Nuevos enfoques de la comprensión de la historia

La historia es un instrumento necesario del que nos valemos los seres humanos para comprender el mundo en que vivimos. Un mundo que se ha ido conformando a través del tiempo, en el que interactuamos y que influye en nuestra vida cotidianamente. Se encarga de estudiar de una manera sistemática la procedencia de las manifestaciones humanas actuales de todas aquellas que conforman la sociedad, es decir, que afectan al conjunto de individuos.

Una de las cosas que se ha discutido, se discute y se discutirá es ¿qué es la historia? Como en otras ciencias, en cada época ha habido escuelas diferentes. Pero desde los primeros historiadores griegos, como Herodoto, nos ha despertado la curiosidad por saber que había pasado antes de nosotros. También algunos pensadores como Francis Fukullama que determino el fin de la historia. Es difícil separar lo que es la historia como objeto de estudio y como ciencia que estudia algo, es por ello que los historiadores han reflexionado desde los inicios de la historia sobre ella misma. No obstante, a partir del siglo XIX se ha incrementado considerablemente el debate sobre cómo se tiene que hacer la historia y cuáles son los caminos para convertirla en una ciencia como las demás.

Según Lucien Febvre: "La historia se hace con documentos escritos, pero también puede hacerse, y debe hacerse, sin documentos si éstos no existen (...). Con palabras, con signos, y con paisajes. En una palabra: con todo lo que siendo del hombre, depende del hombre, sirve al hombre."

Con respecto a Lucien Fbvre, el historiador debe presentar un método historiográfico innovador presentando interrogantes basadas en el presente, Localizando fuentes de todo tipo, no solo textuales, y Analizando en equipo, con la colaboración de profesionales de otras ciencias (como la geografía, la sociología y la economía), para encontrar soluciones a los problemas orientada a la explicación de los hechos, más allá de la simple narración, ya que el historiador no se hace sólo en las bibliotecas, sino también en los archivos, en sus viajes, en sus vivencias y en su edad. “el historiador no es el que sabe, es el que investiga.

Asimismo la historia es, también, la ciencia que estudia esos hechos del pasado y utiliza el método científico de las llamadas ciencias sociales (sociología, antropología,...). No es una ciencia exacta, como las matemáticas o la física, pues dado su objeto de estudio, las hipótesis que establecen los historiadores no se cumplen necesariamente. En ese sentido, el objetivo de la historia es buscar una explicación lo más objetiva y lógica posible a partir de los datos conocidos sobre el pasado o un acontecimiento concreto del pasado.

En los últimos años ha surgido una nueva manera de entender la historia o, mejor dicho, una Historia con numerosos enfoques que debe mucho a la escuela de los Annales. Estos nuevos enfoques reflejan una historia de la vida cotidiana y de las maneras de vivir, de la cultura, de las ideas, de los sentimientos de la gente corriente, de aquellas personas que no tienen poder. La tendencia de esta nueva corriente es humanizar la Historia. Así, ahora encontramos trabajos de microhistoria, de geohistoria, de historia local, historias de la cultura, entre otros.

Se puede afirmar que la historia prepara a los jóvenes para el mundo en que viven. Si bien es cierto que para incorporarse al mundo laboral los alumnos no necesitarán demostrar conocimientos históricos, lo cierto es que si no los tienen no tendrán una visión crítica de la sociedad en la que viven.

A pesar de todo esto la historia proporciona a los alumnos los elementos necesarios para entender la actualidad, intenta entender todo lo que es humano en su conjunto y como ciencia social es la más próxima a la vida cotidiana, por esto puede explicar el funcionamiento de la sociedad. Por ello tiene una función claramente pedagógica. Requiere de un aprendizaje

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