Gestion Escolar

Como sabemos, enseñar se ha convertido en una actividad mucho mas difícil hoy en día que en el pasado, ya que nos encontramos con una sociedad moderna compleja y cambiante que demanda al sistema educativo un mejoramiento en este, es por ello que las escuelas deben asegurar una formación basada en valores y una educación de calidad, que propicie la construcción de ciudadanos competentes, para que estos puedan desarrollar todo su potencial.

Es por ello que quienes dirigen el sistema educativo, los centros escolares y quienes enseñamos, seamos seleccionados adecuadamente, estemos debidamente formados y recibamos los estímulos e incentivos que merezcamos en función del logro educativo para formar una educación de calidad.

La OCDE (1995) define la educación de calidad como aquella que "asegura a todos los jóvenes la adquisición de los conocimientos, capacidades destrezas y actitudes necesarias para equipararles para la vida adulta". No obstante hay que tener en cuenta que no es lo mismo preparar para la vida adulta en un entorno rural, que en el entorno complejo y cambiante de una enorme ciudad; ni es lo mismo educar aceptando sin más el modelo actual de sociedad que considerando la posible construcción de un mundo mejor para todos. Es entonces que una escuela de calidad es la que promueve el progreso de sus estudiantes en una amplia gama de logros intelectuales, sociales, morales y emocionales, teniendo en cuenta su nivel socioeconómico, su medio familiar y su aprendizaje previo.

Para adentrarnos más en lo de la calidad de la educación retomaremos a Sylvia Schmelkes la cual nos dice que la calidad de la educación básica consta de al menos cuatro componentes: el de relevancia, el de eficacia, el de equidad y el de eficiencia. Los cuales se relacionan para dar pie a la formación o integración de una o de la gestión escolar.

Un sistema escolar eficaz es el que maximiza la capacidad de las escuelas para alcanzar esos resultados." (J. Mortimore) Todo lo que contribuye a realizar la calidad incide positivamente en la efectividad y eficiencia de las instituciones educativas. En el momento en que se trata de mejorar la calidad, debemos empezar a hacer bien las cosas, los procesos se hacen más eficientes y aumenta la confianza y el clima de trabajo orientado a la mejora continua. Para que una enseñanza sea eficaz retomaremos la teoría de Robert E. Slavin (1987), en la cual nos habla de las condiciones de eficacia de un sistema de enseñanza las cuales son cuatro: 1.- La calidad de la enseñanza: Para ser eficaz, la enseñanza debe ser de calidad, no debe entenderse como la aportación de las informaciones que los alumnos necesitan para realizar los aprendizajes que impulsarán el desarrollo de las capacidades deseadas. 2.- El nivel de los alumnos: Un importante problema de la organización de la marcha escolar que repercute en alto grado en la eficacia de la enseñanza. Ésta no puede ser eficaz si no está organizada en función de los alumnos a los que dirige. 3.- La duración: Antes de pensar en la prolongación del curso, hay que asegurarse de que el tiempo programado se dedica realmente al aprendizaje. 4.- El compromiso: La enseñanza, para ser eficaz, tiene necesariamente que llevar al alumno a comprometerse con el proceso de aprendizaje. La entrega del alumno al estudio no depende solamente de una motivación, su entrega depende sobre todo de que la relación entre las características de la enseñanza que orienta su aprendizaje y sus características personales sea acertada.

Como hemos vistos en las lecturas de Sylvia Schmelkes y de Guiomar Namo de Mello la gestión es un elemento determinante de la calidad del desempeño de las escuelas, sobre todo en la medida que se incrementa la descentralización de los procesos de decisión en los sistemas educacionales.

Es por ello que la organización escolar es, en todo caso, y junto con la cultura escolar, consecuencia de la gestión,

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