Fast fashion

Tema: Fast Fashion

Tesis.

La Fast Fashion tiene un impacto severo en el medio ambiente debido a que las industrias textiles producen grandes cantidades de CO2, se utilizan millones de galones de agua potable para la producción de las prendas y existe una cantidad masiva de prendas desechables. Por eso, es necesario crear conciencia sobre los impactos ambientales que tiene la Fast Fashion y ofrecer opciones para reducirlo, como las tiendas de segunda mano.

Síntesis argumentativa.

Para comenzar, López (2012), Tecnóloga en Diseño Textil de la Universidad Autónoma del Caribe y Diseñadora de Modas y Textiles de la Universidad del Área Andina en Bogotá, menciona que la Fast Fashion es una tendencia que involucra a las grandes marcas del mundo de la moda, donde el número de agentes que intervienen durante el proceso de fabricación y distribución se ha vuelto cada vez menor. Lo que significa que el tiempo que pasa desde que se diseña una prenda, hasta llegar a las manos del consumidor ha disminuido drásticamente.

De igual forma, la doctora en sociología Ana Martínez (2008) menciona que durante los últimos años el sector de la industria de la moda, ha experimentado cambios drásticos. Es por eso que las empresas integraron nuevos sistemas en la estructura organizativa, entre ellas hubo cinco que fueron las más utilizadas, el tránsito de la producción en serie a la producción flexible, el sistema de suministros “justo a tiempo”, “subcontratar” a empresas más pequeñas con mayor flexibilidad, lo que logra aumentar la productividad, el modelo de redes multidireccionales, y por último, la quinta tendencia destacada es el modelo de producción donde una empresa grande opera mediante franquicias y subcontrataciones. Estos nuevos sistemas organizacionales permiten que surjan nuevos productos a un precio más accesible para el cliente, lo cual le da la posibilidad al público de utilizar una gran variedad de prendas accesibles, y acorde a las nuevas tendencias que cambian continuamente.

Además, López expresa que la industria textil es conocida por ser una de las actividades que más contaminan a causa de los residuos que produce y las grandes cantidades de agua, energía y reactivos químicos necesarios para su producción. También, las plantas utilizadas para los procesos textiles usan una gran variedad de tintes y otros compuestos químicos, incluidos los ácidos, bases, sales, agentes humectantes, colorantes, entre otros.

Asimismo, Gina Baldé (2018) afirma que la industria de la moda es la segunda más contaminante del planeta después del petróleo y la segunda que más agua contamina y utiliza seguida de la industria eléctrica, ya que se necesitan más de 10 mil litros de agua para producir un kilo de algodón con el que tan solo se confeccionan un par de jeans. Se necesitan 2,700 litros de agua, lo que una persona promedio consume en dos años y medio, para poder producir lo equivalente a una simple camiseta básica. Además del gran consumo de agua, y la gran cantidad de pesticidas e insecticidas utilizados en los campos de algodón, la producción de fibras textiles sintéticas plásticas necesitan la interferencia de la quema de petróleo, que por consecuencia produce un 10% de las emisiones de CO2 global. Esta cifra supera la cifra de las emisiones causadas por todos los vuelos internacionales y el envío marítimo de mercancía juntos.

Del mismo modo, Boggon (2019), quien es parte de EKOenergy, una asociación Finlandesa para la conservación de la naturaleza, recalca que el mayor problema de esta industria es la cantidad de ropa que termina en los vertederos. En el año 2014, hubo un total de 10.46 millones de toneladas de ropa que terminó en vertederos de Estados Unidos. Otro problema ambiental referente a la industria de la moda es la contaminación de los ríos, ya que muchas fábricas textiles vacían productos químicos a los ríos que se encuentran cerca de la fábrica. El vaciar estos productos tóxicos usados para el tinte de telas, ha sido consecuencia de destruir el hábitat de peces y otros animales, principalmente en los ríos de Indonesia y China. Muchos pueblos dependen de estos recursos como el agua de los ríos para bañarse, beber, lavar o utilizarla para cultivos de la tierra; y debido a la contaminación del agua, se han presentado varios casos de cáncer y diversas enfermedades en las comunidades

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