Privados De Libertad

Privados de la libertad

Partiendo del texto del autor Paulo Freire, aprendemos que la educación, tanto sistemática como las que las prácticas educativas alternativas, se deben realizar a través de acciones y no de palabras. Dentro de estas prácticas educativas es que ubicaremos nuestro dispositivo pedagógico como una necesidad de transformar el mundo, basándo-nos en la idea de educación popular, planteada por el autor donde ambos sujetos, el edu-cador (coordinadores será nuestro caso) y educandos (las personas privadas de la liber-tad), no se encuentren bajo las condiciones de la educación bancaria que domestica, disciplina y amarra, sino que sean ambos partícipes activos de lo que se quiere obtener como fin último con la producción y aplicación de lo elaborado en los Talleres propues-tos.

En el contexto de encierro la cruda realidad que se vive allí, determina una nece-sidad urgente de un cambio radical de las condiciones de vida que son observadas por los voluntarios que se visitan las cárceles o aquellos que realizan alguna tarea específica con las personas privadas de la libertad con fines humanitarios. Estos han observado que hay diversos hechos que deben ser analizados, ya que afectan los Derechos Civiles y Humanos de los detenidos. Este proceso de toma de conciencia, debe promoverse desde las prácticas educativas, para que los propios detenidos reconozcan estas situaciones y se origine, desde ellos mismos, la necesidad de modificar estas situaciones de desamparo, inequidad e injusticia.

En ese sentido, la finalidad de la actividad a llevar a cabo, es llevar un aporte al-ternativo, si se quiere educativo, al cambio que debe darse en la problemática carcelaria. La transformación de la realidad carcelaria exige la participación, el debate y acciones de parte de los poderes de los distintos Estados Provinciales, del Estado nacional y de la sociedad toda, en la cual deben intervenir los actores principales: los detenidos.

Lo que nos presenta Freire, es la educación que no sólo interpreta el mundo, sino que, también, lo transforma, con una educación basada en la palabra verdadera, uniendo la teoría y la práctica, con un pensamiento crítico, reflexivo, un cambio basado en el diálogo por medio del cual, el hombre puede y debe cambiar su realidad, su mundo, aportando desde sus propia realidad y certezas y, siempre, con la esperanza de que un mundo mejor es posible.

Freire, nos dice, que enseñar exige saber escuchar, enseñar exige respeto por el saber de los otros, los educandos. Sólo escuchando al educando se los podrá conocer, y recién conociéndolo se le podrá hablar, de este modo, práctica educación no será una mera transferencia de saberes, sino más bien una no-domesticación la cual salvará a las a las personas de la ignorancia: “Es necesario aprender a escuchar. Hay quienes creen que hablando se aprende a hablar, cuando en realidad es escuchando que se aprende ha hablar. No puede hablar bien quien no sabe escuchar” . Con las personas en contexto de encierro, a partir de la didáctica que se utilizará, se encuentra objetivado el mismo fin de Paulo Freire, lograr que, tomando conciencia de las propias restricciones y anulaciones por parte de la sociedad y del Estado, que se elimines los rasgos de violencia que existen en las Unidades Penales que son causales de muertes y de graves afecciones psicofísicas entre las que encontramos el consumo. Asimismo, como la tortura, el maltrato y la represión dentro de las cárceles son consensuadas con “el afuera, con la sociedad civil, es que el pensamiento crítico debe conducir a prácticas que destierren las costumbres de convivencia violenta existentes entre las personas detenidas y la naturali-zación de la agresión de la sociedad hacia ellos.

En el fragmento ,“La tarea fundamental de educadores (as) es vivir éticamente, practicar la ética diariamente” , Freire plantea en el texto la importancia de la respon-sabilidad del testimonio que damos con nuestra conducta, no creyéndonos con estas prácticas que somos los salvadores del mundo, pero la coherencia es un tema complejo y difícil muchas veces de asumir, los educadores son modelos, para muchos de los edu-candos y quizás en este contexto carcelario, al asumir la coordinación de esta práctica educativa, tal vez seamos de los pocos modelos positivos que tendrán oportunidad de ver. Por ello, al involucrarse en este tipo de tareas, es necesario tomar conciencia de la importancia de nuestro testimonio de vida en esta labor, es un rol a asumir con el fin de que alguno de los educandos, sino varios (de los integrantes de los talleres), que, en un futuro, sean ellos mismos los que con su testimonio asuman el rol de la coordinación. La participación activa permite intervenir en aquello con lo que se está disconforme y se quiere modificar, tanto personalmente como colectivamente en el presente que están viviendo; en su realidad.

Es que las minorías más desfavorecidas son las personas que no saben leer ni es-cribir, y en un mundo dominado por los mensajes escritos, el saber leer y escribir es considerado, como el conocimiento más elemental de todos y como una herramienta esencial para el progreso educacional y el desarrollo del pensamiento crítico y reflexivo. La alfabetización es, por tanto, uno de los medios para combatir la exclusión en la parti-cipación de la sociedad.

Se suma a esta idea, que el concepto de educación, además de estas prácticas educacionales alternativas, debe contener la educación permanente a lo largo de toda la vida, ya que la enseñanza, bajo toda modalidad de organización, estructura, es esencial para el desarrollo personal y la participación plena del individuo en la sociedad. Pero la misma no debería desarrollarse como un aprendizaje rutinario basado en una serie de muchos datos, sino como una educación que permita a quien la reciba significar, elabo-rar, modificar y construir su propio camino.

La educación que se puede implementar a través de distintas prácticas que favo-rezcan el reconocimiento de los sujetos como personas con Derechos y de reencuentro con su identidad y valorización humana, es fundamental en cuanto a hacer una contribu-ción crítica a la prevención de violaciones de derechos humanos estimulando a las per-sonas privadas de la libertad, a participar de manera efectiva en la sociedad como miembros activos, informados, críticos y responsables. Desde esta perspectiva, la edu-cación social que se llevará a cabo en la vida carcelaria, de la mano de los Talleres de Escritura, debe ser considerada como una educación ética y política. Considera que el aprendizaje es una parte de la vida, antes que algo separado de otras partes de la vida e irrelevante para ellas. Está vinculada con los grandes

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