Título del Trabajo: Actividad 4: Nociones Conceptuales del Modelo de Formación Ciudadana y sus fases.

EDUCACIÓN PARA EL DESARROLLO

MODELO DE FORMACIÓN CIUDADANA

La educación para el desarrollo es un enfoque pedagógico queda una perspectiva ciudadana y democrática que promueve unas reflexiones.

“Miguel Argibay, Gema Celorio aportaron una educación activa que promueve la cooperación solidaria y compromete el profesorado y estudiantes en la defensa de los derechos humanos.

El sentido crítico a través del proceso de enseñanza y aprendizajes les permite desarticular los perjuicios e impulsar actitudes solidarias.(Argiloay y Celorio, 2005 pag54)

En la educación para el desarrollo hay que elegir contenidos adecuados para las condiciones respectivas de la educación.

El compromiso político de la educación para el desarrollo con los participantes en los procesos pedagógicos, es mostrar los distintos puntos de vista a fin de potenciar los distintos tipos de sujetos que hay en el aprendizaje y su capacidad crítica, argumentativa para que fundamente mejor sus decisiones y acciones.

Los seres humanos somos interdependientes como lo plantea el enfoque de educación para el desarrollo.

Es importante generar ambientes de

aprendizaje relacionado con distintos procesos sociales y con comunidades.

Contribuye a la formación de valores y cultura de ciudadanía.

Fortalecer en personas organizaciones y comunidades vulnerables con sus saberes prácticos en ciudadanía.

Los derechos humanos plantean una igualdad de género y oportunidades en todos los aspectos sin discriminaciones alguna.

La Educación para el Desarrollo es un enfoque que busca el posicionamiento crítico y activo de quienes participan en el proceso pedagógico, así como su capacidad de comprender la realidad como multidimensional  y en clave de analizar permanentemente las relaciones de interdependencia.

El Centro de Educación para el Desarrollo se encuentra en pobreza, desigualdad y exclusión,  Derechos Humanos, equidad de género,  conflicto, paz y no violencia,  medio ambiente,  interculturalidad, comercio justo y consumo responsable, gobernanza global, y otros de importancia que inciden en las relaciones políticas de la humanidad.

La formación de ciudadanos críticos, activos y socialmente responsables es un proceso colectivo y a la vez autónomo que va más allá de las aulas y del conocimiento.

La ciudadanía han cobrado fuerza  y espacio  en  el  ámbito  académico,  siendo  una  de  las  principales  razones  la  necesidad  de generar  procesos  democráticos  basados  en  la  participación  decidida  del  ciudadano  como actor  político  de  los  asuntos  públicos,  con  prácticas  individuales  y  colectivas.

La sociedad colombiana está constituida por la mezcla de diferentes grupos étnicos lo cual contribuye a crear una diversidad cultural, ideológica, religiosa y cultural.

Formar ciudadanos críticos y activos para la acción social que se caractericen por su compromiso, responsabilidad y participación en espacios para la incidencia en la gestión del desarrollo.

Aprendiendo a actuar de manera acertada para incidir en la realidad.

La formación de la ciudadanía es un conjunto de conocimientos y valores que debemos de practicar para fortalecer nuestra sociedad.

El   desarrollo  de  la  ciudadanía  son  “conflictivos, permanentes,  de  confrontación  y  de  diálogo  social  que  idealmente  al  final  llevan  a  una nueva  formalización  social, política  y jurídica.

La formación  ciudadana  como  proceso  de  construcción  permanente,  dinámica  y  flexible  a  las nuevas necesidades del orden local, nacional y global.

Es por ello que la universidad no sólo tiene el

compromiso de formar ciudadanos, sino

que  tiene  que  buscar  la  mejor  alternativa  pedagógica  que  dé  cuenta  de  ello,  con  procesos que permitan, a su vez, el análisis crítico de la realidad y el planteamiento de alternativas de solución a los problemas sociales latentes o manifiestos de la misma.

