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TRABAJO MONOGRÁFICO Documental en latinoamerica


Enviado por   •  22 de Septiembre de 2015  •  Monografía  •  7.183 Palabras (29 Páginas)  •  106 Visitas

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TRABAJO MONOGRÁFICO

POR: David Camilo Camacho Niño.

1. Un contexto histórico del cine documental de 1960 a 2015 en América Latina.

2. Un mirada sobre el cine chileno en el espacio de gestación de la experiencia de Littín como cineasta. El cine chileno entre 1960 y 1980.

3. La filmografía de Miguel Littín y esa relación entre lo documental y la ficción.

Desarrollo

  1. Un contexto histórico del cine documental de 1960 a 2015 en América Latina.

En primer lugar cabe decir que, el documental en américa latina tuvo influencia tanto de parte europea como de parte norteamericana, ya que en estos lugares fue donde surgieron los primeros documentalistas quienes “realizaban una captura pasiva y estática de imágenes, con narrativa lineal, y sus obras no fueron concebidas para estimular el debate, solo por divulgación”, posteriormente el documental se fue desarrollando y modernizando a través del tiempo pasando por un proceso de revolución tanto técnica como tecnológica pasando por la creación de un montaje hasta la idea de hacer un guión y la de observación participe, y que el documental requiere una previa investigación, pasando así por grandes documentalistas como Louis Lumière, Georges Meliès, Dziga Vertov, Robert Flaherty, Jhon Grierson, entre otros.

Entrando ya a hablar directamente con el documental en américa latina se podría decir que se tuvo una influencia tanto europea como norteamericana, resaltando que en el cine latinoamericano se resalta a capacidad y condición de expresión, “Solo el documentalismo buscó un camino diferente, y fue siempre marcadamente social”. En este texto se hablara del cine latinoamericano dividiéndolo por países y temas que fueron relevantes en estos:

  • Documentalismo brasileño: Primero cabe resaltar la corriente cinematográfica Cinema Nôvo, el cual tuvo un cine documental muy independiente y el cual buscaba registrar la polémica realidad del país. Resaltando los mediometrajes liricos de Joaquim Pedro de Andrade O mestre y O poeta (1959), Arraial do Cabo(1960) de Paulo Cezar Saraceni, Cinco vêzes favela (1962) de Joaquin Pedro de Andrade, de igual forma Garrincha (1962) también de Andrade, la cual seguía el estilo francés relacionando al personaje con su realidad social, el documental A historia do Brasil(1973-1975) del documentalista Glauber Rocha, posteriormente y con la transición a la democracia 3 documentales representaron el esfuerzo por superar la herencia de los conflictos sociales anteriores. Hombre marcado para morir (1984)) de Eduardo Coutinho, sobre la problemática de los marginales: Uaka (1988) de Paula Gaitán sobre el folklor urbano y Una avenida llamada Brasil (1989) de Octavio Becerra, un hombre de la urbe y sus problemas cotidianos (Galiano y Caballero. 1999: 13-22).

También se resaltan documentales sobre fiestas nacionales como Viva Sao Joao´ (2002) de Andrucha Widdington, posteriormente el documental Peones (2004) de Cautinho. En los siguientes años Joao Moreira Salles hace dos documentales Entreatos (2004) que habla de la campaña de Lula da Silva en su campaña presidencial mostrándolo como político y hombre y Santiago (2006) que habla de forma subjetiva de su mayordomo de su infancia.

  • Documentalismo argentino: En el documental argentino se habla de la “intervención política” como eje central de tal material cinematográfico debido a los cambios surgidos, desde dictaduras hasta el cambio radical a la democracia. El documentalista Fernando Birri es uno de sus más grandes exponentes con su documental Los inundados (1961) y La Pampa gringa (1963) los cuales hablan de testimonio sociales, este tema inspiro documentalistas de toda Latinoamérica. Seguidamente se creó La hora de los hornos (1967-1968) de Fernando Solanas y Octavio Getino, este documental es catalogado como el más influyente de Latinoamérica el cual se catalogaba como film-manifiesto, revolucionario y a la vez histórico, un modelo de militancia del cine usado en colaboración con las luchas sociales. Luego salió el documental Perón la revolución justicialista (1971), el cual buscaba tener una acción idealista más que peronista teniendo en cuenta que hablaba de Juan Domingo Perón. En esta línea de tiempo se fueron creando grupos colectivos de documentalistas seguidores de Solanas, con obras como Camino hacia la muerte del viejo Reales (1971) de Gerardo Vallejo y Ya es tiempo de violencia (1972) de Enrique Juárez, en los cuales se buscaba reconstruir la historia política. Raymundo Gleyzer, considerado el mayor representante de este documentalismo, comenzó en 1964 con El ciclo y La tierra quema y Ocurrido de Hialfín (1965) con colaboración de Jorge Preloran documentalista etnográfico, posteriormente su segundo periodo después de 1995 con Nuestras islas Malvinas (1988), Nota especial sobre Cuba (19969) y México, la revolución congelada (1970), luego de la desintegración del Frente Antiimperialista de los Trabajadores de la Cultura Raymundo entro a una tercera etapa con Ni olvido ni perdón (1973) sobre la masacre de Trelew y Me mata si no trabajo, si trabajo me matan (1974) una crítica hacia el sindicalismo peronista, luego de esto el documentalismo desapareció casi por completo hasta los años 90 cuando a democracia volvió a surgir, con temas de recuperación de la memoria, denuncia y normalización, Permiso de pensar (1989) de Eduardo Meilij, Futbol argentino (1990) de Victor Dínenzon, Los rubios (2003)de Albertina Carri, y posteriormente con la vuelta de Fernando Solanas con Memoria del saqueo (2004) que es un documental político de montaje con entrevistas, noticieros, reflexión política y militancia irreductible, en el 2005 hace La dignidad de los nadies, pese a la corrupción política, luego se realizaron documentales como Oscar (2004) de Sergio Morkin, Copacbana (2006) de Martín Reijman) que hablaban principalmente en un contexto pas subjetivo dentro de sucesos ocurridos a particulares.
  • Documentalismo en Venezuela, Colombia y Bolivia: En primer lugar, en Venezuela la figura más importante fue Margot Benacerraf con Reverónt (1952) y Araya (1958) que hablaban de familias trabajadoras que toman conciencia sobre las diferencias sociales, luego llegaría Juan Vicente Gómez y su época (1975) de Manuel de Pedro que hablaba sobre el dictador, seguido por La Casa de Pandora (1981) de Ana Cristina Enríquez y Julián Castillo. En Colombia la gran figura del documental de oposición fue la pareja formada por Jorge Silva y Martha Rodríguez, con documentales como Chircales (1967-72) sobre un problema social de explotación a una familia de un suburbio bogotano, posteriormente con documentales como Campesinos (1975), La voz de los sobrevivientes (1980), Nuestra voz de tierra, memoria y futuro (1981) y Amor, mujeres y flores), siempre hablando de problemas y vivencias de comunidades. Otro documentalista reconocido es Carlos Álvarez, con Colombia 70 (1970) y ¿Qué es la democracia? (1971) que hablaban de diferencias sociales y opciones electorales de la historia colombiana. Una última producción colombiana es El corazón (2006) de Diego García Moreno que habla de un soldado que es expulsado del ejército y le toca vivir con una esquirla de una mina en el corazón.

