ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

CUADRO COMPARATIVO SOBRE LOS MODELOS PSICOANALITICOS


Enviado por   •  2 de Febrero de 2019  •  Trabajo  •  10.019 Palabras (41 Páginas)  •  356 Visitas

Página 1 de 41

ASIGNATURA:

TEORÍA Y MODELOS DE INTERVENCIÓN. CAMPO DE CONOCIMIENTO: MODELO PSICODINAMICO

TEMA:

CUADRO COMPARATIVO SOBRE LOS MODELOS PSICOANALITICOS

QUE SUSTENTAN LA INTERVENCIÓN EN LA PSICOLOGÍA INFANTIL

FECHA:

2 DE NOVIEMBRE 2017

BIBLIOGRAFIA

  • Bleichmar N. y Leiberman B. C., (2004). El psicoanálisis después de Freud. México: Paidós.
  • Freud S., (1938/2004). Esquema de psicoanálisis. En Freud S. Obras completas: Moisés y la religión monoteísta: esquema del psicoanálisis y otras obras: 1937-1939. Buenos Aires: Amorrortu.

PSICOANALISTA

INICIOS COMO ANALISTA

HIPOTESIS Y ASPECTOS TEORICOS

POSTURA ANTE EL PSIQUISMO

MECANISMOS DE DEFENSA

PAPEL DE LA TRANSFERENCIA

MELANIE KLEIN

- Comenzó trabajando en análisis con niños; inició una práctica original al introducir la técnica del juego infantil para tener acceso a los conflictos y fantasías de una manera más directa y fácil que con la comunicación verbal.

- Insistió que a sus pequeños pacientes había que analizarlos igual que a los adultos, explorando los conflictos inconscientes y absteniéndose de toda medida reeducativa o de apoyo. Lo anterior le permitió observar que los niños desarrollan una neurosis de transferencia análoga a la de los adultos.

- Su desarrollo estuvo protegido por tres grandes figuras cercanas a Freud: Ferenczi, con quien inicia su análisis en 1919, quien la estimula a introducirse en el análisis infantil: Abraham, que la invita en 1921 a trasladarse a Berlín, apoyando sus nuevos conceptos teóricos. Con el inicia su segunda experiencia de análisis, que se interrumpe por la muerte prematura del mismo. Finalmente, Ernest Jones, que en 1926 la convence de ir a vivir a Londres, donde permanece hasta su muerte en 1960.

-

- La envidia primaria retoma su idea de que la agresión se origina desde el comienzo de la vida, teniendo una base constitucional. Este postulado refuerza sus planteos sobre la jerarquía de los factores innatos; las pulsiones tanto agresivas como libidinales no son descriptas a partir de especulación biológica o filosófica, sino como expresiones concretas de las fuerzas mentales en lucha que se ponen de manifiesto en la psicopatología y en las distintas situaciones observadas en la clínica.

-Los artículos presentados por Klein permitieron reelaborar las ideas de fantasía inconsciente, desarrollo emocional del lactante, mecanismos primitivos del psiquismo y otras, en una serie de hipótesis más coherentes y unificadas, lo que culminó en la teoría de las posiciones.

- Uno de sus objetivos es la exploración del inconsciente infantil, interpretar las fantasías, sentimientos, ansiedades y experiencias expresadas en el juego, y si este está inhibido, explorar las causas de dicha inhibición. No se deben reprimir las fantasías agresivas del niño, sino, por el contrario, dejar que las sienta y exprese tal como se aparecen.

- Creía en la existencia de un superyó temprano, a los dos o tres años de edad, que se caracteriza por su sadismo, por lo cual una de las funciones del tratamiento sería la de reducir su excesiva crueldad.

- También ubicó la existencia de un complejo de Edipo temprano, ubicado en los periodos pregenitales del desarrollo.

- Los impulsos agresivos -pregenitales- se expresan, desde el comienzo de la vida, a través de fantasías inconscientes que están dirigidas hacia el cuerpo de la madre.

- El niño trata de dominar los peligros de su mundo interno desplazándolos a su exterior y aumentando de esta forma la importancia de los objetos externos. El juego es como un puente entre la fantasía y la realidad.

- Postula una fase de sadismo máximo alrededor de los 6 meses de edad, coincidiendo con el momento de la dentición y el destete. Cree que el superyó se origina por las primeras identificaciones del niño con el objeto materno, que en esta etapa se introyecta cabalísticamente.

- Klein piensa que el amor por los padres y el deseo de preservarlos juntos e indemnes lo que produce la renuncia edípica y el control de los sentimientos agresivos.

- La idea de pulsiones de vida y de muerte están siempre presente en el pensamiento Kleiniano. Es el sustrato teórico en el que fundamenta la lucha entre impulsos de amor y odio, que son los elementos definitorios del conflicto psíquico y origen de la ansiedad.

- Concibe a la posición esquizo-paranoide como una estructura que organiza la vida mental en los tres primeros meses de vida, constituida por:

  1. Ansiedad persecutoria.
  2. Relación de objeto parcial, con un pecho idealizado y otro persecutorio.
  3. El yo se protege de la angustia persecutoria con mecanismos de defensa intensos y omnipotentes.

-  La ansiedad persecutoria es experimentada por el yo como una amenaza de fuerzas hostiles que lo atacan. Esta angustia tiene un origen principalmente interno (la pulsión de muerte actúa como una fuerza destructiva dentro del individuo) y también otro externo: La experiencia traumática del parto y todas las situaciones posteriores que trabajan frustración.

La pulsión de muerte es proyectada en el primer objeto externo, el pecho de la madre; comienza así la relación entre el yo y el objeto malo externo. A la vez, las pulsiones libidinales son proyectadas en objeto parcial pecho bueno, que desde ese momento existe disociado del pecho malo o persecutorio.

