Impuestos Al Consumo
Enviado por Jason0708 • 27 de Septiembre de 2011 • 1.043 Palabras (5 Páginas) • 1.198 Visitas
El impuesto al consumo
Fernando Sánchez Ugarte*
Existe un amplio consenso, tanto entre los estudiosos de la teoría de las finanzas
públicas como entre los que tienen bajo su responsabilidad aplicar la práctica
impositiva, de que los impuestos menos distorsionantes, con mayor capacidad
recaudatoria y los más fáciles de administrar, son los impuestos generales al
consumo. El IVA es uno entre varias versiones de este grupo de impuestos. A
continuación se describe otra opción en relación con este tipo de gravámenes que
se denominará Impuesto General al Ingreso Consumible (IGIC), y que en el
futuro podría sustituir al ISR.
Para determinar el impuesto se parte de la definición de producto interno
bruto de cuentas nacionales. Restándole a éste la inversión bruta fija se obtiene
la base sobre la cual se calculará el gravamen. En la práctica, a nivel de la
empresa individual, se parte de los ingresos que están sujetos al IVA, monto
contra el cual se podrán deducir todas las compras y adquisiciones que procedan
de empresas que a su vez, a través de la facturación, demuestren que esos
ingresos fueron acumulados.1 Entre estas compras se incluirán adquisiciones de
materia prima, maquinaria y equipo, intangibles, así como importaciones. Una
vez determinada la base del impuesto se aplicará una tasa general única de, por
ejemplo, 20%.
Este impuesto sustituiría al impuesto sobre la renta en todas sus modalidades,
implicando también ciertas modificaciones en la mecánica de aplicación del
impuesto sobre los activos de las empresas. Las personas físicas que realizaron
actividades empresariales, los profesionistas independientes y los arrendadores
de bienes inmuebles destinados a usos no habitacionales serían sujetos del
impuesto. Por otra parte, quedarían exentos los asalariados, los que reciben
intereses y las personas que arriendan casas habitación. También quedarían exentos del impuesto otros ingresos ocasionales que obtienen las personas
físicas, como son: los provenientes de enajenación de inmuebles, los derivados
de legados y donaciones, y aquellos que se obtienen en la venta de acciones o
como resultado de las rifas y sorteos.
Este sistema es equivalente a uno que grava todos los ingresos del capital y
todos los ingresos del trabajo a una tasa única. Es tipo consumo porque se
permite la deducción de los gastos en inversión fija, dejando libre de toda
distorsión la decisión entre consumo presente y consumo futuro.
Con este impuesto se alcanzan varios objetivos deseables en relación con la
estructura del sistema impositivo. Primero, permite una reducción importante en
las tasas marginales de impuestos, de 30, 35 ó 40% que tenemos ahora, según el
caso, a 20%. Esto desde luego reduce los efectos distorsionantes de los impuestos
y atenúa los incentivos a la evasión.
Segundo, amplía de manera importante la base del impuesto e incorpora
nuevos contribuyentes que en la actualidad se encuentran exentos. Así, por
ejemplo, todos los ingresos provenientes del capital y del trabajo se gravan a una
tasa única lo que evita las distorsiones e inequidades del sistema actual que varía
la forma en que grava los ingresos dependiendo de quien los recupera. Es
precisamente la ampliación de la base la que permitiría una reducción
importante en la tasa.
Tercero, se simplifica de manera muy importante el cálculo del impuesto y en
consecuencia se propicia un mejor cumplimiento y se facilita la administración.
El ISR actual es complejo entre otras causas porque pretende gravar los ingresos
a tasas diferentes de acuerdo a quien sea el destinatario. Así, para determinar el
impuesto tienen que intervenir todos los agentes económicos
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