EL MANEJO DE LAS EMOCIONES TOXICAS.

UNIVERSIDAD PEDAGOGICA DE EL SALVADOR

DR. LUIS ALONSO APARICIO

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EL MANEJO DE LAS EMOCIONES TOXICAS

GRUPO 2

INTEGRANTES:

• SILVIA MARGARITA MARTIR AREVALO
• PATRICIA LISSETTE CALLEJAS CORTEZ
• MARIA ADELA GONZALEZ ESPINOLA
• RHINA VERONICA CARPIO DE SARAVIA
• CLAUDIA RAQUEL CAROLINA GOMEZ SANCHEZ

CATEDRATICO:

DR. RODOLFO CARLOS SEMSCH SALINAS

SAN SALVADOR, 27 DE SEPTIEMBRE DE 2014

CAPITULO I

MARCO CONCEPTUAL

1. INTRODUCCION

Las emociones se han estudiado, principalmente, por el papel adaptativo que han jugado a través de la evolución del hombre. Gracias a las emociones se produce una activación que nos proporciona la energía necesaria para responder, rápidamente, a un estímulo que atente a nuestro bienestar físico o psicológico, permitiendo así, nuestra supervivencia. Sin embargo, en los últimos años, se ha descubierto que las emociones pueden ser, también, perjudiciales para la salud, influyendo en la contracción de ciertas enfermedades, perdiendo, en este sentido, su valor adaptativo. Finalmente se empieza a aceptar que disturbios psicológicos leves o intensos pueden causar enfermedades en el cuerpo.

Para mantener la salud emocional y un estado de bienestar es necesario aprender a manejar las emociones, para lograr reacciones acordes a la situación y no desproporcionadas que conllevan a problemáticas y conflictos internos y con el entorno.

El control de las emociones es indispensable para lograr generar personas íntegras y seguras para su futuro desempeño laboral y personal. En el proyecto de investigación se abordara tres capítulos y cada uno de ellos se desglosa de la manera siguiente: el capítulo I, contiene los aspectos generales de la investigación, comprende los objetivos, generales y específicos, antecedentes del problema, la justificación, planteamiento del problema, alcances y limitaciones, y el recuento de conceptos y categorías. En el Capítulo II, se desglosa el marco teórico que sustenta la investigación, el cual incluye la fundamentación teórica metodológica, el marco empírico y finalmente el capítulo III se desglosa el marco operativo que comprende la descripción del sujeto de investigación, la descripción de la técnica utilizada para recopilar información, los recursos y el cronograma.

De las intervenciones llevadas a cabo mediante la investigación, así como las recomendaciones, conclusión, bibliografía y  su respectivo glosario de términos. La propuesta de esta investigación es otorgar a cada emoción el verdadero significado que tiene.

1. Objetivos

General:

• Implementar el desarrollo de inteligencia emocional que favorezca el reconocimiento de las emociones toxicas y la buscar la forma indicada de conducirlas y encausarlas.

Específicos:

• Conocer más sobre la inteligencia emocional y su efecto en el desarrollo y aprovechamiento tanto a nivel personal como laboral.
• Aprender a utilizar las emociones saludables y las emociones toxicas a nuestro favor como guía para la acción adaptiva y la resolución de problemas.
• Mejorar las habilidades de empatía

1. Antecedentes del problema

Bernardo Stamateas, (2012) nuestras emociones están allí para ser sentidas, pero no para dominar nuestra vida porque, de hacerlo, se volverán tóxicas. Sanar nuestras emociones implica prepararse a uno mismo para liberarse de las emociones negativas y tóxicas que, en definitiva, no nos ayudan a encontrar una solución. Las emociones no pueden ser controladas desde afuera sino deben serlo desde adentro de nuestra vida. Vivir significa conocerse y ese conocimiento es le que nos permite relacionarnos con el otro y con nosotros mismos.^[1] 

Cualquier emoción que reprimamos o guardemos sea positiva o negativa es susceptible de convertirse en tóxica. Esa emoción se puede llamar miedo, ansiedad, enojo, envidia, malhumor, etc. Cuando vivimos la emoción tóxica, de alguna forma nuestro cerebro la reconduce y al final va a parar a algún órgano del cuerpo, enfermándonos. Hay personas que les cuesta expresar, por ejemplo, el enojo. Creen que estar enfadado es malo y que no es correcto mostrarse así, por lo que reprimen esa emoción, la guardan, se la tragan o la disimulan y, sin querer, esa emoción no expresada la envían a una parte de su cuerpo y pudiendo tener un problema de salud, como un infarto. Otras personas tienen miedo a tener miedo; entonces evitan situaciones que les generen ansiedad, como por ejemplo hablar en público o estar con otras personas, convirtiendo esa emoción en tóxica. Otros individuos guardan las emociones por tener una autoestima baja y creen que no tienen derecho a expresar lo que desean o sienten, por lo que anulan las emociones, canalizando erróneamente los sentimientos y llevándoles a un estado físico y psíquico enfermizo.

Hay multiplicidad de causas, pero todas ellas tienen algo en común: cada vez que guardamos una emoción o la reprimimos, esa emoción puede acabar siendo tóxica. Nos afecta produciendo enfermedades psicosomáticas, infartos, enfermedades gastrointestinales, etc. Por lo general, todas las emociones tienen una plataforma emocional: el estrés. Cuando una persona tiene una sobrecarga, llámese una deuda económica, un problema en el hogar, con los hijos o con el trabajo, toda esa sobrecarga al final produce una enfermedad, ya sea con más o menos incidencia o más o menos gravedad.  

1.4        Justificación

“Analizar El Manejo  de  las  Emociones  Tóxicas  en los  empleados  de la Empresa G&G  COMUNICACIONES, S.A. DE C.V. En el departamento de Cuscatlán, de dos mil catorce”.

Es importante analizar el manejo de las emociones tóxicas y así poder identificar los factores que inciden en un descontrol emocional, ya sea que se trate de factores socioculturales, cognoscitivos, pedagógicos, y actitudinales que generan un problema ya que muchas veces interrumpe el desarrollo normal de la vida cotidiana de cada persona y afecta todo su entorno, y  puede llegar al grado de afectar el desempeño en su trabajo mostrando bajo rendimiento debido a que todo el tiempo se encuentran enojados, deprimidos, ansiosos entre otros. Y buscar las posibles soluciones para poder manejar nuestras emociones.

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