En Bolivia el documentalista más notable fue Jorge Sanjinés, autor de los cortos Bolivia avanza (1964) y Revolución (1964-66) y largometrajes como Ukamau (1966) y Sangre de cóndor (1969) que hablaban más de una identidad cultural que política, luego lanzó ¡Fuera de aquí! (1976) criticando la presencia de empresas extranjeras, después llego Antonio Equino, autor de Pueblo chico (1974) y posteriormente El sagrado Lago Titicaca de Hugo Boero (1981).

  • Documental en Cuba: El documental cubano buscaba la comunicación con el público a través de un lenguaje muy sencillo vinculado de hechos reales, donde se exaltaba la revolución y sus principales documentalistas eras revolucionarios y se encargaban en sus obras de enaltecer tal logro, García Espinosa hizo el guion de  Esta tierra nuestra (1960) y La Vivienda (1959), también con Sexto aniversario (1959) que conmemoro el comienzo de la lucha revolucionaria, luego Patria o Muerte (1960) de Santiago Álvarez, después de muchos años en 1998 se hizo Enredado en sombras, que hablaba de los cien años de cine en América Latina y el Caribe con apoyo mexicano, la obra más conocida de García Espinosa fue Por un cine imperfecto (1969), también con el documentalista Tomás Gutiérrez Alea con el documental Esta tierra nuestra (1959), Asamblea general (1960) y Muerte al invasor (1961). Otro exponente fue Jorge Fraga con El idílico y también con Y me hice maestro (ambos en 1961) sobre unos jóvenes que se capacitaron para ser maestros voluntarios. La montaña nos une (1961) y Escambray (1961) junto a Santiago Álvarez, años después Fraga hace La nueva escuela (1973), entre otros documentalistas esta Manuel Octavio Gómez y tal vez el más reconocido Santiago Álvarez con sus críticas políticas, reportajes internacionales, cortos militantes como Now(1965), Cerro Pelado (1966), Golpeando en la selva (1967), Hanoi, martes 13 (1967) fue uno de los primeros documentales sobre Latinoamérica  de José Martí en donde cuenta como el pueblo vietnamita de Hanoi lucho por su libertad durante la guerra de Vietnam. Sus siguientes documentales fueron L.B.J. (1968), 79 primaveras (1969), ¿Cómo por qué y para qué se asesina a un general? (1971), entre otros, por ello se dice que el cine documental cubano es imposible de seguir a otros países debido a sus características positivas y con tradiciones cinematográficas muy definidas. Últimamente el más interesante documental cubano es El Telón de Azúcar (2006) de Camila Guzmán Urzúa la cual reflexiona sobre la Revolución Cubana.
  • Documentalismo en Chile: Bajo la influencia del cine argentino en Chile se hablaba de un cine que reflejaba la realidad cotidiana, el boom cinematográfico se produjo duranto el gobierno de Salvador Allente de 1970 a 1973, luego del golpe de estado se acabo tal boom pero luego se produjeron grandes documentales como Ahora te vamos a llamar Hermano (1971) de Raúl Ruiz, Compañero Presidente (1971) de Miguel Littín y el reportaje Lo odisea de los Andes (1972-73) de Álvaro Covacevich.

Se dice que el mejor de todos es Patricio Guzmán, quien empezó con La tortura y otras formas de diálogo (1968) y el crítico El paraíso ortopédico (1969), con el triunfo de la Unidad Popular de Allente en 1970 salieron documentales como El primer año (1971) y luego La respuesta de octubre (1972) que fue un film-encuesta sobre la huelga de ese año y luego su obra final es La batalla de Chile (1975-1979) que componían 3 partes, La insurrección, El golpe de Estado y El poder popular. Ya exiliado en Francia hizo La rosa de los vientos (1980-82), El nombre de Dios (1986-87) y ya cuando volvió hizo La cruz del sur (1989-92), La memoria obstinada (1997), El caso Pinochet (1999-2000) y su documental de cierre llamado Salvador Allende (2003) en honor al presidente asesinado.

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