Marketing Lessons Accidental Con Man Español

En un artículo de Fast Company anterior , escribí acerca de hacer autostop. En concreto, lo que he aprendido acerca de enganchar un paseo en el semi-rural de Sudáfrica y cómo estas estrategias se aplican a la comercialización. Aprendí algo por accidente el mes pasado que se llevó a mis habilidades hojeando a un nivel completamente nuevo.

Me compre una bicicleta

Yo vivo en una zona con colinas empinadas, curvas peligrosas, baches del tamaño de refrigeradores del dormitorio, y los automovilistas ocasionalmente incompetentes y con frecuencia insane. Así que, naturalmente, yo pensé: "Una bicicleta de montaña sería divertido aquí."

Mi amigo Anthony estaba vendiendo su viejo Merida Matts Sport 500. Me llevé a dar una vuelta alrededor de su patio, le gustó, y le dije que estaría de vuelta con el dinero después de mi próximo encuentro con un cajero automático.

Teniendo en cuenta los riesgos y el hecho de que la mayor parte de mi poder que produce ingresos comienza entre mis oídos y termina en mi teclado, también me tomé un casco y un par de guantes de la bici. Y a las 8:30 am en un trascendental Miércoles, comencé a caminar por el camino a la casa de Anthony llevaba, en lugar de llevar el casco y los guantes.

No había caminado 20 metros cuando un grande, nuevo, brillante Toyota SUV rugió pasado, pisó el freno, y con el respaldo hacia mí. Un turista genial asomó por la ventanilla y le hizo señas, "¿Necesitas que te lleve?"

Agradecido, acepté. Me había estado sintiendo un poco pretensioso acerca de usar el casco y los guantes en el paseo, así que me alegré de acelerar el viaje y reducir mi exposición. Me pregunté por mi buena fortuna; en mi experiencia, es más probable que tenga un par de azulejos se posan en la cabeza de conseguir un paseo si solicita activamente un hombre que viaja sola. Para conseguir ofrecido un paseo, sin respuesta, es algo inaudito.

Cuando dejé a mí mismo, SUV hombre preguntó amablemente, "Su bicicleta está rota?"

Así que eso es lo que estaba pasando. Mi casco y guantes habían proporcionado una razón por qué.

No es un Fluke

Más tarde ese mismo día, después de que Anthony no pudo encontrar una bomba con una válvula Presta, entré mis Mérida varios kilómetros planos cansado a la tienda de bicicletas en la montaña Esplendor. Una vez más, el uso de casco y guantes. Esta vez, para el efecto agregado, yo estaba empujando una bici azul grande por una colina. Y otra vez, recibí una oferta no solicitada de un ascensor.

Cómo enganchar un paseo en Sudáfrica

Así que ahora sé cómo conseguir de forma fiable un paseo por aquí. Yo sólo pongo mi casco de Bell Slant y empiezo a caminar. Antes, los conductores tuvieron que preguntarse por qué un hombre blanco de aspecto saludable no tenía su propio coche. (En Sudáfrica, eso es casi una anomalía.) Ahora saben por qué necesito un paseo: Mi moto tiene que haber roto en alguna parte.

Una vez que mi situación tenga sentido para ellos, las ofertas de viaje vienen fácilmente, con frecuencia no solicitado. La razón por la alivia sus temores de que podría ser un asesino psicópata o compañero de viaje desagradable. También les da una razón para que me recoja: estoy en la necesidad, y son el tipo de persona que ayuda a los extranjeros necesitados.

Lo único que había cambiado en mí fue la razón por qué. El poder de esa visión se aplica a nuestras empresas también.

El poder de la razón por la

Los seres humanos están programados para dar sentido al mundo, para buscar patrones y predecir resultados. Es la forma en que nuestra especie sobrevivieron, adaptados, y prosperaron en muchos entornos diferentes. Y uno de los patrones más fuertes es causa y efecto - razones por las que ciertas cosas sucedan.

El psicólogo social Ellen Langer descubrió que los seres

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