Introducción libro de Elvira Ramón Educación Especial

“...el ser humano puede perder todos los sentidos, pero la condición de persona prevalece y eso significa el derecho al desarrollo integral de su personalidad”

               Marina Martín

La Historia de la Educación Especial  es un elocuente reflejo del desarrollo de la civilización humana.  Algunos autores han resumido con apreciable simbolismo la evolución que ha tenido en determinadas etapas históricas la concepción acerca de las personas con discapacidades y la atención que   han recibido estas, desde  la más remota antigüedad hasta nuestros días con frases sencillas pero muy sugerentes: “la educación especial: del exterminio a la integración”, “de la Pedagogía de los defectos a la Pedagogía de la potencialidades”, “de un enfoque rehabilitador, terapéutico, correctivo, centrado en el defecto a   un enfoque psicopedagógico humanista, centrado en las potencialidades  que atesora todo individuo humano a pesar de cualquier diferencia”

De tal modo a la medida que el individuo humano se ha ido transformando en un ser “más humano”, inteligente, capaz,  que se  ha comprendido mejor a sí mismo y a los fenómenos del medio que lo rodea, fue desapareciendo la crueldad extrema, las ideas místicas y anticientíficas acerca de las personas con discapacidades; las actitudes filantrópicas sustituyeron al rechazo y al  abandono a su suerte,  el criterio de aislarlos en instituciones para evitar el contagio social o  para protegerlos, se transformó en la búsqueda de vías, medios y recursos para enseñarlos y educarlos,  los sentimientos de lástima y sobreprotección han ido pasando a ser  preparación   para el  trabajo, la actividad social y el disfrute de una vida social plena y de tal manera, se han ido conformando e imponiéndose criterios cada vez más humanistas, sobre las personas con cualquier tipo de desventajas o limitaciones físicas, sensoriales, intelectuales y otras.

Se torna evidente,   cómo el avance de la cultura,  de los conocimientos científicos, el desarrollo técnico y tecnológico,  la mayor conciencia social y la acumulación de valiosas experiencias prácticas conducen a una mejor comprensión del problema de las discapacidades humanas  (fenómenos naturales y sociales, bio-psico-sociales) y han posibilitado la evolución desde el abandono y crueldad (a veces viceversa, veneración) a posiciones más objetivas, flexibles y tolerantes que generan esos sentimientos y actitudes cada vez más humanistas.

 Es importante enfatizar que esta evolución histórica que también le llamamos  reconceptualización de la educación especial, es resultado de un largo y necesario proceso de desarrollo.  Sin las etapas precedentes no se podría arribar a las concepciones actuales, que si bien niegan puntos de vista, conceptos y procedimientos obsoletos, se enriquecen de valiosas experiencias pasadas. En cada momento o etapa histórica no ha faltado la acción de personalidades progresistas que con sus ideas avanzadas, revolucionarias, lo aceleran hacia estados cualitativamente superiores y además lógicamente,  las concepciones y  acciones de hoy  constituyen la base, sin dudas, de un futuro de mucho mayor desarrollo.

El concepto de Educación Especial ha experimentado cambios en cuanto a su contenido y concepción (reconceptualización) y  extensión (redimensionamiento). Hoy  la práctica educativa especial se apoya esencialmente en una clara concepción humanista, en las capacidades humanas conservadas, en el inagotable caudal de recursos que atesora todo ser humano, sin desconocer las desventajas o limitaciones , lo que determina la consecuente necesidad de ayudas especiales  y se extiende a todo el sistema , a todos los contextos educativos donde siempre se encuentran niños necesitados de apoyos especiales por muy diversas causas: desventajas socio culturales, conflictos familiares que desestabilizan la conducta del alumno, maltratos, inadecuada atención educativa, ausencias reiteradas o intermitentes a la escuela, dificultades en el aprendizaje no atendidas oportuna y adecuadamente, y la existencia de discapacidades, sobre todo cuando no se le brinda los apoyos y la atención educativa  desarrolladora, socializadora y normalizadora que requieren desde las más tempranas edades.

Sin negar su situación peculiar de desventaja,  diferente a su vez en cada persona con discapacidad, se concibe, como los demás, un individuo humano, siempre en capacidad de aprender, de prepararse, integralmente para vivir en sociedad, jugar, estudiar, participar en actividades, trabajar y en muchos casos demostrar genialidades que  asombran a los que creemos estar libres de discapacidades. Se destierra de la concepción actual de la educación especial los conceptos de lástima, sobreprotección, apoyos desmedidos, de “persona anormal, disminuida, minusválida, incapaz, impedida” .

Por otra parte, si en épocas pasadas se consideraba la Pedagogía Especial como la ciencia de las dificultades psíquicas, de los retardos y de todo tipo de perturbaciones (biológicas, psicosociales), que condujo incluso a la denominación  sinónima de Defectología, actualmente en desuso, hoy se va consolidando la concepción de que la Pedagogía Especial y la Educación Especial no pueden concebirse referidas  solo a la educación de un determinado tipo de personas, sino como todo un conjunto de recursos (comunicativos, didácticos,  tecnológicos y de acceso) que se ponen a disposición de los educandos para dar respuestas eficaces a sus necesidades, ya sean temporales, continuadas o permanentes.

De este modo, la Educación Especial es más bien la respuesta o tratamiento a las necesidades de un niño con el fin de facilitar su aprovechamiento escolar y éxitos en el cumplimiento de los objetivos,  respuesta esta diferenciada , muchas veces personalizada, a necesidades educativas especiales que han acumulado los alumnos, presenten o no discapacidades.

Es así que el término Educación Especial va teniendo un acercamiento conceptual a las posiciones teóricas de la Pedagogía  y la educación de la diversidad  y lejos de conjeturas iniciales que auguraban la desaparición o debilitamiento, la tendencia más general de la Educación especial es a multiplicarse, a extenderse al resto de las educaciones.

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