Individuos Heterogéneos: En Pro de la Consecución de Objetivos Comunes.

Individuos Heterogéneos: En Pro de la Consecución de Objetivos Comunes.

José David  Triana

En todas las empresas u organizaciones de cualquier sector de mercado, se establecen metas corporativas asociadas a la obtención de mayores ingresos, y se definen diferentes estrategias para la consecución de las mismas; sin embargo, no se tiene presente en algunos casos la conformación y consolidación de equipos de trabajo que se alineen con estas metas, siendo este uno de los pilares fundamentales en el éxito de las organizaciones. En tal sentido, surge el siguiente interrogante, ¿puede un equipo de trabajo conformado por individuos con tipos de liderazgo y tipos de roles heterogéneos, conseguir de manera eficiente una integración para alcanzar los objetivos corporativos trazados?, dado lo anterior es posible afirmar que la consolidación de un equipo de trabajo diverso es un base fundamental en el éxito de las compañías.

Para dar respuesta al interrogante en principio es importante establecer la importancia de la consolidación de equipos de trabajo, así mismo los tipos de liderazgo y tipos de roles que pueden ejercer cada elemento dentro de estos equipos, revisando de manera transversal la necesidad de tener una integración  y comunicación como características intrínsecas en la consolidación de los mismos.

En la mayoría de las empresas se pueden evidenciar grupos de trabajo donde generalmente existe un reducido número de personas que se reúnen de manera esporádica para tomar una decisión; sin embargo, “la idea de equipo se ocupa en primer lugar para referirse a grupos organizados y que se comunican con diferentes periodicidades o medios” (Pucheu, 2014, p. 237). Podemos decir entonces que son pocos los grupos de trabajo que se pueden llegar a convertir en un equipo de trabajo, equipo que de cualquier manera esta cimentado en una integración efectiva que genera sin darse cuenta, verdadera sinergia para la empresa, de hecho “la actuación de los equipos impacta de manera directa en los resultados de una compañía” (Suárez, 2014). Una compañía no se maneja ni se gestiona por sí sola, una compañía u organización está conformada por personas que si en la práctica son equipos de trabajo consolidado, se verá reflejado en mejores resultado.

En su investigación  Pucheu (2014) manifestó que además de cualidades propias que posee un grupo de trabajo, como lo son: definición de roles y metas, conocimientos técnicos, mecanismos de evaluación, entre otros,  lo que diferencia un grupo de trabajo a un equipo de trabajo son cualidades como confianza, generación y procesamiento de información, y estructuración de las prioridades y ámbitos de decisión; lo que puede llegar a representar un desafío en la obtención de las mismas. (p. 242). Teniendo en cuanta lo anterior es importante recalcar que las habilidades blandas y las relaciones interpersonales, realmente deben ser tan importantes como aptitudes técnicas de la persona y que deben ser tenidas en cuenta de igual manera en el proceso de selección de los integrantes del equipo de trabajo.

Precisamente la integración de los individuos en un equipo de trabajo, además de ser la esencia del equipo en sí, puede llegar a diferenciarlo de otros equipos, en efecto, “la importancia de que los miembros de un equipo se comporten de forma integradora reside en que, al hacerlo, son capaces de convertir en un recurso valioso la variedad y diversidad demográfica y cognitiva de la composición del equipo” (Iborra y Dasí, 2012,  p. 128). Se presume entonces, que es un reto grande el lograr integrar personas con diferentes conocimientos, experiencias, origen y hasta preceptos culturales y lograr la apropiación de un objetivo común sin importar las diferencias que puedan surgir debido a la combinación de estas variables.

Ahora bien, no es suficiente con lograr el objetivo de integrar individuos con las características antes mencionadas, pues luego es necesario incluir otros elementos como tipo de liderazgo y roles; esto se convierte en un reto aún mayor; sin embargo, es lo que sucede en los verdaderos equipos de trabajo.  Pucheu (2014) expuso que:

Si el grupo tiene una tarea y existe consenso sobre las capacidades de un sujeto para coordinar la actividad, debería haber un solo liderazgo, pero si las tareas son numerosas o diversas, y existen capacidades similares entre dos o más miembros, es posible que se observen liderazgos sobre ámbitos o subgrupos. (p. 223).

Esta variedad y combinación de tipos de liderazgo, pero sobre todo el manejo para darles cabida a todos los integrantes dentro de equipo de trabajo, es el verdadero reto al consolidar un equipo.

Un ejemplo de lo anterior es la experiencia de Alberto Quevedo, Gerente de Operaciones de la empresa colombiana Concesión RUNT, quien tiene la responsabilidad de manejar todo la operación del sector de tránsito y transporte en el país, tiene a su cargo cuatro áreas importantes, las cuales son lideradas por personas totalmente diferentes en varios sentidos; sin embargo, “según Quevedo, el manejo interno es realmente complejo, toda vez que cada persona tiene un tipo de liderazgo diferente que los hace únicos dentro del grupo y que puede ocasionar roses entre los mismos individos” (Quevedo, comunicación personal, 19 de abril de 2016). A simple vista se puede afirmar que el trabajo en equipo con individuos heterogéneos puede alcanzar la eficacia más no la eficiencia en la consecución de los objetivos comunes; sin embargo, es importante precisar en algunas de las características importantes que pueden llegar a determinar que un equipo sea heterogéneo.

El tipo de liderazgo es una de las características que identifica a un individuo dentro de un grupo; según la investigación Del Carmen Toribio (1962), concluyó que:

El liderazgo es un fenómeno interactivo que actúa cuando tiene lugar la formación del grupo, la estructura del grupo donde a cada uno de sus miembros se le asigna un papel, una posición relativa en el grupo dependiente de la naturaleza de sus relaciones interactivas con todos los demás miembros, y viene dado en función de los individuos comprometidos en la consecución de un objetivo común. Pero el papel relativo que asume un miembro  individual dentro del grupo se determina por la necesidad del grupo y por los atributos particulares de la personalidad, habilidad y sus diferencias con los otros miembros del grupo. (p. 287).

Lo anterior reafirma la idea de que el liderazgo en un grupo no sólo está supeditado a los atributos intrínsecos de la persona, sino también a la interacción de este individuo con los tipos de liderazgo de los individuos con los cuales interactúa.

En una investigación reciente sobre trabajo en equipo (Pucheu, 2014) se encontró que el tipo de liderazgo, puede llegar a desarrollar características adicionales  dentro del equipo de trabajo como pueden ser, vínculos más fuertes y una comunicación efectiva, que de cierta manera serán un impulsor para afrontar  las inconvenientes que se puedan presentar en la consecución de los objetivos. Teniendo en cuenta lo anterior surge el interrogante, ¿todos los integrantes del grupo deben tener el mismo tipo de liderazgo para enfrentar los obstáculos y salir airosos como equipos?, según lo anterior se puede afirmar que un equipo de trabajo, debe tener diferentes tipos de liderazgo para poder alojar una verdadera integración y generar características adicionales perdurables en el tiempo.

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