- Klein dice que los factores externos son muy importantes desde el comienzo, ya que toda experiencia buena fortalece la confianza en el objeto bueno externo y todo estimulo del temor a la persecución, por el contrario, refuerza los mecanismos esquizoides, perturbando el progreso de dicha integración.

- El sujeto expulsa violentamente una parte de si mismo, queda identificado con lo no proyectado; al objeto a su vez, se le adjudican aquellos aspectos proyectados de los que el sujeto se ha desprendido. Esta sería para Klein una de las bases principales de los procesos de confusión. Se produce por una motivación personal que busca librarse de ciertas partes de uno mismo.

- Describe a la identificación proyectiva como un fenómeno normal, base de la empatía y la posibilidad de comunicación entre personas. Puede ser normal o patológico, según su intensidad y cualidad.

- Posición depresiva. se produce entre los 3 y 6 meses de edad, a continuación de la posición esquizo-paranoide. Está constituida por:

  1. Ansiedad depresiva. El yo siente culpa y teme por el daño que ha hecho al objeto amado con sus impulsos agresivos.
  2. Relación con un objeto total. La madre, con la que el yo se vincula tanto en sus aspectos buenos como malos. Han aumentado, por lo tanto, los procesos de integración.
  3. El mecanismo de defensa principal es la reparación: atender y preocuparse por el estado del objeto (interno y externo).

- Los sentimientos que predominan en esta posición son la tolerancia al dolor psíquico y la culpa por las fantasías agresivas hacia los objetos amados.

- Las defensas maniacas. Se basan en la negación omnipotente de la realidad psíquica y se caracterizan por la triada de triunfo, control omnipotente y desprecio en las relaciones de objeto. Existen fantasías omnipotentes de dominar y controlar a los objetos para no sufrir su perdida.

- Describe a la envidia primaria como un impulso agresivo que el bebé siente desde el comienzo de la vida dirigido al pecho de la madre, con el deseo de dañar los aspectos buenos y protectores que ofrece el objeto nutricio.

- El psiquismo se origina en un vínculo intersubjetivo, en primer lugar, la relación de objeto del bebe y su madre

- La angustia existe desde el inicio de la vida, es el motor esencial que pone en marcha el desarrollo psíquico, y al mismo tiempo es el origen de toda patología mental. En la clínica será el eje de comprensión de las fantasías y conflictos que se desarrollan en el tratamiento. Sobre ella versará el punto de urgencia de la interpretación.

- Las pulsiones sádicas y agresivas quedan adscriptas en última instancia a la pulsión de muerte, que actúa en el individuo desde los primeros momentos del desarrollo. La frustración provocada por los objetos será un elemento coadyuvante pero no causal ni definitorio para dichos impulsos agresivos.

- Klein está interesada en describir el desarrollo psíquico temprano, principalmente el primer año de vida, pues lo considera el fundamento de todo el desarrollo psíquico posterior

- Propone la existencia de un yo incipiente desde el nacimiento, es quien siente la angustia, se relaciona con un primer objeto y realiza mecanismos de defensa primitivos.

- Los mecanismos principales que posibilitan el intercambio, son la identificación proyectiva y la introyección. Los objetos del mundo interno, por proyección, dan significado a los objetos externos y a la realidad. La teoría de las posiciones explica el vínculo con la realidad tanto externa como interna. En la posición esquizo-paranoide los objetos serán distorsionados y fantásticos, como resultado de la disociación y la proyección en ellos de impulsos libidinales y tanáticos; en la posición depresiva, los objetos tanto internos como externos estarán integrados y mas acordes al principio de realidad.

- Splitting o disociación, fue el nombre que utilizó al observar que en el juego y en las fantasías infantiles, los niños podían partir en dos un objeto, disociarlo, separando un aspecto totalmente bueno que proyectaban en una persona, de un aspecto exclusivamente malo.

-  La proyección aparece primero ligada a la pulsión de muerte cuya amenaza de destrucción interna se contrarresta al ser expulsada fuera del sujeto. Esta proyección de agresión y de libido permite que se constituyan los objetos parciales pecho bueno y pecho malo.

- La disociación permitirá una división entre bueno y malo de os objetos externos e internos, así como también una disociación del yo.

- La introyección es esencial para la constitución del psiquismo, ya que favorece la construcción de los objetos internos, permitiendo la formación del yo y superyó.

- Al considerar algunas de las defensas contra la envidia, Klein menciona:

  1. Los mecanismos de disociación, omnipotencia y negación son reforzados por la envidia.
  2. La huida de la madre hacia otras personas que son idealizadas constituye una defensa para alejarse de los impulsos envidiosos hacia el objeto primario; si estos son muy intensos, se perturban las sucesivas relaciones.
  3. La desvalorización del objeto, se da para disminuir el ataque envidioso.
  4. Después se da una desvalorización de la propia persona como forma de negar la envidia.
  5. Trata de despertar envidia en las otras personas para no sentir la propia, esto lleva una incapacidad de gozar con los propios logros y temor de dañar a los objetos amados.
  6. Sofocar tanto los sentimientos envidiosos como los de amor, lo que se expresa en indiferencia; muchas veces estas personas tratan de alejarse del contacto con otras, principalmente si les resultan significativas.
  7. El acting-out es empleado a veces para mantener la disociación y evitar la integración de los sentimientos envidiosos.

-Quiere dar cuenta de los sucesos que ocurren en el consultorio y en el vínculo interpersonal entre paciente y analista. Observa que el paciente se compromete emocionalmente en el tratamiento, que incluye al terapeuta en sus fantasías, que despliega un universo lleno de ocurrencias y asociaciones, pero sobre todo con fuertes sentimientos y angustias.

- Mas allá de nuestras buenas intenciones, el paciente nos percibe desde sus propias proyecciones y su subjetividad. Klein trató de dar cuenta de estos procesos con el concepto de identificación proyectiva.

