RESISTENCIA CAMPESINA EN LA EDAD MEDIA BAJA

SITUACION DEL CAMPESINADO EN LA BAJA EDAD MEDIA

Entre los siglos VI y X en el occidente europeo se fue produciendo un sistema denominado señorializacion de las relaciones sociales, donde la aristocracia territorial se fue imponiendo sobre el resto de la sociedad, adquiriendo poder territorial, político, jurídico y represivo, dando como resultado que los señores terratenientes extendieran sus dominios, absorbiendo las pequeñas propiedades campesinas (que estaban libre de toda carga señorial). Esto trajo como consecuencia un incremento de las propiedades de la nobleza y una reducción de la independencia de las comunidades campesinas, originando que los campesinos que antes eran propietarios de condición libre  pasaran a una situación de sometimiento respecto al señor feudal y se convirtieron en siervos dependientes y perdieran su estatus de libertad.

La dependencia campesina fue empeorando hacia los siglos XI, XII y XIII, ya que la expansión demográfica y agraria, el desarrollo de la economía monetaria y los crecientes gastos de la clase privilegiada trajeron consigo un aumento drástico de la presión señorial y un empobrecimiento de la población.

  Un campesino según las leyes medievales, no era dueño de sí mismo, incluyendo la tierra que trabajaba, sus animales, su casa, y hasta su comida, pertenecía al señor del feudo. Los campesinos estaban obligados a trabajar para su señor, que les concedía a cambio una parcela de tierra para cultivo propio. Muchos se afanaban para producir alimentos suficientes para sus familias y para cumplir con su señor. Les estaba prohibido marcharse del feudo sin permiso. Debían proveer el sustento de los grupos sociales que no trabajaban directamente la tierra (aristocracia, sacerdotes, artesanos, mercaderes, etc.). Tenían que pagar los impuestos del Rey o las cargas feudales al señor, pagar peajes por el uso de puentes, molinos y herrerías, derechos de caza, pesca, el diezmo del 10% de su cosecha que se entregaba a la Iglesia. Obedecer al señor y serle fiel. Las condiciones de vida del campesinado eran generalmente bastante precarias.

DISCURSOS QUE CARACTERIZARON Y OPUSIERON A CAMPESINOS Y SEÑORES

Basado en la obra de James Scott, en la cual se analiza una estructura de dominación que consiste en la institucionalización de un sistema para apropiarse del trabajo, los bienes y los servicios de una población subordinada. Las relaciones se articulan siguiendo un discurso oficial y hegemónico en el que cada individuo actúa según la posición de inferioridad o superioridad que le corresponde por nacimiento. Es lo que denomina “discurso público”: las relaciones explícitas entre poderosos y subordinados. En ellas, los dominantes actuaban con altanería y dominio, mostrando su poder, mientras que los subordinados debían actuar con humildad y sumisión, respetando el orden establecido.

James Scott define las actuaciones de los dominados como tácticas de supervivencia y resistencia, aunque los subordinados o dominados aparentaban resignación y no ofrecían oposición directa frente a las condiciones de su subordinación, creaban espacios sociales ocultos lejos de la vigilancia y el control de los dominadores donde pueden expresar sus disidencias y resistencias ante el discurso público oficial de las relaciones de poder, dando origen al denominado “discurso oculto”. Cuando querían mostrar parte de esa insubordinación, normalmente utilizaban distintos mecanismos que les servían para disfrazar y encubrir las críticas, como protegerse en el anonimato o en explicaciones inocentes de su conducta. El conjunto de estas formas de insubordinación maquilladas es lo que James Scott denomina la “infrapolítica de los desvalidos”.  

El  “discurso campesino” se apoyaba en dos argumentos fundamentales: la defensa de la costumbre, y el rechazo a los abusos sobre personas pobres o indefensas.  Muchas veces se aferraban a la costumbre y rechazaban cualquier cambio o innovación para intentar que no se modificase el conjunto de condiciones que prevalecían en el periodo bajomedieval. Argumentos como queja campesina contra un señor, denunciar la injusticia de determinadas obligaciones, buscar la protección de los poderes públicos a las personas pobres o desvalidas, conformaban lo que se denominó discurso antiseñorial, un juicio de valor de los campesinos sobre sus obligaciones con los señores. Los discursos del campesino  y los señores feudales, no sólo eran distintos, sino que eran totalmente opuestos tanto en su versión pública como en la oculta. Eran dos grupos con intereses totalmente contrarios: el señor feudal buscaba extraer la mayor renta posible explotando el trabajo campesino, y los campesinos trataban de resistirse a las exigencias de los señores y defender su trabajo y su dignidad.

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