajo, lo cual nadie podía hacer. Porque el tiempo pertenece a Dios y nadie tiene derecho a venderlo. Además, prestar dinero para recibir después no sólo el principal, sino también un interés fijo, significaba que el prestamista podía vivir sin trabajar, lo cual era pecado. Charles Dumoulin, propuso una idea, la practica comercial diaria y así fue desapareciendo la usura.

El campesino se libera. 59-71

Durante el feudalismo, el campesino estuvo atado, pero con la llegada del comercio fue cuando pudo liberarse y escapar hacia tierras que no habían sido cultivadas, donde ahí las trabajo y se hizo de ellas gracias al obispo a cambio de una renta. Muchos siervos optaron por hacer lo mismo ya que eran tierras “libres”. Con el manejo de dinero de los siervos, pudieron no solo comprar la libertad de su tierra, sino también la libertad personal, pero solo algunos pudieron hacerlo debido a la decisión de sus feudos. Después de la peste negra, el valor del campesino aumento, dando a este más poder y sintiéndose libre. El hecho de que la tierra fuese comprada, vendida y cambiada libremente, como cualquier artículo, marcó el fin del viejo mundo feudal.

“Y ningún extraño trabajara…” 72-89

La industria también cambio. El auge de las ciudades hizo que los artesanos pudieran ganarse la vida con su oficio. Estos artesanos hicieron crecer sus negocios y a su vez necesitar ayudante o aprendices a los cuales les enseñaba las técnicas del oficio para que después pudiera establecer su propio negocio o bien, seguir trabajando por un pago. Así comenzó la comercialización en este campo, los artesanos vendían sus productos dependiendo de cuanta demanda alcanzaran. Surgieron gremios, los cuales tenían por norma ayudar a los demás miembros si caían en alguna desgracia. Los gremios llevaban reglas estrictas para no deshonrar el gremio, revisando los productos de cada artesano. Después de toda la comercialización local y la extranjera, apareció el precio justo; lo que después desapareció por el precio de mercado. 

Todo esto nos lleva a la conclusión de que, desde el principio, los ricos fueron los victoriosos, aunque no antes de que pasaran momentos de angustia, por su sincero temor ante el poder de las clases oprimidas, ya combinadas y unidas. Después de ese período de desorden, los gremios entraron en sus años de decadencia. El poderío de las ciudades libres se debilitó y una vez más se vieron controladas desde fuera, esta vez por un duque, un príncipe, o un rey.