El Romancero
Enviado por Cariasco24 • 11 de Mayo de 2014 • 1.420 Palabras (6 Páginas) • 340 Visitas
Introducción
Mientras que, tradicionalmente el romance representa cuentos "íntimos" de personajes, que los juglares encarnan contándoles oralmente delante del pueblo, el poema El Enamorado y la Muerte se distinguen de esta forma. Propone en efecto, por una parte, la intervención del “mí” interior dialogando con otros personajes, y además, toma la forma de un simple cuento objetivo de los acontecimientos que ocurren. Por eso, el papel que desempeña el juglar es más desarrollado ya que podemos imaginarlo tomar tanto la forma de un narrador, y tanto la de dos personajes que dialogan.
El poema se compone de 3 partes, en los 8 primeros versos, el enamorado se encuentra sumergido en un sueño cuando, de repente, la Muerte le aparece, luego, del verso 8 hasta el verso 18, la perspectiva de una muerte próxima hace salir precipitadamente el enamorado de este universo onírico para correr reunirse con su amada, y por fin, los dos últimos versos representan la sentencia de la Muerte
El Romancero
El romancero es un conjunto de composiciones o poemas anónimos de carácter épico o épico-lírico compuestos en los siglo XIV - XV para ser cantados al son de un instrumento o recitados acompañados de este. Suelen presentar una estructura muy simple: un número indefinido de versos que riman con asonancia los pares dejando libres los impares.
El Romance
El romance es un tipo de poema característico de la tradición literaria española, ibérica e hispanoamericana compuesto usando la combinación métrica homónima. No debe confundirse con el subgénero narrativo de igual denominación.
El romance es un poema característico de la tradición oral, y se populariza en el siglo XV, en que se recogen por primera vez por escrito en colecciones denominadas romanceros. Los romances son generalmente poemas narrativos de una gran variedad temática, según el gusto popular del momento y de cada lugar. Se interpretan declamando, cantando o intercalando canto y declamación.
Origen.
Existen dos teorías sobre el origen de los romances: la «teoría tradicionalista», formulada por Gaston Paris, y la «teoría individualista», sostenida por Joseph Bédier. Intentando conciliar ambas, Ramón Menéndez Pidal creó otra que fue llamada «neotradicionalismo».
Teoría Tradicionalista.
Nos explica que los romances pueden tener su origen en la fragmentación de los cantares de gesta. Los juglares iban cantando de pueblo en pueblo; y el público le hacía repetir la parte que más le gustaba o que más le había impresionado, y esto después sería cantado como poemas autónomos, así se formaron los romances épico tradicionales, tomando vida propia e independiente.
La métrica también se explica a partir de la epopeya ya que en los versos del cantar se dividieron en versos octosílabos (rima asonante quedando libres los impares).
Teoría Individualista.
Otros investigadores, por ejemplo Joseph Bédier, han rechazado esta hipótesis. Los individualistas creían que el origen de la épica era el «Mester de Clerecía» (u «oficio de los clérigos»); estos eran los hombres poseedores de la cultura, no necesariamente eclesiásticos, y por tanto podían conocer los hechos históricos y redactarlos más tarde; los individualistas creen que los romances son producto de autores concretos clérigos, que empezaron a escribir poemas épicos, y no una colectividad; ligados a un monasterio, escribían poemas de propaganda eclesiástica, para lo cual no dudaban en usar a los juglares como medio de difusión de la cultura (y propaganda de sus monasterios, cultos sepulcrales de héroes allí enterrados y reliquias de santos). Según la teoría de la cantinela, los romances surgieron antes que los cantares de gesta y estos últimos habrían surgido de la unión o refundición, realizada por un autor individual, de varias cantilenas más cortas. Esta tesis ha sido últimamente revitalizada por los trabajos de Colin Smith.
Características del Romance
Un romance consta de grupos de versos de ocho sílabas (octosílabos) en los que los pares riman en asonante. Los más antiguos pueden añadir para completar la rima la llamada -e paragógica y asimismo no poseen división estrófica; los más modernos agrupan los versos de cuatro en cuatro y no suelen recurrir a este artificio. Todos los romances viejos son anónimos y son influidos en gran manera por la religión, la guerra y el amor.
Se diferencian de las baladas europeas en preferir el realismo a lo fantástico y en poseer un carácter dramático más marcado. Su estilo se caracteriza por ciertas repeticiones de sintagmas en función rítmica (Río verde, río verde), por un uso algo libre de los tiempos verbales, por la abundancia de variantes (los textos varían y se contaminan entre sí, se «modernizan» o terminan de distinto modo a causa de su transmisión oral) y por el frecuente corte brusco al final, que en las mejores ocasiones aporta un gran misterio al poema.
Su estructura es variada:
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