- La idealización constituye una defensa del yo para protegerse de una excesiva persecución, manteniendo a la vez la disociación entre objetos idealizados y persecutorios.

- Negación. Es un mecanismo omnipotente por el cual la mente niega la existencia de objetos persecutorios, que disocia y proyecta en el exterior. Al mismo tiempo, el yo se identifica con los objetos internos idealizados, con los que contrarresta la amenaza persecutoria.

- En la posición depresiva se presenta la reparación: atender y preocuparse por el estado del objeto (interno y externo).

- Dado que Klein sostuvo la importancia que las fantasías tanto agresivas como libidinales tienen en el desarrollo mental, su lógica consecuencia es suponer que en el vínculo con el analista se producirán tanto sentimientos amorosos como hostiles, por lo que es necesario interpretar sistemáticamente la transferencia positiva y la negativa, para que el paciente pueda lograr una aproximación a comprender su realidad psíquica.

- Según Klein, la manera de afianzar el vinculo terapéutico desde los primeros momentos del tratamiento, es que el paciente se sienta aliviado en sus angustias y comprendido por el terapeuta. Lo único que puede darle al paciente esa seguridad y confianza en el proceso psicoterapéutico, es que el analista le interprete a profundidad, las ansiedades y defensas en sus relaciones de objeto.

- El analista Kleiniano no está a la búsqueda de lapsus, síntomas, etc., como expresiones privilegiadas del inconsciente. Por supuesto que cuando ocurran las tomar en cuenta. Pero su función principal es dejarse envolver en el clima emocional de la sesión, recibir todas las proyecciones que el paciente, indefectiblemente, hará sobre él, estar muy sensible a las manifestaciones transferenciales y contratransferenciales,  para de todo ese acontecer, extraer la estructura básica que marca el punto de urgencia de la sesión. Eso es lo que habrá que interpretar.

- El insight debe permitir el conocimiento y reintegración de dichos aspectos disociados y proyectados del self. Ello permitirá una comprensión vivencial del conflicto y, principalmente, una mayor integración de la personalidad.

- Se llega a la etapa final de un análisis cuando han sido suficientemente disminuidas las ansiedades paranoides y depresivas mediante la elaboración repetida de ambas posiciones.

JACQUES LACAN

- Formuló una teoría profunda y compleja que, bajo la consigna del retorno a Freud, redefinió desde la perspectiva del estructuralismo y la lingüística, todas las categorías psicoanalíticas conocidas, al mismo tiempo que creó muchas otras.

- Hizo una reformulación de las bases mismas de la teoría, la metapsicología y la clínica.

- El viraje conceptual propuesto por Lacan debe ser entendido dentro del contexto creado por la influencia estructuralista en Francia, principalmente con la lingüística de Saussure y con la antropología de Levi-Strauss.

- La unidad fundamental del lenguaje, es el signo, que está compuesto de una imagen acústica o significante y un significado o concepto. El significante es incorpóreo. Aunque es susceptible de hacerse sensible, no se requiere de su presencia física para que entre dentro de la categoría de significante. Lo que lo caracteriza es la diferencia que existe entre su imagen acústica (que puede, potencialmente, hacerse sensible) y todas las demás imágenes acústicas del sistema.

- El significado es todo aquello a lo que se refiere el significante. Es lo que está ausente en la parte sensible del signo.

- Entre significado y significante hay un equilibrio imposible de romper: el uno no es sin el otro. El significante sin el significado no existe, es solo un objeto. El significado a su vez, sin el auxilio del significante es impensable, indecible, es lo inexistente.

- Sobre los procesos metafóricos y metonímicos, Lacan escribe su tesis de que el inconsciente se estructura como un lenguaje. También el lapsus, los actos fallidos, los sueños y los síntomas, en suma, todas las formaciones del inconsciente, surgen como resultado de las sustituciones metafóricas o metonímicas de uno o más significantes por otros, vinculados con los originales por distintos tipos de relaciones.

- Narcisismo. Papel del otro en la constitución del sujeto. Lacan parte de un hecho observado en la psicología comparada: el bebé de 6 meses reacciona jubilosamente ante la proyección de su propia imagen reflejada en un espejo. Esta reacción contrasta con la indiferencia que muestran otros mamíferos ante su reflejo especular.

- Lacan piensa que el ser humano tiene una representación fantasmática del cuerpo en la que este aparece fragmentado. La imago de su esquema corporal fragmentado sigue expresándose durante la vida adulta en los sueños, los delirios, los procesos alucinatorios.

- En esta identificación con una imago que no es más que la promesa de lo que devendrá, hay una trampa: el sujeto se identifica con algo que no es. De hecho, cree ser lo que el espejo o, digámoslo ya, la mirada de la madre le reflejan. Se identifica con un fantasma, usando el termino lacaniano, con un imaginario.  

- El yo así constituido es, para la teoría lacaniana, el yo-ideal, diferente al ideal del yo. El yo-ideal es una imago anticipatoria adelantada, lo que no somos pero queremos ser. Imagen mítica, narcisista, cuyo logro persigue el hombre incesantemente. La estatua, el uniforme, el héroe, son significantes con que el ser humano remplaza aquella asimetría ilusoria primitiva. El ideal del yo, por el contrario, surge de la inclusión del sujeto en el registro simbólico. Al ser imposible devenir en ese personaje legendario, poderoso, perfecto, el individuo acepta que forma parte de una estructura, de la cual es perpetuador. Su papel es transmitir la ley.

-El tipo principal de identificación un sujeto tiene gran importancia psicopatológica. Lacan ha propuesto que tanto la psicosis como las perversiones se asientan sobre un estilo identificatorio del orden imaginario, más que el orden simbólico.

