Competencias Distintivas
Enviado por placidacg1990 • 15 de Julio de 2013 • 1.803 Palabras (8 Páginas) • 1.118 Visitas
COMPETENCIAS DISTINTIVAS
Una competencia distintiva , también llamada competencia básica, competencia esencial, o competencia clave o también "Giro del negocio" y conocida en inglés por Core Business o Core Competente, se refiere en gestión empresarial, a aquella actividad capaz de generar valor y que resulta necesaria para establecer una ventaja competitiva beneficiosa para la organización. Las competencias distintivas se determinan mediante análisis de la cadena de valor, que permiten conocer que actividades son necesarias para satisfacer a los clientes, sus costes y sus rendimientos correspondientes.
La atribución de una competencia básica no se fundamenta solamente en disponer de una tecnología adecuada o unas habilidades de producción, elementos que ambos pueden ser adquiridos o comprados a un tercero, sino también y principalmente, en el grado de conocimiento y aprendizaje de la organización para conocer y manejar esta tecnología y coordinar tales habilidades. La definición de cada core business es una de las fases fundamentales que permiten a una organización decidirse por la subcontratación, outsourcing o externalización, estratégica de algunas de sus actividades.
La gerencia , es considerada la parte de la administración que se ocupa de la dirección y del comportamiento organizacional; en la medida en que la gerencia es responsable de la consecución, asignación y manejo de recursos, se considera el concepto de gerencia como sinónimo de gestión, entendida ésta como la forma de regulación del comportamiento de una colectividad social, que cuenta con recursos limitados, los cuales deben ser utilizados para el logro de unos objetivos que deben ser compartidos en su finalidad última.
Gestionar implica ir más allá de los asuntos operativos y de las contingencias del día a día, es incidir sobre el desarrollo, la innovación y la transformación organizacional. Además, es pertinente considerar que la gestión trasciende la administración de recursos y se involucra con: la manera como se orienta la conducta de las personas, se potencian sus valores, actuaciones, comportamientos, habilidades, capacidades, motivaciones y destrezas; la formalización de prácticas de interacción con el entorno y el logro de resultados: es el proceso orientador de la acción organizacional.
En otras palabras, la gerencia orienta sus actividades hacia la consecución, fortalecimiento, protección y apropiación de aquellos factores que faciliten la renovación de sus activos estratégicos; su acción se fundamenta en dos componentes principales: el enfoque estratégico y las competencias de sus grupos directivos
ENFOQUE ESTRATÉGICO
Es el vínculo esencial entre el hoy y el mañana; a través suyo la organización pretende establecer un nuevo orden a sus funcionalidades y abrir espacio para evolucionar de las competencias actuales a las nuevas y reconfigurar su relación con los clientes.
La acción estratégica tiene dos fases, la formulación que describe por anticipado lo que la institución pretende hacer para alcanzar una ventaja competitiva sostenible, y la implementación de la estrategia a partir de las capacidades requeridas para ello.
Seleccionar la mejor acción estratégica supone considerar aquella alternativa donde se logre un mejor aprovechamiento de las aptitudes estratégicamente relevantes, es decir, que su uso permita aprovechar las oportunidades del entorno; no se puede caer en la trampa de continuar dentro de una orientación estratégica dada por ser la solución fácil o familiar, que no solo puede ser ineficaz, sino también adictiva y peligrosa.
Uno de los aspectos novedosos que han aportado los desarrollos teóricos recientes es la importancia del talento y de su gestión para obtener resultados organizacionales superiores a los de la competencia: “El talento de las personas, incluidas sus competencias, actitudes y disposición a actuar en beneficio de la empresa, pueden generar ventajas competitivas sostenibles para las organizaciones. Hay evidencia empírica de los aportes de una apropiada gestión de las personas a la competitividad”. Es así que la gestión humana, cuando se orienta adecuadamente, juega un papel central en la articulación de la visión estratégica y en el dispositivo activador de los vínculos existentes entre recursos, capacidades y competencias, para alinear la acción con la estrategia de la entidad.
La competitividad, entonces, se alcanza con el diseño de estrategias para el aprovechamiento de los recursos, capacidades y competencias de la organización, bajo la condición de que sean activos estratégicos y de que estén en permanente proceso de renovación para controlar el riesgo de imitación por parte de la competencia.
COMPETENCIAS DE LOS GRUPOS DIRECTIVOS
Las competencias directivas provienen de los activos de conocimiento tácito que tienen quienes dirigen la organización; de ellos emana información para la interpretación del entorno y hacer posible la coordinación de las competencias dinámicas. Su actividad está en relación directa con el enfoque estratégico, vinculando y operativizando el propósito, la misión y las estrategias, para conjuntamente formar la acción de la gerencia en el desarrollo de las competencias.
El trabajo de los directivos está lleno de ambigüedades cuyas soluciones más eficaces no siempre son fáciles de descubrir; enfrentan las tareas desalentadoras de anticipar futuros posibles, evaluar las alternativas y superar la inercia y las disputas internas; los más eficaces ofrecen un propósito estratégico para lograr la ayuda de otros en la consecución de la ventaja competitiva, consiguiendo además reducir la negación y gerenciar el conflicto dentro de la organización. Por tanto, la forma en que los estrategas hacen su trabajo influye de manera significativa en las operaciones de la organización; en su función de líderes, deben determinar la dirección estratégica de la empresa, aprovechar y conservar las competencias distintivas, desarrollar el capital humano, mantener una cultura de organización eficaz, impulsar las prácticas éticas y establecer controles equilibrados de organización.
Se forma claramente un vínculo entre la competitividad de la organización y el papel de sus directivos;
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