CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO II. El estres
Enviado por Axel Faneite • 27 de Mayo de 2016 • Informe • 1.646 Palabras (7 Páginas) • 313 Visitas
CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO II.1. Antecedentes Desde la década de los años sesenta, se han llevado a cabo investigaciones que intentan determinar de forma más o menos sistemática cuáles son los estresores académicos más importantes que afectan a los estudiantes, principalmente de secundaria (bachillerato), e incluso se han desarrollado y validado diversos instrumentos específicos para evaluar dichos estresores3 . Jackson30 puede ser considerado uno de los pioneros en abordar el estudio del estrés académico. A pesar de que este autor no hace referencia específica de estresores, sí destaca algunos de los aspectos del contexto académico que pueden presionar de forma excesiva al estudiante. Destaca entre ellos: 1) el gran número y variedad de materias que estudia, así como de actividades y tareas que ha de realizar; 2) la necesidad de desarrollar una gran capacidad de concentración y de atención, así como de demorar ciertos impulsos y limitar sus emociones; 3) la evaluación que el profesor, desde su posición de poder, hace de su comportamiento y rendimiento; 4) la masificación de las aulas, que dificulta la interacción con el profesor. Los datos aportados por distintos estudios sobre las principales circunstancias académicas generadoras de estrés entre los bachilleres, permiten diferenciar cuatro grandes grupos de estresores académicos: 1) los problemas de transición y adaptación al nuevo año escolar o nuevo plantel; 2) los referidos a las evaluaciones; 3) los relacionados con el proceso de enseñanza-aprendizaje; 4) las exigencias y las condiciones impuestas por los padres y la sociedad en general. En relación a los problemas de transición, el paso universidad constituye una de las transiciones más relevantes en la trayectoria académica de las personas, y su investigación debería abarcar desde los estudios preuniversitarios hasta al menos, el final del primer año de carrera. Gupchup, Borrego y Konduri32 , evidenciaron que conforme se avanza en la carrera existen mayores niveles de estrés, concluyendo, que la disminución de los factores estresantes podría favorecer el rendimiento académico.
Wolf, Kissling y Burgess33 , estudiaron una muestra de estudiantes del primer curso de Medicina, encontrando que las experiencias negativas señaladas con mayor frecuencia fueron: la sobrecarga de tareas, las pérdidas de tiempo, la gran cantidad de tiempo dedicado al estudio, la falta de tiempo libre, las clases aburridas o mal impartidas y los exámenes. También con estudiantes de Medicina, aunque en este caso de primero y segundo curso, Vitaliano, Russo y Maiuro34 reportaron cuatro grandes categorías de estresores por orden de importancia: 1) la falta de tiempo libre para las actividades de ocio y las relaciones interpersonales, 2) las preocupaciones por el rendimiento y la capacidad personal, 3) el “régimen “ de la carrera médica (sistemas de enseñanza y evaluación, materias de estudio, relaciones con el profesorado…) y 4) los problemas económicos. Abouserie35 , en el contexto británico, elaboró un instrumento estandarizado para medir el estrés académico de los universitarios. Encontrando que la principal causa de estrés eran los exámenes y los resultados de los mismos, seguido de la preparación de exámenes, la sobrecarga de trabajo, la cantidad de contenidos a aprender y la necesidad de obtener buenos resultados, respectivamente. Otros 18 aspectos de naturaleza más social, como los problemas económicos o la falta de tiempo para dedicárselo a la familia y amigos, también resultaron ser importantes fuentes de estrés entre los universitarios. Dentro de los estresores académicos, el papel desempeñado por la evaluación, es el que más investigación ha generado. Splanger, Pekrun, Kramer y Hoffman36 , señalan al respecto que las pruebas y los exámenes a las que habitualmente tienen que enfrentarse los estudiantes suponen un tipo crítico de situaciones de estrés. Diversas investigaciones han identificado la evaluación como la influencia contextual más crítica11,17,18 . Dentro de los estresores relacionados con el proceso de enseñanzaaprendizaje, se ha concedido una especial relevancia al papel que desempeñan las relaciones sociales que se establecen entre los individuos que forman parte del grupo, y especialmente a las de los estudiantes entre sí. El respaldo social es muy importante en la actividad diaria del estudiante, que precisa de la ayuda mutua, la empatía y el reconocimiento de los profesionales y de los compañeros que trabajan con él3 . Así se tiene que Gupchup, Borrego & Konduri32 , realizaron un estudio que relacionó el estrés y la calidad de vida de estudiantes de Farmacia en la Universidad de Nuevo México. Entre sus hallazgos mencionan que las mujeres presentan mayor intensidad de estrés y por lo tanto, experimentan una salud mental de menor calidad; aunque en el componente físico de la calidad de vida, no hallaron diferencias entre hombres y mujeres. Por su parte, Marshall, Allison, Nykamp & Lanke37 , investigaron el estrés percibido y la calidad de vida en estudiantes de Farmacia, destacando ambos aspectos como un requisito, en la acreditación de la carrera. Las agencias de acreditación actualmente solicitan a las instituciones