-   En su trabajo “la instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud” (1957), Lacan dice: “nuestro título da a entender que más allá de esa palabra, es toda la estructura del lenguaje lo que la experiencia psicoanalítica descubre en el inconsciente. Poniendo alerta desde el principio al espíritu advertido sobre el hecho de que puede verse obligado a revisar que la idea de que el inconsciente no es sino la sede de los instintos”. La letra, a su vez, es definida como “… ese soporte material que el discurso concreto toma del lenguaje”. Lo que de hecho no es más que el significante.

-  Al salir de la fase identificatoria del estadio del espejo, el niño esta alienado en un imaginario de la madre. Ansía ser el deseo de la madre. Esto implica ser lo que la madre no tiene: el falo. Hay en ese momento una segunda etapa identificatoria: la identificación con el deseo del otro. El dilema en el que se debate en ese momento el sujeto es el de ser o no ser el falo, lo que posterga la temática de la castración; esta se anunciará mas ajustadamente si decimos que de lo que ella trata es de tener o no tener el falo.

- Debemos aclarar que para que esta mediatización se produzca, no basta con que el padre interponga la prohibición. La madre debe hacerse eco de ella, transformándose en portavoz de lo que Lacan llama “Ley del padre”. El niño descubre entonces que el deseo de cada uno debe someterse a la ley del deseo del otro. En este punto, la segunda etapa del Edipo, se transita de la ilusión de “ser” el falo a la de “tener” el falo, ya que se supone que el padre tiene el objeto del cual la madre depende, al punto de imponer una ley que le causa, a su vez, una privación.

- Llegamos así a una tercera etapa del Edipo. Se atestigua por hecho de que la criatura ha recibido la significación. El niño rechaza su condición de “ser” para iniciar en la dialéctica de la negociación que le permita “tener”. Entra en juego la identificación del varón con su padre y la niña (quien asume el “no tener”) con su madre.

- Los tres registros, imaginario, simbólico y real, interactúan simultáneamente. Son el nudo Borromeo, una figura en la cual al desatar uno de los cordones, quedan sueltos los otros.

- El hombre nace en un universo que habla, en un universo de lenguaje. El solo hecho de ser nombrado lo introduce al sistema lingüístico, y este sistema lo transforma en un significante más de la cadena. El sujeto es, según Lacan, un significante para otros sujetos o significantes.

- El ingreso al mundo del significante y, por ende, la constitución del inconsciente y la represión originaria, están sujetas a el. Es esto lo que Lacan teorizó bajo la denominación de la “metáfora del nombre del padre”.

- El sujeto psicológico nace al ser incluido en el orden del significante y la ley del padre, reconociendo la castración. Pero por este mismo acto es escindido su psiquismo, una parte de el le será por entero desconocida: su inconsciente. Aparece entonces una alineación inicial. No es sujeto hasta tanto no ingresa en el orden simbólico del lenguaje y, en cuanto lo hace, queda dividido, escindido por efecto del mismo orden simbólico.

- En la condensación, que para Lacan es análoga a la metáfora, un significante sustituye a otro significante que pasó al estado latente. Una casa en el sueño puede ser simultáneamente la casa en que vivimos en la infancia, la escuela y nuestro lugar de trabajo actual. El significante “casa” que forma parte del contenido manifiesto del sueño, ha sustituido a los demás significantes, pero estos, como lo revela el trabajo de la interpretación, no han desaparecido, solo han quedado bajo la barra de significación como contenidos o significados latentes. La sustitución está plena de sentido, ya que su desciframiento revela una asociación que hasta entonces era desconocida para el sujeto.

- Siguiendo esta misma línea, el proceso metonímico es análogo al fenómeno del desplazamiento descripto por Freud. En el, los elementos significativos son reemplazados por otros que, si bien forman parte de la misma idea general, son los aspectos menos importantes de ella, o guardan una relación causa-efecto o de continente-contenido. En este caso, la relación entre un significante y otro, es directa y ambos significantes están de una u otra manera presentes en el material manifiesto del sueño.

- Nada irrita más que el intento del otro de salirse del juego pues trastabilla quien soy. Si el paciente no admite serlo, enojo narcisista en el analista. Si el analista cuestiona una certeza del paciente, se despierta otra tensión agresiva.

- No hay otra forma de acceder al inconsciente más que la atenta escucha del discurso del paciente, a la espera de que un lapsus, un chiste, un sueño, develen la peculiar combinatoria de asociaciones que subyace a dichas producciones. Esto devuelve a la palabra el papel esencial que tuvo en los inicios del psicoanálisis, y en sentido inverso, disminuye la eficacia que algunos analistas adjudican a las experiencias emocionales que ocurren en la sesión.

- En su opinión, el sentido se le revela al sujeto a través de los cortes del discurso y de actos que tienen, en última instancia, el efecto de una palabra. Se privilegia la palabra, en el sentido de que es a través de ella, que tenemos acceso al inconsciente. Sus puntuaciones, sus errores, sus olvidos, la cadena del discurso, todas estas son herramientas con las que cuenta el analista.

- En el discurso del paciente puede haber palabra vacia y palabra plena. Hay algo que se omite en el discurso cuando el paciente recurre al “molinete de palabras” y espera la gratificación narcisista de sus conflictos o envolver al analista en ellos. Se mantiene lo imaginario, y queda obstaculizado el acceso a la verdad. Para sacar al paciente de las fascinaciones especulares Lacan apela a la interrupción de la sesión mas que a la interpretación. Cree que un corte adecuado, logrará, a través del acto, un efecto simbólico, e instaurará al otro y la palabra plena. Se trata de desalienar al sujeto de sus imagos y restaurar la verdadera historia, los determinantes de su ser, los engaños del síntoma. El acto puntúa, rompe, produce una salida del imaginario; lleva a la palabra plena.

- Lacan cuestiona las corrientes posfreudianas que toman la línea de las relaciones de objeto y jerarquizan la importancia del vínculo emocional con el analista. Para el, el olvido de la función de la palabra, entre otros factores, ha conducido al estancamiento de la disciplina.

