¿cómo Enseñar A Estudiar?

¿Cómo enseñar a estudiar? (José Arteaga)

La lectura es sumamente interesante, debido a que señala requisitos que son importantes de tomar en cuenta al momento de estudiar, aprender y enseñar matemáticas, al igual que las complicaciones en los alumnos.

Leer bien, principalmente matemáticas es una habilidad que pocos alumnos y personas poseen; requiere de esfuerzos reiterados y bien dirigidos.

Es muy común en los alumnos el hecho de que cuando se presentan ante alguna situación, problema o actividad no se detienen a reflexionar, no analizan, no comparan, ni juzgan, no vuelven a leer tratando de entender, no desprenden de lo que acaban de leer lo fundamental antes de seguir adelante, y, el esperar a que lo hagan no es algo conveniente ya que no tienen ese hábito ni se les ha inculcado a hacerlo en su mayoría. Para que esto no suceda se requiere saber guiarlos y estimularlos.

Hallar estrategias y oportunidades para acostumbrar a los alumnos a la lectura implica dedicar tiempo al estudio dirigido, es decir, de lo que se enseñará y lo que está enfocado al aprendizaje.

El autor Breslich menciona que dentro de una actividad que realizó con sus alumnos, la mayoría de ellos no comprendieron una lectura que les fue indicada, por tanto él les dio instrucciones que serían útiles para la comprensión; a) el análisis de las dificultades cuando se presentan; b) estar listos para formular preguntas definidas respecto a los puntos oscuros que no han sido entendidos; c) de organizar el contenido, de manera que puedan dar un resumen oral de lo que han leído tan pronto como se hayan contestado las preguntas.

Él sugiere que las tres cuestiones anteriores van acompañadas de hábitos de lectura que son indispensables en la comprensión;

1. Leer sin darse cuenta de las palabras difíciles.

2. Leer teniendo en mente lo que no ha sido comprendido.

3. Constantemente detenerse a releer, resumir, generalizar, reflexionar, etc.

4. Asegurarse de que se tiene el conocimiento y entendimiento de todas las palabras.

5. Variar la rapidez de la lectura según la importancia o dificultad.

6. Comparar la lectura con las ilustraciones.

7. Ejecutar paso a paso lo que se pide en caso de ser ejercicios que requieran resolución.

8. Atender citas o fuentes.

9. Resolver tomando en cuenta el cómo se han resuelto otros problemas semejantes.

10. Asegurarse de comprender la simbología.

El saber estudiar no implica solo saber escuchar y leer aunque sea lo más fundamental, sino que se debe obtener personal y voluntariamente la información necesaria, revisar, resumir, organizar, comparar, referir lo que se está aprendiendo a variados conocimientos, experiencias y situaciones. Además, son necesarios buenos hábitos de orden, de precisión, de claridad y limpieza en el trabajo escrito.

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