Los Origenes De Las Escuelas Publicas Y El Estado Liberador

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LOS ORIGENES DE LA ESCUELA PÚBLICA Y EL ESTADO EDUCADOR

En cada estado es necesario un ministerio de gran autoridad para la educación y la instrucción, en Alemania existían ya tradiciones al respecto, desde Carlos V proclamo que la escuela debería ser fragua no solo de clérigos sino también de magistrados, asumiendo con ello la existencia de los reformados, en Francia tenemos a Mably quien imagina un dialogo entre un inglés y un sueco, tratando ampliamente sobre las leyes relativas a la educación en que la pública debe de dar a los ciudadanos, y hablando con desprecio de los maestros mercenarios, cuyo objetivo es enseñar tristemente en un collage un poco mal latín y muchas tonterías, posiciones más valientemente avanzadas anticipaba la más perfectas igualdad entre los ciudadanos, o al menos entre las diferentes clases y diseñaba un proyecto de construcción publica y general, en el cual estaba comprendida la instrucción militar, para aprender a ordenar y obedecer, el derecho natural que podríamos llamar derecho de igualdad entre los hombres . En Italia tenemos a Filangieri que, en el libro IV de la scienza bella legislazione trata de las leyes que refieren a la educación, a las costumbres y a la instrucción pública dando cabida a u8n reformismo moderado. Partidario de la universidad de la instrucción no de igualdad: si de una sola clase de ciudadanos fuera excluida la educación pública. Contradiciendo o ignorando la posición avanzada de Deirot afirma: el agricultor, el herrero, el artesano, etc. Destinados a servir a la sociedad con sus brazos no tienen la necesidad más que de una fácil y breve instrucción

¿DE DONDE SALIERON LAS ESCUELAS?

La educación surgió de la práctica del culto y del gobierno, el sacerdocio de las religiones, especialmente en las ciudades, heredo de sus primos campesinos, los chamanes, una mezcla de magia, religión, arte y ciencia, que luego se desarrollando y especializando, Platón y Aristófanes fueron los primeros que dejaron registros de escritos del aula y la escuela. Las primeras escuelas de la Atenas clásica eran modestas meros aprendices de un programa educativo que ponía énfasis en el entrenamiento militar, la gimnasia, la música y la poesía, y que enseñaban lectura, escritura y aritmética, en segundo orden de importancia. En sus orígenes toda educación ateniense era tutelar lo cual solo era un aspecto de relaciones interpersonales que a menudo eran también eróticas, Atenas se fue haciendo mas democrática, y que los alumnos comenzaron a superar numéricamente a los maestros, la instrucción por grupos comenzó a reemplazar gradualmente a las tutelares. Uno de los principales objetivos de estas escuelas era mantener viva la tradición helénica, dentro de un mundo bárbaro. Solo una reducida minoría de la población griega del mundo alejandrino supo aprovecharlas.

Los romanos adoptaron la escuela helénica y, con algunas modificaciones mínimas, la emplearon para educar a su propio elite. Por lo tanto, desde la caída de Atenas hasta la caída de Bizancio se escolarizo a una intima minoría de la población mundial de manera parecida a la que se emplea en la actualidad. Las instituciones educativas de la Edad Media fueron las escuelas de las catedrales y monasterios, en los primero monasterios Benedicto, el espacio y el tiempo se convirtieron en unos parámetros tanto del aprendizaje como de la vida. Fue la inseguridad de la iglesia católica en tiempos de San Ignacio lo que dio lugar a la formación y al rápido crecimiento del sistema de las escuelas jesuitas. En ambos casos se vio en la escuela un medio para preservar un conjunto de valores, se determino que enseñar a leer se convirtiera en un imperativo moral para los protestantes que podían costearlo. La revolución industrial pisándole los talones a la reforma, suministro la última condición necesaria para la rápida proliferación de las escuelas, proporcionando no solo los medios sino también la razón secular para la expansión del alfabetismo.

LA EDUCACION EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX

En el proceso de transformación del trabajo humano desplaza enteras masas de población no solo de los talleres artesanales a las fabricas, sino también del campo a las ciudades, provocando conflictos sociales, transformaciones culturales y desmoronamientos morales inauditos; sin embargo los ideólogos de los viejos grupos no logran tomar conciencia de ello en plena revolución industrial, y mientras esta lleva a la supresión, incluso por ley, de las viejas corporaciones de artes y oficios, Rousseau seguía considerando el artesano no solo más cercano a la naturaleza sino también a salvo de los riesgos de la crisis; y un siglo más tarde, Pierre Joseph no lograra ver en la gran industria nada más que la concentración y la suma de los trabajadores de la tradicional división del trabajo de los talleres artesanales, sin entender la profundidad los cambios producidos en el trabajo en las relaciones de propiedad.

En un primer momento, nada, los trabajadores pierden su antigua instrucción y en la fabrica no adquieren más que ignorancia. Después, a medida que la modernísima ciencia de la tecnología lleva cada vez más rápida sustitución de instrumentos y de procesos productivos, se plantea el problemas de las masa obreras que no estén fosilizadas en operaciones repetitivas que maquinas obsoletas, sino que estén disponibles para el cambio tecnológico, de manera que deba recurrir a los ejércitos de trabajadores de reserva; esto sería un gran desperdicio de la fuerzas productivas.

LOS PROBLEMAS DE LA INSTRUCCIÓN EN LAS DEMOCRACIAS BURGUESAS

El credo pedagógico de 1897, apela constantemente a esta relación necesaria: toda educación se ha socializar la triple unidad moral de la escuela pueden enunciarse así; fin social, fuerza social, interés social, vida social simplificada. La educación es el método fundamental del progreso y de la acción social, la escuela es el instrumento esencial y más eficaz del progreso y de reforma social; el enseñante está comprometido no solo la formación de los individuos, sino de la justa vida social, social o socialidad,

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