- La transferencia del paciente es respuesta a un prejuicio del analista. Si el analista aparece de entrada como el que sabe, queda instalada la transferencia. En principio es la estructura intersubjetiva la que da lugar a su aparición.

- Revelará su saber en la interpretación; el paciente buscará ese conocimiento y, al reconocer este papel al analista, también buscará su amor. El analista puede, equivocadamente, asumir ese rol y “llenar” al paciente de sus conocimientos, en lugar de dejarlo revelar su verdad a través de la palabra.

- transferencia no es nada real en el sujeto, sino la aparición, en un momento de estancamiento de la dialéctica analítica de los modos permanentes según los cuales constituye sus objetos.

- la interpretación de la transferencia consiste en una operación que busca llenar con un engaño el vacío de este punto muerto. “Pero este engaño es útil, pues, aunque falaz, vuelve a lanzar el proceso”.

- La transferencia abre la hiancia que permite el acceso a la palabra plena. “La transferencia eficaz de la que se habla es, simplemente, en su esencia, el acto de la palabra”.

DONALD WINNICOTT

- Inició su carrera como pediatra en el Paddington Green Children’s Hospital de Londres en 1923, época en la cual, a través de una recomendación de Ernest Jones, empezó a psicoanalizarse con James Strachey. Ambas experiencias, el ejercicio de la pediatría y su análisis personal, marcaron de manera fundamental su labor posterior.

- Fue privilegiado, pues se formó a la sombra de tres de las más importantes figuras de su época: Jones, Strachey y Melanie Klein.

- A partir de su experiencia con niños pequeños, advirtió que buena parte de los problemas emocionales parecían encontrar su origen en etapas tempranas del desarrollo

- En el sostenimiento (holding) hay una función fisiológica, e incluso física: “El sostenimiento protege contra la afrenta fisiológica; toma en cuenta la sensibilidad epidérmica de la criatura -tacto, temperatura, sensibilidad visual, sensibilidad hacia las caídas (acción de la gravedad)- así como el hecho de que la criatura desconoce la existencia de todo lo que no sea ella misma; incluye toda la rutina de cuidados a lo largo del día y de la noche, que no es nunca la misma en dos criaturas distintas, ya que forma parte de ellas y no hay dos criaturas iguales; sigue, asimismo los cambios casi imperceptibles, que día a día van teniendo lugar en el crecimiento y desarrollo de la criatura, cambios tanto físicos como psicológicos…” “El sostenimiento comprende en especial el hecho físico de sostener la criatura en brazos y que constituye una forma de amar”.

- Propone que, durante los últimos meses de embarazo y las primeras semanas posteriores al parto, se produce en la madre un estado psicológico especial, al que llamó “preocupación maternal primaria”. La madre adquiere gracias a esta sensibilización, una particular capacidad para identificarse con las necesidades del bebé. Esta disposición especial alcanza su máxima intensidad inmediatamente después del parto, y va disminuyendo poco a poco a medida que la criatura crece.

- ¿Qué sucede cuando la madre no provee la protección necesaria al frágil yo del recién nacido? El niño percibirá esta falla ambiental como una amenaza a su continuidad existencial, la que a su vez creará en la criatura la vivencia subjetiva de que todas sus percepciones y actividades motrices son solo respuestas ante el peligro al que se ve expuesto.

- Poco a poco recurre a reemplazar la protección que le falta por una “fabricada” por él. Todo sucede como si se fuera rodeando de una cascara a expensas de la cual crece y se desarrolla el self del sujeto. “El individuo se desarrolla a modo de extensión de la cascara más que del núcleo, y a modo de extensión del medio atacante. Lo que queda del núcleo se oculta y es difícil de encontrar, incluso en el más profundo de los análisis… el ser verdadero permanece escondido y lo que tenemos que afrontar clínicamente es el complejo ser falso, cuya misión estriba en ocultar el ser verdadero”.

- Por el contrario, cuando el medio ambiente le brinda al pequeño la protección y sostén necesarios, la “cascara” con que nace y que explica su narcisismo primario va, poco a poco, diluyéndose, permitiendo así una entrega a la experiencia de la vida interna y externa.

- En la salud, el ser falso se encuentra representado por toda la organización de la actitud social cortés y bien educada, por un “no llevar el corazón en la mano”, se pudiera decir. Se ha producido un aumento en la capacidad del individuo para renunciar a la omnipotencia y al proceso primario en general, ganando así un lugar en la sociedad que jamás puede conseguirse ni mantenerse mediante el ser verdadero a solas”.

- El falso Self, en especial, cuando se encuentra en el extremo más patológico de la escala, se acompaña generalmente de una sensación subjetiva de vacío, futilidad e irrealidad.

- Objetos transicionales. Constituyen la primera posesión “no-yo” del niño y, como tales, son una especie de puente tendido entre el mundo interno del pequeño y su mundo externo.

- El concepto de objeto o fenómeno transicional recibe tres usos diferentes: uno de tipo evolutivo, otro vinculado con las ansiedades de separación y las defensas contra ellas.

- El rasgo que tiene que ver con la necesidad de que el objeto sobreviva a la agresión, es de gran importancia, ya que la única forma que el niño podrá neutralizar su agresión y darle posteriormente un fin constructivo, será a través de notar que esta no destruye a los objetos, tanto externos como internos.

- Una vez que la manipulación del objeto transicional permitió al niño instaurar en su interior un objeto bueno suficientemente indemne, sigue un paso importante: es menester alejarse del objeto transicional. Esto se produce a través de la diversificación de fenómenos y objetos transicionales. En todos nosotros este proceso deja una huella: queda en la mente del individuo un espacio que, al igual que el objeto transicional, es intermedio entre lo interno y externo. En este espacio se desarrollan muchas de las actividades creativas del hombre y también allí se produce el proceso analítico.

