Sapag
Enviado por danitza17 • 7 de Noviembre de 2014 • Informe • 3.508 Palabras (15 Páginas) • 290 Visitas
LA evaluación de proyectos aborda el problema de la asignación de recursos de manera
explícita, recomendando a través de distintas técnicas que una determinada
iniciativa se lleve adelante por sobre otras alternativas de proyectos. Este hecho lleva
implícita una responsabilidad social de hondas repercusiones, que afecta de una u
otra manera a todo el conglomerado social, lo que obliga a utilizar adecuadamente
patrones y normas técnicas que permitan demostrar que el destino que se pretende
dar a los recursos es el óptimo.
Los proyectos surgen de las necesidades individuales y colectivas de las personas;
son ellas las que importan, son sus necesidades las que se deben satisfacer por medio
de una adecuada asignación de los recursos, teniendo en cuenta la realidad social,
cultural y política en la que el proyecto pretende desarrollarse.
La evaluación de proyectos proporciona una información adicional para ayudar a
tomar una decisión. En este sentido, es conveniente hacer más de una evaluación para
informar tanto de la rentabilidad del proyecto como la del inversionista y de la capacidad
de pago para enfrentar deudas. Por otra parte, debe diferenciarse entre la manera
de evaluar la creación de un nuevo negocio y la de evaluar inversiones en empresas
en marcha: outsourcing, reemplazo, ampliación, internalización y abandono.
Socialmente la técnica de la evaluación de proyectos busca medir el impacto que
una determinada inversión tendrá sobre el bienestar de la comunidad. Por medio de
la evaluación social se intenta cuantificar los costos y beneficios sociales directos, indirectos
e intangibles, además de las externalidades que el proyecto pueda generar.
La planificación constituye un proceso mediador entre el futuro y el presente. El
mañana nos afecta hoy, porque es hoy cuando podemos decidir hacer algo para estar
en condiciones de aprovechar las oportunidades del mañana. Es por ello que en todo
proyecto debe planificarse el futuro, para así poder determinar tanto las variables
susceptibles de ser medidas numéricamente, como aquéllas de carácter cualitativo de
indudable incidencia en el comportamiento del proyecto en el tiempo.
La puesta en marcha de los programas definidos se realiza mediante la elaboración
de proyectos, los cuales deberán prepararse y evaluarse para ulteriormente aprobarse
o rechazarse en función de su viabilidad económica y del cumplimiento de los objetivos
establecidos en el programa.
El proyecto no puede entenderse como un objetivo en sí mismo; por el contrario,
sólo será un medio para alcanzar los objetivos generales sobre los cuales se elaboró
tanto el plan de desarrollo como el diseño de estrategias de solución de los problemas
sectoriales.
El preparador y evaluador de proyectos tiene que ser neutral respecto a las políticas
de contexto que se dan en un momento determinado, independientemente de
cuál sea su posición frente a ellas.
ENeste capítulo se sintetiza el proceso de la preparación y evaluación de un proyecto
de inversión. El resto del libro se dedica a analizar en detalle cada uno de
los factores que influyen en la medición de la rentabilidad del proyecto.
Muchas son las variables que se pueden y se deben cuantificar en la preparación del
proyecto. Sólo la simulación precisa de cómo operaría el proyecto una vez puesto en
marcha permitirá determinar las consecuencias económicas que de ellas se deriven.
Los estudios particulares que deberán realizarse para disponer de toda la información
relevante para la evaluación son seis: técnico, de mercado, administrativo,
financiero organizacional–administrativo–legal y ambiental.
El objetivo de cada uno de ellos es proveer información para la determinación de
la viabilidad financiera de la inversión. Si bien no se pretende realizar estudios de viabilidad
técnica, comercial, administrativa, legal u otra, cuando en cada una de estas
áreas exista más de una alternativa razonable viable, sí se deberá evaluar cuál de ellas
es la óptima desde el punto de vista de la racionalidad económica.
Muchas veces podrá suceder que subsistan dudas acerca de los méritos financieros
de más de una alternativa, sea ésta técnica, comercial o administrativa. En estos casos,
no debe optarse por una de ellas, sino que las más relevantes se deben desarrollar en
toda su magnitud para elegir la mejor en la evaluación financiera misma del proyecto.
Abandonar una alternativa tecnológica en el estudio técnico, basándose para ello en
aproximaciones económicas, puede llevar a desechar una alternativa que, combinada
con las proyecciones organizativas, comerciales, legales, administrativas y financieras,
pueda llevar a una rentabilidad mayor.
El estudio de factibilidad financiera no sólo consiste en determinar si el proyecto es
o no rentable, sino que debe servir para discernir entre alternativas de acción para estar
en condiciones de recomendar la aprobación o el rechazo del proyecto en virtud
de una operación en el grado óptimo de su potencialidad real.
El estudio de impacto ambiental como parte de la evaluación de un proyecto se
observa como un elemento cada vez más necesario, tanto por el cambio en la cultura
ambientalista de la sociedad como por el efecto directo sobre los costos o beneficios
que una determinada iniciativa de inversión pudiera tener. La teoría dispone de tres
tipos de instrumentos para medir estos costos y beneficios: los métodos cualitativos,
los cualitativo-numéricos y los cuantitativos.
El estudio económico del impacto ambiental adquiere especial importancia en
la evaluación social de proyectos por las externalidades que se le pueden asociar.
Entre los principales métodos para valorizar estas externalidades están el de valoración
contingente, el del costo evitado y el de los precios hedónicos. En la evaluación
privada del proyecto, las restricciones para el control de daños ambientales obliga al
evaluador a incluir los costos de prevención o los necesarios para subsanar el daño
que pudiera ocasionar el proyecto.
EN el proceso de especialización de la producción se plantean tres interrogantes
fundamentales: qué, cómo y cuánto producir.
Existen distintos mecanismos de respuesta a las interrogantes planteadas.
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