Capacidades Y Destrezas
Enviado por wilmrojm • 17 de Septiembre de 2013 • 2.377 Palabras (10 Páginas) • 328 Visitas
CAPACIDADES Y DESTREZAS PARA EL EMPRENDEDOR DEL SIGLO XXI
Por: Dr Mauricio Lefcovich
Una primer semblanza
En un mundo altamente competitivo hay cada día menos espacio para la falta de recaudos. Y son los emprendedores, aquellos individuos con las ansias de generar nuevos espacios para la producción los que más cuidado y atención deben prestar. La pregunta es: a qué deben prestar tanta atención? Y la respuesta es: a las capacidades y actitudes que deben poseer y desarrollar a los efectos de poder generar valor agregado para los consumidores, pues es ese valor agregado lo que determinará o no el contacto de éstos últimos con su empresa.
Si hay algo que un emprendedor debe poseer es autoconciencia, o sea conciencia de sí mismo, de su forma de ser y responder antes los sucesos en su empresa y en el entorno. Para ello no hay nada más cierto que el “conócete a ti mismo”. Sólo una persona claramente consciente de sí misma es capaz de dominarse y auto controlarse.
Una persona que toma conciencia de su forma de ser y conducirse, de ser consciente de sus capacidades, virtudes, defectos, limitaciones e inclinaciones, podrá tomar medidas para hacer un óptimo aprovechamiento de lo positivo que hay en él, y tomar los recaudos y prevenciones que le eviten caer en el descontrol.
El conocimiento de si mismo le permite llegar al autocontrol. Es el autocontrol la capacidad de meditar sobre si mismo y sus actos, adoptando una postura que le permite ser consciente de sus decisiones, evitando dañar su persona y prestigio como empresario. La pérdida de control lo hará sucumbir tanto a las inestabilidades del mercado, como a las tormentas que a diario un empresario se ve expuesto. Un empresario como un capitán de navío debe mantener la calma aún en los peores momentos para tomar la decisión mas acertada y guiar la empresa a buen puerto.
Muy unido al anterior aspecto tenemos la fortaleza y templanza necesarias para afrontar las sacudidas a que todo empresario y su empresa están expuestos a lo largo de su trayectoria. Pero es en los primeros pasos, cuando aún se es joven y emprendedor cuando aún se está poco curtido, cuanto más se pone en juego la capacidad de lucha y tesón. Cómo el agricultor que prepara la tierra y siembra sus semillas, un empresario siempre está expuesto a la sequía, el exceso de lluvia, las inundaciones y también al fuego. Es en estos momentos donde se pondrá a prueba la templanza del empresario para aguantar la embestida momentánea del destino y salir adelante.
Cuando en un mundo con abundante oferta de bienes y servicios, se quiere captar parte de la demanda, mantenerla y ampliarla, es fundamental poseer la creatividad mínima para darle tanto a los productos y servicios, como a los procesos de producción y venta, ese toque especial que lo distinga de sus competidores. Sin capacidad de creatividad e innovación sus posibilidades son más que limitadas, muy limitadas. Ante tan alto grado de competencia, sobresalir para atraer los deseos y necesidades de los consumidores requiere de algo que lo haga único y especial. Aún vendiendo golosinas, se debe tener la capacidad de atraer el interés en sus productos y no en los de los competidores.
Como en un juego de fútbol, es ese chispazo de creatividad el que marca la diferencia entre quien gana y quien pierde. No todas las empresas subsisten, muchas caen, y una de las razones es esa falta de capacidad para generar nuevas ideas que le permitan continuar conservando el apoyo de sus clientes.
La creatividad se pone de relieve tanto para generar un nuevo producto, como para diseñar un proceso que permita menores costos y mayor calidad, o bien esa creatividad le permitirá llevar a cabo una mejor publicidad o bien resolver mejor los problemas. La creatividad no es una cuestión menor para aquel que pretenda triunfar en los negocios.
En un entorno cambiante en lo social, económico, político, cultural y psicológico es menester contar con la sensibilidad suficiente para captar esos cambios a tiempo, y aún más adelantarse a ellos mediante una mentalidad proactiva. Para generar empresas de excelencia ya no basta con reaccionar o prevenir, es fundamental generar los cambios, ser capaz de fijar nuevas reglas de juego, sino pensemos en el creador de McDonalds y su revolucionaria visión de la comida rápida y los servicios. Es en este punto donde confluyen la creatividad y la sensibilidad. Se debe ser sensible para captar los cambios del entorno, y creativo para generar la solución que marque la diferencia.
La capacidad de reacción ante lo inesperado fue, es y continuará siendo una aptitud que diferenciará a aquellos que sobrevivan con su empresa, de aquellos que zozobren ante las tormentas del entorno.
En todo negocio que cuente con personal, nuestro emprendedor deberá tener la capacidad de liderar y motivar a estos para mover las piezas hacia la consecución de las metas, y por ello no hay nada tan importante como fijar metas claras y precisas. Estas metas deben estar en conjunción con la misión de la empresa. Tanto el propietario, como los directivos y empleados deben saber en que negocio están y quienes son sus clientes, y por lo tanto saber en que negocio no están y quienes no son sus clientes. Parecerá algo simple y sencillo, pero muchas empresas han perecido al tener una misión restringida o bien poco clara.
Tener clara la misión de la empresa, sus objetivos y ser conscientes de las restricciones y limitaciones le permitirá desarrollar planes más acordes a la realidad y auténticas posibilidades de la empresa. Una de las peores cosas que le puede acontecer a un empresario es no ser consciente de sus limitaciones. Ser consciente de ellas le permitirá contratar a las personas que le cubran sus flancos débiles. Recién en ese momento, cuando aparte de sus conocimientos y experiencias, pueda contar con otra visión más experimentada y analítica, estará en condiciones de poder desarrollar un plan con mayores posibilidades de éxito. Éxito que sólo podrá hacerse realidad si el plan es acompañado de capacidad organizativa, talento para la dirección y un fino espíritu controlador.
Una idea puede ser muy buena, pero hacerla factible requiere de una planificación. Realizado el plan es menester crear una organización en la cual estén claramente definidos los roles, siendo a partir de ella que los integrantes interpretarán sus respectivas partituras para hacer realidad los objetivos. Dirigir a los empleados y obreros para el logro de la mejor performance no es cosa fácil, sólo individuos realmente talentosos pueden sacar lo mejor de sí a cada uno de su plantilla. Es por ello que en estos
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