- El objeto transicional es susceptible de tener una evolución patológica. Según el autor hay tres cuadros en los que adquiere especial importancia: el fetichismo, la adicción y el robo.

- La integración y la personalización: Winnicott afirma que él bebe nace en un estado de no integración. Los núcleos del yo están dispersos y para el bebé están incluidos en una unidad que forma el con el medio ambiente.

- La integración se logra a partir de dos series de experiencias: por un lado, tienen especial importancia los cuidados de la madre quien “recoge los pedacitos” del yo y le permite al niño sentirse integrado dentro de ella. Por otro lado, hay un tipo de experiencias que podrían agruparse bajo el término de instintivas, que tienden a reunir a la personalidad en un todo partiendo desde dentro.

- El otro objetivo del desarrollo emocional en este periodo es la personalización, definida por Winnicott como “el sentimiento de que la persona de uno se halla en el cuerpo propio”.

- La adaptación a la realidad. La madre tiene un importante rol, proveer a la criatura de los elementos de la realidad con que construir la imagen psíquica del mundo externo. Para Winnicott, la fantasía precede a la objetividad y el enriquecimiento de aquella con aspectos de la realidad, depende de la ilusión creada por la madre. Todo reposa en el vínculo temprano del niño con su madre.

- La crueldad primitiva (fase de preinquietud). El último paso que debe dar es integrar en un todo las distintas imágenes que tiene de su madre y del mundo. Piensa que el niño pequeño tiene una cuota innata de agresividad que se expresa en ciertas conductas autodestructivas. Él bebe repliega su odio hacia sí mismo para preservar el objeto externo. Pero esta maniobra no resulta suficiente. En su fantasía, la madre puede resultar intensamente dañada.

- Ideas sobre la comunicación. En la personalidad sana o normal, hay un núcleo que equivale al ser verdadero de la personalidad escindida, núcleo que nunca se comunica con el mundo de los objetos percibidos, y que la persona, el individuo, sabe que no debe establecerse comunicación con dicho núcleo ni dejar que la realidad externa influya en el.

- propone distinguir dos formas de incomunicación, la simple y la activa. En la primera, la persona estaría momentáneamente relacionada con sus objetos internos. La incomunicación activa, por el contrario, podría representar un estado mas cercano a la patología.

- ¿Qué es lo que enferma? Los principales elementos patógenos en la teoría Winnicotteana son los fallos ambientales y sus consecuencias sobre la estructuración del self verdadero y falso.

- En 1936 publica su primer trabajo dedicado a analizar la relación entre los trastornos de la alimentación y los conflictos emocionales. Describe que el infante posee complejas fantasías y emociones. Según su punto de vista el mundo interior se construye a partir de los dos aspectos esenciales de la fantasía oral: el conservar y el eliminar.

- En la medida que los cuidados son provistos adecuadamente, para lo cual, es necesario sentir amor, el niño logrará integrar tanto los estímulos como la representación de sí mismo y de los demás, y adquirir un yo sano. La madre funciona como un “yo auxiliar” hasta tanto el bebé logre desarrollar sus capacidades innatas de síntesis, integración, etc.

- Propone que la maduración emocional se da en tres etapas sucesivas: la de integración y personalización, la de adaptación a la realidad y la de preinquietud o crueldad primitiva.

- Construye una teoría en la cual propone que el desarrollo normal llevaría al logro de un esquema corporal, lo llama unidad psiquesoma.

- Propone que cuando los fallos ambientales tempranos son repetitivos, existe un congelamiento de la situación de fracaso. Toso sucede como si en el momento en que este tuvo lugar, se dio una acumulación de ideas, recuerdos y sentimientos relacionados. Esta acumulación expresaría la esperanza de que en el futuro pueda surgir una oportunidad para que todas esas emociones y sensaciones sean expresadas y superadas.

- Cree que el encuadre analítico reúne las condiciones necesarias para favorecer la regresión del paciente. En este sentido, el espacio de la sesión brindaría una segunda oportunidad para el desarrollo, otorgando esta vez el sostenimiento suficientemente bueno que el individuo no tuvo en la infancia.

- El analista brinda una presencia predecible, está allí, se preocupa por el paciente, expresa su amor y su odio, no juzga moralmente el material que le es presentado, ni a la persona que lo presenta.

- Sugiere también que el analista explicite al paciente los sentimientos adversos que suscita. Si no lo hace, tampoco será posible que el paciente crea en el amor que el analista siente por él. La expresión “odio objetivo” se refiere a los sentimientos que el analizado despierta en su terapeuta, ya depurados de los conflictos neuróticos que este puede estar depositando en el vínculo.

WILFRED BION

- Pertenece al grupo que se formó alrededor de Melanie Klein, con quien se analizó. Fue presidente de sociedad psicoanalítica británica, y seguramente uno de sus miembros más creativos y audaces, tanto para enfocar problemas nuevos como para inventar modelos que pudieran dar cuenta de ellos.

- Incursionó en el tratamiento de los grupos terapéuticos y se interesó de manera particular en el análisis de psicóticos.

- Un primer concepto a mencionar es el de “continente-contenido”. La idea de que el terapeuta debe ser continente de las ansiedades del paciente se ha generalizado tanto que penetró en los más vastos campos, desde el psicoanálisis hasta las psicoterapias individuales y grupales, así como en los planteos institucionales.

- Bion describe como entre la madre y el bebé, hay desde el inicio de la vida un vínculo emocional muy profundo. El bebé tiene necesidades corporales, pero también psicológicas. Una de estas es las de contar con un objeto externo en el cual pueda volcar sus ansiedades. Cuando la angustia es muy intensa, en especial por las fantasías persecutorias, el niño debe poder descargarlas en su madre, ella, si tiene ciertas capacidades emocionales, podrá absorberlas, “metabolizarlas” según Bion, y regresarlas de una manera menos angustiante, y, por lo tanto, más asimilable para su hijo.

