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Organizar En La Alemania Nazi


Enviado por   •  9 de Abril de 2013  •  1.977 Palabras (8 Páginas)  •  504 Visitas

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Organizar en la Alemania Nazi

María Vicenta Ventura Mendoza.

Este ensayo se centra en la necesidad del ser humano de sobrevivir en circunstancias extraordinarias y alterar el significado de ciertas palabras que pueden crear conflictos éticos y morales, usando como referente el capítulo “la circulación de bienes” de la obra de Paz Moreno Feliu (En el Corazón de la Zona Gris). Me quiero centrar, concretamente en la palabra “organizar” y en el amplio uso que se le dio en los campos de exterminio Nazi.

La palabra “organizar” derivada de “órgano” proviene de latín “organum” y esta del griego “ópyavo”.

El origen etimológico lo podemos encontrar en la Grecia clásica; aparece en las obras de Sófocles, y Aristóteles. El significado más concreto es: instrumento, herramienta útil. Con la evolución, la palabra adquiere otros significados y usos y se va ampliando. Aquello que sirve de medio para hacer algo o conseguir un fin.

La RAE nos propone el siguiente significado para “organizar”: Establecer o reformar algo para lograr un fin, coordinando las personas y los medios adecuados.

Y en él nos basaremos, no solo porque sea el que más se acerca al origen del término, sino porque, si observamos la obra de Paz Moreno y concretamente el capítulo antes mencionado, comprenderemos que el uso que se le da a la palabra “organizar” se ajusta bien a los significados expuestos.

“Organizar” adquiere una gran importancia dentro del contexto de los campos y su uso, pero es interesante detenerse en constatar que el término ya se había extendido por toda La Nueva Alemania antes de que se introdujera en los campos.

La evolución de la palabra había adquirido nuevos usos, como son el de utilizarse como expresión para trabajar o resolver o hacer una tarea y otra de ellas y más relevante, es la que se identificaba “organizar” con un acto de dudosa moralidad. La palabra había cobrado un sentido negativo, algo relacionado con el estraperlo y con las organizaciones nazis oficiales.

Pero es precisamente, basándonos en eso, como se interpreta y entiende la relación entre el pueblo alemán y la dirección nacionalsocialista. Había un intercambio de favores mutuos y aunque el partido dirigía dictatorialmente al pueblo, supo redistribuir todo aquello que saqueó de los países ocupados y la expoliación de bienes de los judíos entre las empresas y el pueblo alemán. De esta forma se puede entender que el pueblo alemán, tras la guerra, declarase no ser conocedor de los campos y de lo que allí ocurría. Hemos de situarnos en una Alemania preguerra sumida en una fuerte crisis económica que abarcaba gran parte de Europa e incluso Los Estados Unidos y que tenía a las clases más bajas de la sociedad pasando grandes necesidades básicas como eran el sustento diario.

El pueblo le ofrecía a sus dirigentes un apoyo incondicional. No había una oposición interna digna de mencionar (Hitler ya había declarado ilegales los partidos y sindicatos). No había un sentimiento de culpa; “…el fin justifica los medios…”

El alcance que tuvo la “organización” para el pueblo alemán como forma de satisfacer necesidades básicas, se convirtió en un auténtico negocio. Surgieron personas que supieron enriquecerse amparados y respaldados por la “organización”naci, y que amasaron grandes fortunas.

Organizar en Auschwitz es el centro para la supervivencia y por tanto para las relaciones sociales. A “organizar” no sólo se le atribuye al proceso por el cual mediante el trueque o prácticas menos lícitas, se tiene acceso a objetos o productos básicos. También es utilizado para designar otros fenómenos: conseguir estatus, tratos preferentes, traslados dentro del campo y con ello mejorar las condiciones de vida,…

La única manera de acceder a cualquiera que fuese el artículo, alimento o servicio demandado, era por medio de “organizar”. Teniendo presente la ausencia total de pertenencias de las víctimas (tenían prohibido poseer nada), es lógico pensar que para que existiese un sistema de circulación de bienes, debía existir una estrecha complicidad entre los diversos grupos que ocupaban los campos. Esta complicidad entrañaba una compleja red logística en la que se veían implicados víctimas y verdugos (SS) – los primeros llevados por la necesidad y los otros por el deseo de enriquecimiento personal.

Una de las definiciones que podemos encontrar en la obra de Paz Moreno es la descrita por Simón Lacks, superviviente de los campos y que expresa muy bien la situación cómo se vivía.

Organizar u organizarse, significa obtener no importa qué por no importa qué medio.

“Organizar”, que puede parecer un sinónimo de robo o de transacción en una sola dirección, para los recién llegados a los campos.Pronto se daban cuenta de que sin descartar ese matiz totalmente, “organizar” formaba parte de un complejo y entramado sistema de intercambios que se extendía por los campos, siguiendo unas pautas jerárquicas de prisioneros y que abarcaba también algunos SS y trabajadores externos. Cada cual por sus motivaciones concretas, pero como alguien comenta en sus memorias: “Robar se convirtió en un arte y una virtud, algo para enorgullecerse. Lo llamábamos “organización”.

En Auschwitz, los prisioneros cuando llegaban, eran despojados hasta de su humanidad. Dejaban de ser personas. Perdían sus objetos personales. Les despojaban de sus ropas y cualquier objeto que poseyeran y pasaban a ser un número. “Organizar” se convertía en algo necesario para sobrevivir y en muchas ocasiones sin importar si eso condenaba a otra persona a morir.

“Organizar” era una práctica necesaria y generalizada en los campos. El origen de los bienes que circulaban partían principalmente de varios puntos centrales, pero por lo general relacionados con el expolio de los prisioneros y los muertos en las cámaras de gas. De lo que se deduce que el tráfico de bienes aumentaba según las fases del Genocidio.

Como ya he mencionado antes, uno de los primeros rituales por los que pasaban los prisioneros a su llegada a los campos era el despojamiento de todas sus pertenencias, por tanto no cabe pensar en la existencia de ningún artículo que fuese proporcionado por los cauces oficiales del campo.

El

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