El  asumir  este  enfoque  de  Educación  para  el  Desarrollo  tiene  fuertes  implicaciones

para un  proceso de formación ciudadana, pues la lleva a asumir temas como el desarrollo,

la  pobreza, la exclusión  social,  la  discriminación la  intolerancia,  la  equidad  de  género,  el respeto a la diferencia, la acción colectiva y la incidencia política, entre otros.

Conocer la realidad en la cual estamos inmersos y como esta nos afecta de manera directa: existen unas fases de la ciudadanía el cual ve reflejada la violencia contra la mujer, que se ve reflejada en nuestra comunidad y en nuestra ciudad casi todos los días, aclarando que el maltrato contra la mujer abarca no solo en el maltrato físico, si no psicológico.

La fase tres: La ciudadanía identifica mis emociones y las de otros frente a situaciones de la realidad que son de alta complejidad en nuestra realidad porque se han visto muchos casos.

Fase cuatro: Aprendiendo a actuar de manera acertada para incidir en la realidad.

EDUCACIÓN PARA EL DESARROLLO

MODELO DE FORMACIÓN CIUDADANA

El asumir este enfoque de Educación para el Desarrollo tiene fuertes implicaciones para un proceso de formación ciudadana, debe haber una preparación y  ejercicio donde se inculque el sentido a la vida y la convivencia con otros, haciendo una reflexión crítica que los lleve a generar ideas, sentimientos, y comportamientos éticos, manifestados a través de sus acciones en sus comportamientos cotidianos, además que los impulsen a tomar decisiones para una buena formación de su proyecto de vida personal, de comunidad y de país. No solo pensando en su interés personal, sino que también preocupándose por otros,  y evaluando sus propios actos, orientados y cimentados en unos valores.

Algunos aspecto fundamentales a tener en cuenta:

Justicia, libertad, respeto, solidaridad

Se deben formar estrategias para el cumplimiento de estos:

El docente es el elemento clave de la formación ciudadana, debe ser portador de los mejores valores y cualidades, un ejemplo a imitar, es un preceptor, capaz de intercambiar sus experiencias y trasmitir sus conocimientos, de convencer, de ser ejemplo en todos los órdenes. En la aplicación de las acciones pedagógicas debe ser un protagonista, un crítico constructivo, con la responsabilidad de atender los aspectos formativos del docente en formación inicial estableciendo las relaciones con la familia y los demás agentes socializadores, es el encargado de cohesionar e integrar las influencias educativas.

El ideal de formación ciudadana en nuestro país emergió pues como producto a su vez del ideal cívico vinculado al ejercicio de los derechos y al cumplimiento de los deberes, y desde una óptica religiosa, ligado al credo. De la hibridación entre la religión y el Estado surgieron por ejemplo los ritos que aún se conservan en torno a los símbolos patrios y la veneración a los próceres.

Desde mediados del siglo XX, la historia patria y los valores cristianos fueron los orientadores de la formación ciudadana escolar, nutridos por la relación entre el Estado y la jerarquía eclesiástica. La formación no buscaba entonces, como aparentemente sucede hoy, que los niños y los jóvenes se interesaran en los asuntos públicos, sino que estaba motivada más bien por una

Pensar la formación ciudadana en la educación básica ha logrado trascender la participación como sufragante y pasa aun por la instrucción para ubicarse en el nivel de reflexión sobre la norma, pero es necesario ir todavía más allá a fin de lograr que, juzgando los hechos presentes y reinterpretando la Historia, se forme a los estudiantes para que reconstruyan dicha Historia, en un escenario en el que se garantice la escucha activa, se permita el disenso y la revaloración de la norma, y en el que emerja un nuevo concepto de ciudadanía como proceso mediatizado por el ejercicio del juicio y no como un estado o una condición a la que se accede luego del cumplimiento de una determinada edad

• Hay que tratar con los adolescentes, cuestiones controvertidas. • Los profesores no deben utilizar su autoridad para imponer sus ideas. • El centro de las actividades de encuentro es el diálogo y no la instrucción. • El diálogo debe proteger los puntos de vista divergentes. • El profesor es el responsable y garante de la calidad del diálogo y del nivel de aprendizaje.