- El niño expulsa, en el sentido más concreto del término, , las emociones y fantasías que no puede soportar, que lo hacen sentir en peligro de aniquilación y desintegración,. Para poder pensar o tolerar cualquier emoción de cierta intensidad y que involucre un sentimiento psicológico, es necesario que la madre haya realizado bien su función continente; por identificación con esa capacidad materna, se adquiere la “pantalla interna” que permite el proceso secundario, el juicio de realidad y la demora en la descarga de los impulsos.

- Para el caso de los pacientes psicóticos, describió el concepto de Objeto bizarro. Observó que estos pacientes se mueven en el mundo rodeados de objetos bastante peculiares. La explicación de Bion, es que el psicótico realiza identificaciones proyectivas de parte de su aparato mental y de emociones intensas dentro del mundo físico que lo rodea. El conglomerado de los tres aspectos: función mental, impulso emocional y objeto físico, constituye el objeto bizarro.

- Una propuesta audaz de Bion, es considerar que existe una parte psicótica de la personalidad en todo sujeto.

- El terapeuta debe ser más receptivo ante los estados mentales del paciente. Es imprescindible que el terapeuta soporte aquellas emociones que el analizando proyecta sobre él.

- Es bastante común que se den casos de envidia al analista, por un equipamiento mas eficaz que este posee, lo cual puede incluir ataques hacia el propio pensamiento o al vínculo con el analista.

MARGARET MAHLER

Nació en Austria. En la época de la segunda guerra mundial se trasladó a los Estados Unidos, donde realizó prácticamente la totalidad de sus trabajos psicoanalíticos.

- Médico y pediatra de origen, siguió el camino de otros distinguidos analistas contemporáneos, como es el caso de Winnicott. Poco a poco, y a partir del estudio sobre enfermedades neurológicas en la infancia, fue volcándose hacia la consideración de los problemas psicológicos.

- El viraje en sus intereses profesionales es descripto por ella misma en los siguientes términos: “Al principio de la década de 1940, tuve la fortuna de que me pidieran ser consultante del servicio infantil del Instituto Psiquiátrico del Estado de Nueva York y de la Universidad de Columbia. Allí, frente al más interesante material de casos que me haya encontrado, vi y reporté acerca de niños cuyos cuadros clínicos eran claramente reminiscencias de aquellos de los esquizofrénicos adolescentes y adultos. Pero, aun así, de acuerdo con el espíritu de la época, la única concesión que la psiquiatría adulta había de hacer, fue el reconocer la existencia del autismo infantil temprano”.

- Para Para Mahler este no era el único estado psicótico en la infancia. Había, desde un punto de vista dinámico y genético, por lo menos otro cuadro que también podía ser clasificado junto con el del autismo: es el que denominó psicosis simbiótica.

- Después de un minucioso estudio de dichas enfermedades mentales infantiles, diseñó un proyecto de investigación cuyos objetivos eran demostrar la existencia de una fase del desarrollo en la que el eje psicológico era la separación e individuación del niño respecto de su madre. Esta fase a la que llamó separación-individuación, constituye el origen de la psicosis simbiótica.

- “Todo el patrón de conducta y de sintomatología del síndrome autista infantil toma forma alrededor del hecho de que el infante autista no puede utilizar las funciones yoicas ejecutivas auxiliares de la compañera simbiótica, la madre, para orientarse a si mismo en el mundo externo e interno.

-  Esta actitud hacia los seres inanimados se interpreta como una alucinación negativa: el niño alucina la ausencia de las personas que le rodean como si viera a través de ellas.

- Cuando se vincula con quienes le rodean, es para utilizarlos a modo de una extensión mecánica de su propio cuerpo, es decir, como seres inanimados o casi inanimados. Operan con ellos como lo harían con una palanca o un interruptor.

- En contraste con este desapego emocional hacia los seres vivos, los niños autistas tienen una notable incapacidad para tolerar cambios en el mundo de objetos inanimados que le rodean. Dentro de este mundo de objetos se sienten omnipotentes, y cualquier modificación en el mobiliario de sus cuartos o del consultorio, la falta de algún juguete del lugar en el que habitualmente se encuentra y otras situaciones por el estilo, pueden despertar una intensa crisis de angustia. Hay … “Una preocupación una preocupación estereotipada hacia unos objetos inanimados o patrones de acción hacia los cuales muestran las únicas señales de liga emocional”.

- La falta de catectización del objeto materno y del propio cuerpo hace que recurran frecuentemente a actividades autoagresivas, como la única forma de sentirse vivos.

- En la fase de simbiosis normal, el niño percibe a su madre como formando parte de una unidad con el. Ambos constituyen un sistema omnipotente en el cual la indiferenciación entre madre y niño es total. Dice Mahler: “el rasgo esencial de la simbiosis es una fusión alucinatoria o ilusoria, somatopsíquica, omnipotente, con la representación de la madre y, en particular, la ilusión de un límite común de los dos, los cuales en realidad y físicamente son dos individuos separados”. Todos los estímulos desagradables son proyectados fuera de la unidad simbiótica. La energía libidinal está catectizando aquí la unidad dual madre-hijo y son los limites comunes los que están cargados de dicha energía libidinal.

- El cuadro clínico que Mahler describió como psicosis simbiótica es frecuente en la práctica y muchos terapeutas de niños usan estos conceptos para la comprensión psicodinámica.

- En el momento en que deben separarse de su madre por efecto de lo que Mahler designa “presión maduracional”, irrumpe bruscamente en los niños aquejados de psicosis simbiótica, un cuadro de intensa angustia que pone en evidencia una “vulnerabilidad sorprendente del yo ante cualquier frustración menor.

- Estas severas reacciones de pánico son seguidas por producciones restitutivas que sirven para mantener o restaurar la función narcisista, la ilusión de la unidad con la madre o el padre. El niño tiene la ilusión de fundirse con su madre, a diferencia del autista, que se comporta como si el y los que lo rodean fueran objetos inanimados. El limite corporal se amplia para incluir al de la madre, y es este límite común el que está catectizado.

