EL NIÑO Y LA CIENCIA.
Enviado por sherezadastudnt • 24 de Octubre de 2013 • 793 Palabras (4 Páginas) • 434 Visitas
EL NIÑO Y LA CIENCIA.
Si hay un pensamiento infantil, hay un pensamiento científico infantil. Los niños desde pequeños van construyendo teorías explicativas de la realidad de un modo similar al que utilizan los científicos.
Hacer ciencia no es conocer la verdad sino intentar conocerla. Por lo tanto debemos propiciar en los niños una actitud de investigación que se funde sobre criterios dogmáticos. Esto significa que ellos también son constructores de teorías y de que es esta teoría la que deben poner en juego para saber si les sirve o si es necesario modificarla para poder dar una explicación a la realidad que los circunda.
Principales tendencias a trabajar la ciencia con los alumnos y sus implicaciones Algunas recomendaciones pedagógicas que usted derive del texto para trabajar la ciencia con los niños.
-PRESENTANDO A LA CIENCIA A TRAVES DE CONCEPTOS DEMASIADO SIMPLES: Esta forma de acercar la ciencia en la escuela se basa en la idea de que un niño no puede entender las realidades complejas, esto provoca un desinterés en los niños, quienes normalmente prefieren continuar con sus investigaciones fuera del contexto de la escuela, y de este modo va construyendo un conocimiento para la escuela y otro que responde a sus curiosidades y que se mantiene fuera de ella.
-PRESENTANDO LA CIENCIA A TRAVES DE CONCEPTOS MUY COMPLEJOS, PERO DE UN MODO SIMPLE. Se fundamenta en el presupuesto de que de otro modo los niños no lo entenderían, pero da como resultado una distorsión en los conceptos. Lo más preocupante no es tanto que un maestro sepa poco, sino que se dé cuenta de que sabe poco. Y lo verdaderamente grave es que piense que sabe y trasmita a sus alumnos conceptos científicos complejos como si fueran simples, de un modo erróneo, y sin tener en cuenta que quizás los niños nunca tendrán la posibilidad de reverlos.
ESTIMULAR A LOS NIÑOS A QUE BUSQUEN SUS PROPIAS TEORIAS CIENTIFICAS Y PARTIR DE LOS CONOCIMIENTOS PREVIOS DE LOS MISMOS.
Si tomamos en cuenta que uno de los mayores esfuerzos de un maestro es generar inquietudes, despertar curiosidades, una vez que claramente aparece una, ¿por qué cerrarla rápidamente con una respuesta, dándoles el nombre de un parásito que seguramente van a olvidar, y explicando un proceso bioquímico muy complejo que no podrán comprender? Es mejor iniciar con ellos una investigación sobre el objeto de estudio y buscar por ellos mismos la respuesta de su propia pregunta (pedagogía del agujero). Cuando se le pide al niño que realice una actividad como el cree que es no se le debe decir que es incorrecto y mostrarle “lo que sí es correcto” según la educadora pues quizá quien este en el error sea ella (sistema circulatorio).
Cuando los niños en una clase elaboran una pregunta, nosotros podemos elegir claramente dos caminos posibles; cerrar esa puerta abierta con una respuesta que ellos deben creer y supuestamente
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