Sobre el tiempo

                      Sobre el tiempo

El estudio de la temporalidad ha sido, desde la antigüedad hasta nuestros días, objeto de reflexión desde muchas perspectivas. Precisamente el transcurso del tiempo siempre ha estado ligado con el transcurso de la historia y la forma de vida social. Nuestra sensibilidad para percibir y responder al tiempo está asociada por muchos estímulos tanto externos como internos, y depende de la situación emocional en la que nos encontremos

¿Acaso sabemos qué es, sin tener que medirlo? En segundos, minutos, horas, días, meses, años, arrugas, cicatrices, crecimiento. Porque sí, es crecimiento intelectual, crecimiento espiritual, crecimiento físico.

Un sociólogo llamado Franco Ferrarotti habla de que el flujo del tiempo no se puede observar mas allá de uno mismo, esta idea muestra la centralidad de nuestras nociones. Por eso cuando decimos “estoy viendo como pasa el tiempo” en realidad me estoy viendo a mí mismo, soy yo el que estoy pasando, el tiempo pasa en mí y conmigo.

Cuando sientes que estás dentro de una nube de incertidumbre es difícil saber hacia donde se dirige el tiempo. ¿En qué dirección será? ¿acaso va mas rápido de lo usual? ¿alguien o algo lo controlará? Tienes miedo de dar un paso errado, tienes miedo de perderlo. Pero ¿realmente se pierde? ¿realmente existe alguna forma de ya no lo poseas o te posea? No es posible.

En ese tipo de momentos de incertidumbre me sirve recordar el pasado, cada momento de sincero sentir, cada simplicidad, y cada experiencia grandiosa. También miro mi presente, vivo en él conscientemente (o lo intento) a través del agradecimiento, de simples actos que me llevan a apreciarlo. Y finalmente imagino el futuro, todos los posibles futuros, las posibilidades infinitas que carga la vida, sea complicado o no. Y es difícil vivir con tanta aspiración de los posibles presentes de las cosas futuras;

“Lo que ahora está claro y patente es que no existe ni el futuro ni el pasado, ni se puede decir con propiedad que hay tres tiempos: el pasado, el presente y el futuro. Quizá sería más exacto decir que los tres tiempos son: el presente de las cosas pasadas, el presente de las cosas presentes y el presente de las cosas futuras. Estas son tres cosas que hay dentro del alma y fuera de ella no las veo. El presente de las cosas pasadas es la memoria. El presente de las cosas presentes es la visión. Y el presente de las cosas futuras es la espera”

• San Agustín de Hipona

El tiempo es movimiento, y también es calma. Es con quién lo atesoramos y es en qué lo invertimos. También es con qué lo acompañamos, y lo complementamos. Para mí el arte es una de las formas que lo complementa y lo transforma desde perspectivas internas, perspectivas que cada persona entiende dentro de sí.

Lo que captura tu atención, y tus sentimientos los une, detiene el tiempo.

Muchas veces en momentos de incertidumbre veo todo confuso, no sé como avanzar, como invertir mi tiempo en mí, en mi bienestar. Y luego tomo mi instrumento y es como si todo se pausara. Los problemas se quedan ahí, aguardando el momento de volver. Y de la forma en que me ayudo a mantener el equilibrio es encontrando la belleza hasta en lo más mínimo (aunque suene muy cliché). La música encierra formas sonoras en movimiento, pero esas formas son específicamente temporales y expresan la vida temporal, se desarrolla en el tiempo y es, a su vez, la experiencia que tenemos durante ese tiempo la que nos permite significarla

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