educativas, explorar el estrés en estudiantes, 19 incluyendo sus consecuencias y posibles medidas a implementar. Los resultados del estudio coinciden en que las mujeres tienen mayor grado de estrés y que existen factores curriculares, y otros relacionados con la red social, económicos y asignaciones extra cátedra, que pueden actuar como detonantes de estrés en estudiantes. La familia, el ejercicio físico, el tiempo de ocio e incluso la ingesta de bebidas alcohólicas, fueron consideradas como medidas utilizadas por los estudiantes para disminuir el estrés3,4,17,38 . Ticona6 , al investigar sobre conductas de afrontamiento al estrés en adolescentes pre-universitarios, concluyó que el 42.1% de los estudiantes presentaron estrés severo, predominando en el sexo masculino; las conductas de afrontamiento que adoptaron en su tiempo libre fueron: escuchar música (79.5%), lectura (58.7%) y la práctica de un deporte (62.2%); entre los modelos de consumo los más frecuentes fueron el consumir golosinas azucaradas (85.9%) y bebidas alcohólicas (39.2%). El consumo abusivo de sustancias y de alcohol en los jóvenes universitarios es otro tema generalizado de preocupación. En un estudio realizado por Rioseco39 , el 25% de los estudiantes reportó consumo de alcohol en un nivel de riesgo, indicando la alta frecuencia del uso de alcohol, como recurso dirigido a disminuir el estrés académico. Según Escalante et al40 , en un estudio realizado a estudiantes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (República Dominicana), obtuvieron que un 50.1% de ellos, acostumbra tomar bebidas alcohólicas con amigos, 20.8% con familiares, 16.3% con su pareja y 6% con los compañeros de la universidad. Entre las razones más comunes por la que los estudiantes consumían alcohol, estaban: para celebrar 39.4%, para combatir el estrés del trabajo y los estudios 21.1%, por compromiso social el 14% y para compartir 13%. Los estudiantes que más frecuentemente 20 consumían alcohol eran los que se encontraban entre los 20 y 24 años (46%). Hubo un predominio del sexo femenino con un 52.9%. Con respecto al estado civil, la mayoría de los estudiantes que consumían alcohol eran solteros (63.9%) y los que tenían pareja (casados u otra unión) representaban un 14.4%. En cuanto al nivel de estudio, el mayor porcentaje de los bebedores activos pertenecían al 5to semestre (12.5%), los que estudiaban el tercer semestre y sexto semestre (10.8%) y los del 4to semestre (10.5%). En referencia a los que trabajan, más de la mitad de los que bebían alcohol poseían una actividad laboral (63.7%). Concluyeron que el 78.3% de los estudiantes consumen bebidas alcohólicas. Si comparamos estas cifras con otras reportadas en otras latitudes y otros períodos, en la misma Universidad Autónoma de Santo Domingo, Féliz, Roa, Mejías y Pérez41 , realizaron una investigación en estudiantes de Bioanálisis, reportando que un 72% ingería bebidas alcohólicas, esta es una frecuencia menor que la hallada por Escalante et al40 . Así tenemos por ejemplo un estudio efectuado en la Universidad Iberoamericana de Colombia por Tinoco, Uribe y Allendes42 , donde reportaron que un poco más de la mitad de su población, consumía bebidas alcohólicas; en Costa Rica, Acuña, Amador, Badilla y Jiménez43 , en una investigación hecha entre estudiantes de Farmacia reportaron un 70% de consumo de alcohol; en Antioquia (Colombia), Arango, Gutiérrez, Nieto y Niño7 , hallaron un 61.7% de ingesta de alcohol en los universitarios; en Puerto Rico, Acosta44 consiguió que el 50% de los estudiantes universitarios tomaban bebidas alcohólicas; mientras que en México, se reporta un 75%. En un estudio efectuado por la Secretaría de Salud, Consejo Nacional de Adicciones, en estudiantes de Costa Rica, encontraron que éstos consumían alcohol, para celebrar y pasar un buen rato; resultados que coinciden con el trabajo de Escalante et al40 , donde “celebrar “ fue la 21 principal razón, seguido de “para combatir el estrés del trabajo y los estudios“ y “por un compromiso social“. Además Escalante et al40 , mencionan que tradicionalmente el sexo masculino ha sido involucrado mayormente con el hábito de ingesta de alcohol. No encontrando diferencias significativas (p>0.05) cuando se correlacionó el hábito de ingerir bebidas alcohólicas con el sexo. Según los datos obtenidos, las mujeres han alcanzado numéricamente a los hombres en el consumo de bebidas alcohólicas. En un estudio realizado por Espig, Navarro, Romaguera y Cerró45 , se propusieron como objetivo caracterizar el uso de alcohol en estudiantes de nuevo ingreso a la Facultad de Ciencias de la Salud, de una Universidad Venezolana. La población la constituyeron 440 estudiantes del curso introductorio del año 2007. Como resultados obtuvieron en esta población que la edad media de inicio de uso de alcohol fue de 14.84 ± 2.22 años. El 80.8% había consumido alcohol anteriormente, y en el momento del estudio, lo hacía el 40% de la población. Se determinó que la frecuencia de uso de alcohol fue mayor en las carreras de Medicina y Bioanálisis, con respecto a la carrera de enfermería. La cerveza, vodka y vino fueron las bebidas alcohólicas de mayor consumo. La tendencia fue que los alumnos de medicina tomaron menos cerveza que los de Enfermería y Bioanálisis. La relación entre uso de vodka y carrera de estudios también fue significativa
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