LIDERAZGO
Enviado por anagonza1 • 29 de Octubre de 2014 • 415 Palabras (2 Páginas) • 170 Visitas
No conozco una película -y he visto una cuantas- que refleje con tanto rigor y capacidad pedagógica el concepto clave de "liderazgo situacional" y su adecuación a las diferentes fases de desarrollo de un equipo de trabajo, como esta joya del cine deportivo sobre la que no pasa el tiempo.
En efecto, la historia real de la hazaña que consiguió Norman Dale (Gene Hackman) como entrenador de un modesto equipo de baloncesto en un instituto rural de Indiana, describe a la perfección los cuatro estilos posibles de liderazgo (directivo, instructivo, participativo y delegativo) basados en comportamientos más rectores o más de apoyo. Y -aquí está la clave del éxito de Norman Dale y de cualquier otro manager eficaz- cómo éstos deben ser aplicados no según la personalidad o predisposiciones del líder, sino de acuerdo a los niveles de madurez que van alcanzando nuestros colaboradores.
Por eso la prudencia directiva siempre supone, ya desde Aristóteles, una competencia fundamental, que a menudo olvidamos: flexibilidad según las circunstancias. Lo contrario, pues, de rigideces en nuestro estilo de gestión que explican a menudo tantos fracasos a la hora de conseguir resultados con nuestros colaboradores.
Y el espectador aprende así a familiarizarse con las diversas fases por las que un mero grupo -disperso y sin un objetivo claro- pasa gradualmente a convertirse en un equipo de alto rendimiento, en medio de los avatares, contingencias e imprevistos que tiene todo proyecto y su correspondiente gestión de las personas asignadas. De modo que el liderazgo ejercido por nuestro entrenador guía a sus adolescentes colaboradores por la fase inicial de constitución (forming), para atravesar luego la difícil fase de agitación (storming), perseverar en la inestable de estabilización (norming) y recabar finalmente en la de producción (performing), donde los logros hacen que el viaje haya valido la pena a pesar de las vueltas y revueltas.
Y todo narrado desde un realismo que no edulcora la realidad, con sus limitaciones y reveses. Como en cualquier otro proyecto que tengamos que gestionar. Como ese equipo de colaboradores con el que tenemos que alcanzar los objetivos y metas fijados. Por eso Hoosiers es, más allá de su contexto deportivo, tan aplicable a nuestros entornos profesionales de hoy.
Pero a poco que ahonde el espectador en la figura de Norman Dale descubrirá que su genuino secreto radica en que las expectativas que tiene sobre sus colaboradores son muy elevadas, a pesar de las limitaciones: el liderazgo situacional se convierte así en liderazgo transformador. Como si creyese firmemente en aquel viejo imperativo de Píndaro,
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