ADD o ADHD
Enviado por anitazs91 • 6 de Noviembre de 2019 • Resumen • 1.888 Palabras (8 Páginas) • 226 Visitas
ADD O ADHD: Beatriz Janin.
“Psicopatología infantil, aprendizaje y estructuración subjetiva”
Trastorno por déficit de atención por hiperactividad (ADD/ADDH/ADHD)
En la generalidad de los casos tanto padres como docentes, se refieren a este tipo de
chicos, como chicos que no terminan de copiar lo q se escribe en el pizarrón, no
atienden en clase, les va mal en la escuela, le pegan a otros chicos, es imparable, no
obedece, no atiende cuando se le habla y no se puede quedar quieto etc. Estos y
muchos otros son los modos en que se presentan padres, cuyos hijos han sido
diagnosticados como trastorno por déficit de atención por hiperactividad. Pero son
cuestiones muy diferentes las que se ponen en juego en estos decires, ya que no hay
una objetividad en lo que expresan cada uno de ellos en estas frases que refieren.
De esta forma los niños vienen marcados ya por un diagnóstico y nadie se pregunta
qué es lo q le ocurre a este niño, que dificultades tiene, o bien que quiere decir para
ellos ese diagnóstico puesto desde el afuera; sin remitirse al sufrimiento de ese niño, a
sus capacidades, a sus posibilidades y también a sus dificultades, cuando en realidad
hay que ayudar al niño teniendo en cuenta estas consideraciones y marcando que no
hay dos niños iguales, que por algo él es así, y que tenemos que ayudarlo, ya que al ser
el niño un sujeto en crecimiento, en constitución, ninguno de ellos tiene su historia
cerrada o coagulada. Y somos justamente los profesionales lo que podemos hacer abrir
el juego, permitiendo que se vayan armando nuevos caminos, para que ese niño y esa
familia vayan tejiendo una historia propia.
El diagnostico según el dm IV:
El dsm4 es de uso generalizado, tanto para doctores, docentes y psicólogos, los cuales
diagnostican a los niños con los nombres que propone este manual, pero este tiene
diferentes implicancias, ya que hablar de síndromes implica un sello que se entiende
como una definición del otro. En este sentido hay una pasión por diagnosticar, por
definir cuadros, suponiendo que se ese modo se va a avanzar en la solución del
problema. Sin embargo los trabajos médicos, sobre estos síndromes add y adhd se
caracterizan por la descripción de la sintomatología y los efectos de los fármacos, pero
no dan cuenta ni de la producción ni del mantenimiento de los trastornos a partir de
una dinámica psíquica y de los vínculos intersubjetivos.
Por ende lo que se combina en toda la bibliografía medica sobre este tema es el
trípode : DIAGNOSTICO-MEDICACION-TERAPIA CONDUCTISTA; combinación ideal para
dejar contentos a los adultos y ubicar a los niños como enfermos.(La medicación es la
primer salida frete a las dificultades de aprendizaje, incluso desde los mismo maestros
ya que se ven presionados por la exigencias sociales, no solo de los padres sino
también de las autoridades, de que todos los niños tengan que aprender a un mismo
ritmo, y donde lo que importa es el rendimiento y la eficiencia…sin tener en cuenta
que tipo de atención le requerimos que tengan estos niños cuando le pedimos que siga
el discurso del docente en un donde se los inicia a atender estímulos de gran
intensidad, de poda duración y con poca conexión entre si, en un mundo en el que la
palabra a perdido valor, y les pedimos que atiendan a palabras, socialmente se les
exige a los niños a que se preparepara poder ingresan en una sociedad en la que
muchos quedan afuera, de esta manera el fracaso escolar es un modo de quedar al
margen, fuera del mundo y son estas demandas sociales las que motorizan la
medicación).
De esta manera ya no hay interrogantes ni nada por descubrir ya que el niño se
nombra así mismo identificándose como un add, que lo borra como sujeto pero a la
vez lo ubica como algo diferente a la nada. Pierde el nombre propio adquiere una
identidad prefigurada, que lo única en la invalidez y en la dependencia a un fármaco.
Quedando etiquetado para siempre.
Ante esto nosotros tenemos que preguntarnos sobre las causas de las dificultades
infantiles, y sobre las consecuencias del modo en que los adultos (profesionales de la
salud, docentes y padres) podemos incidir en la evolución de esas dificultades. Para
que estos sea posible se requiere de un diagnóstico diferencial, donde no solo
tengamos en cuenta las descripciones que se realizan del niño sobre el cual es
consultado, sino también tener en cuenta que la dificultad escolar debería ser leída en
términos de sobre determinación y de multiplicidad causal, teniendo en cuenta que
son muchos los participantes en el proceso de aprender: el niño, los maestros, los
padres y el contexto social.
Cuando hablamos de aprendizaje escolar nos referimos a:
Las condiciones internas del niño para acceder al aprendizaje.
La relación con el docente.
El modo en que se dictan los contenidos.
La valoración social del aprendizaje.
Para que todo esto sea posible ya desde la primera entrevista debemos ubicar tanto al
niño como a sus padres, como sujetos pasibles de ser escuchados. Cuando se toma la
singularidad del sujeto se puede comenzar a pensar acerca de las causas. De qué es lo
que hace que es niño en particular se presente de ese modo. Caso contrario cuando se
piensa solo en las conductas y en lo observable se pasa por alto el sufrimiento del niño,
y se lo diagnostica rápidamente para una pronta solución. Llevando esto a que muchos
niños en los que se diagnostica add cuando en verdad presentan cuadros psicóticos,
están atravesando un duelo o hay sufrido algún cambio importante.
En conclusión lo primero que se hace es diagnosticar al chico de un modo invalidante,
con un déficit de por vida, luego se lo médica y se intenta modificar su conducta. Esto
lleva a callar los síntomas, sin preguntarse qué es lo que determina esos síntomas ni en
qué contexto se dan.
Privilegiar las conductas remite a la idea de que hay alguien que se porta bien y hay
quieren saben lo que es una buena conducta, sin tener en cuenta que durante la
infancia ciertos comportamientos son propios y esperables a la edad. Y que lo
intolerable para el otro, tiene que ver con un malestar que se impone cuando algo no
encaja en lo esperable,
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