Amín Maalouf

MAALOUF

- Ideas centrales y temática tratada en "Identidades asesinas" de Amín Maalouf.

Amín Maalouf, realiza en este ensayo un análisis sobre sí mismo, en relación con su historia personal y su entorno, y a través de su relato nos hace ver la complejidad de la identidad de cada persona: tenemos múltiples pertenencias (a un país, una religión, un grupo, una etnia...) que pueden cambiar a lo largo de nuestra existencia. Se pregunta si alguna de ellas es “más importante” que las otras. En cambio, por comodidad o ignorancia solemos simplificarlas para definirnos a nosotros mismos y a los demás al decir “soy francés”, “los árabes son agresivos”, o "los inmigrantes son vagos". Y esa tendencia a etiquetar de forma negligente la procedencia del otro, su pensamiento o sus acciones, es fuente de graves prejuicios, de que se perpetúen falsas creencias y el conflicto humano a todas las escalas, llegando a matanzas colectivas. De ahí el calificativo de “asesinas”.

Maalouf opina que "si hubiera mucha gente de buena voluntad, que intentase hablarse y comprenderse y no permanecer encerrados en una visión estrecha, las cosas irían mejor", y que el mundo se "ha ido envenenando" en décadas por un conflicto que incrementa la tensión en el mundo. Aún así cree que la paz es posible, y sigue: Todos somos responsables de "la barbarie común" hacia la que caminamos, y a todos nos toca "salvar a la humanidad". Desde el final de las ideologías con la caída de la URSS, "el mundo asiste al retorno de las identidades, un mundo donde la democracia está a merced de la escalada de los conflictos". "Saber si seremos capaces de vivir juntos en paz y armonía es una pregunta cuya respuesta es incierta". Destaca las posibles manipulaciones realizadas bajo pretexto de las creencias, “…Cuando sienten que los otros constituyen una amenaza para su etnia, su religión o su nación, todo lo que pueden hacer para alejar esa amenaza les parece perfecto, lícito, incluso llegan a la matanza…” (Genocidio).

También habla sobre la modernidad y expone que todos los inventos, avances tecnológicos, todo lo referente al progreso proviene de Occidente, es una forma de vida que poco a poco se está imponiendo sobre el mundo, como si fuera la única correcta y el resto de países (generalmente pobres) cuanto más se parezcan a Occidente más modernos serán, más avanzados. "Los seres humanos deberíamos poder apropiarnos de la modernidad, en lugar de tener que pedírsela prestada a otros".

Maalouf habla sobre los “fronterizos”, que son las personas en las que se cruzan ancestros de etnias o nacionalidades diferentes, que incluso pueden estar en conflicto. Son personas que por su condición pueden ser puente entre culturas antagónicas al tener muchas cosas en común con cada una, y este tipo de persona es cada vez más frecuente y está llamada a participar de forma especial en el logro de entendimientos.

En la actualidad de la globalización, se dan muy pocos casos de proyectos de integración para aceptar la identidad cultural y personal como un proceso enriquecedor. Cada vez son más mortíferas las afirmaciones de la furiosa identidad frente al diferente. Se reclama como hecho distintivo una raza, una nación o una religión, que nos haga diferentes, mostrada con orgullo, pero expuesto no como un elemento enriquecedor sino diferenciador.

La mundialización ha producido una serie de consecuencias positivas como los derechos humanos, que se extienden por todos los rincones de la tierra. En cambio, la uniformidad tiene más consecuencias negativas que positivas, ya que significa uniformidad en estilo de vida, costumbres, creencias, política, formas de pensar, con el referente del modelo de vida de los EEUU. Cuando una sociedad ve la modernidad en la mano “del extranjero” tiende a rechazarla y a protegerse de ella. Los medios de comunicación contribuyen a reforzar los estereotipos.

Maalouf nos muestra una posición en contra del capitalismo, del fascismo y el fanatismo, siempre en contra del derramamiento de sangre sea por ideologías políticas, económicas, religiosas o culturales. Es una invitación a la coexistencia pacífica, a la tolerancia, a la aceptación de las diferencias, al respeto y al entendimiento del "otro", al mismo tiempo que ejemplifica de forma clara y sencilla la forma en que el desprecio, la intolerancia y la amenaza nos lleva a la destrucción.

- Las principales ideas expresadas por el autor, que destacan son:

• El ser humano es un compendio de identidades, que se van construyendo y transformando a lo largo de nuestras vidas. Es necesario poseer el sentimiento de pertenencia a la comunidad humana, sentirse persona, ciudadano sujeto de derechos y deberes.

• La identidad es una amalgama de pertenencias. Poseer una identidad compleja es enriquecedor, y lo contrario nos empobrece y limita. Pretender hacer de un rasgo propio algo exclusivo y diferencial de una persona o grupo es un error. No al esencialismo. Al reducir nuestra identidad a muy pocas piezas, tendemos a considerar extraños, o incluso enemigos, a quienes no se identifican con esas mismas piezas.

• Universalidad no es Uniformidad. Todas las particularidades son, en principio, respetables. Las tradiciones son respetables siempre y cuando respeten los derechos humanos. Contra éstos derechos no pueden ir ni religiones,

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