- Las 4 hipótesis en las que Mahler y su equipo construyeron su edificio teórico son:

  1. Todos los niños pasan a lo largo de su desarrollo por una etapa de separación e individuación.
  2. La conciencia de separación que se logra en esta fase del desarrollo se acompaña de una ansiedad específica, la ansiedad de separación.
  3. La separación-individuación normal, es el primer prerrequisito crucial para el desarrollo y el mantenimiento del sentimiento de identidad.
  4. La observación de niños psicóticos brindó a Mahler una cuarta hipótesis referida al vínculo establecido con la madre.

- Primera fase. Autismo normal. Transcurre del nacimiento hasta la cuarta semana, los fenómenos biológicos predominan en gran medida sobre los psicológicos. la investidura libidinal es básicamente interna o visceral, similar a la de la vida intrauterina. Es incapaz de distinguir si la satisfacción de las necesidades proviene de las actividades que el mismo realiza o si son el resultado de cuidados proporcionados por su madre. No percibe diferencia entre la satisfacción que logra por saciar su hambre y el alivio que le produce el vómito y la tos.

- Esta es para Mahler una etapa anobjetal: en la medida que no hay capacidad para percibir el objeto externo satisfactor, este sencillamente no existe.

- Ahora bien, si el infante es incapaz de percibir el mundo externo ¿Qué es lo que le permite evolucionar hacia la fase siguiente? Mahler involucra dos elementos: el primero es una dotación genética, que llamó ser maternal. El otro elemento es la madre y sus cuidados, lo que llamó maternación. Observó que los niños autistas carecen de dicha dotación genética

- Segunda fase. Simbiosis normal. En esta fase el infante es poco a poco capaz de percibir los estímulos provenientes del exterior, y en particular, los que producen los cuidados maternos. Como resultado de esta maduración neurofisiológica y de su dotación innata, el niño es capaz de romper la coraza que lo mantenía como ente monódico y autosuficiente. Comienza a clasificar a los impulsos entre placenteros y displacenteros. El logro más importante de esta etapa es la catexis de la madre. Para el logro feliz de la simbiosis, Mahler recoge el concepto de sostenimiento o holding. Al finalizar el cuarto mes, el niño está adaptado a la fusión simbólica, cuya matriz es percibida como omnipotente.

- Tercera fase. Separación-individuación. El carril de la individuación lleva a la evolución de la autonomía intrapsíquica, la percepción, la memoria, la cognición, la prueba de realidad; el otro es el carril evolutivo intrapsíquico de la separación, de la diferenciación, el distanciamiento, la formación de límites y la desvinculación de la madre.

  1. Primera subfase: Diferenciación. Entre quinto y octavo mes. Para que sea posible el inicio deben coincidir dos hechos evolutivos: el niño debe estar familiarizado con la mitad materna simbiótica. En segundo lugar, es necesario que se haya alcanzado un desarrollo neurofisiológico que permita periodos mayores de vigilia y que el niño haya adquirido ciertas habilidades motrices que expandan el sensorio mas allá de la órbita simbiótica
  2. Segunda subfase: ejercitación locomotriz. Entre los ocho y quince meses de edad. Los niños comienzan a gatear y adquieren habilidades necesarias para separarse físicamente de su madre. Los dos elementos que deciden el éxito de la etapa son la disponibilidad de la madre para aceptar la creciente autonomía de su hijo y la dotación innata de este para libidinizar las actividades motoras recién aprendidas.
  3. Tercera subfase: Acercamiento. La expansión de las áreas cognitivas y perceptuales permiten hacer notar al infante lo ilusorio de la omnipotencia que sentía en la subfase anterior. Esto conduce a un intento de refusion con su madre, de quien quiere recuperar nuevamente la omnipotencia que a el le falta. Hay, además, otros elementos emocionales involucrados. El infante alterna actitudes de seguimiento de su madre con otras que son verdaderas huidas de ella.
  4. Logro de la constancia emocional objetal. Nen presencia de una notación innata adecuada, es necesaria la confluencia de los siguientes elementos para que el niño logre la constancia e integración de los objetos libidinales:
  • Confianza de que la madre simbiótica proporcionará un alivio a las tensiones y necesidades vitales. Esta confianza es el resultado de una simbiosis normal.
  • Adquisición de la facultad cognitiva que permite al niño “saber” que el objeto existe, aunque no lo perciba

- Mahler postuló la necesidad de establecer con el paciente una… “experiencia simbiótica correctora, en relación de uno a uno con el terapeuta, que condujera a la reconstrucción de una relación más parecida a la simbiótica con la madre misma.

- las funciones del terapeuta son:

  1. Proveer un yo auxiliar mas fácilmente utilizable.
  2. Constituir una barrera a la sobreestimulación
  3. Traducir el material del proceso primario sin ansiedad. Para ello, el terapeuta recurre a fomentar las funciones  cognitivas.

SIGMUND FREUD

- De lo que llamamos nuestra psique (vida anímica), nos son consabidos dos términos: en primer lugar, el órgano corporal y escenario de ella, el encéfalo (sistema nervioso) y, por otra parte, nuestros actos de conciencia, que son dados inmediatamente y que ninguna descripción nos podría trasmitir. Hemos llegado a tomar noticia de este aparato psíquico por el estudio del desarrollo individual del ser humano. Llamamos ello a la más antigua de estas provincias o instancias psíquicas: su contenido es todo lo heredado, lo que se trae con el nacimiento, lo establecido constitucionalmente; en especial, entonces, las pulsiones que provienen de la organización corporal, que aquí [en el ello] encuentran una primera expresión psíquica, cuyas formas son desconocidas {no consabidas} para nosotros.

- Originariamente un estrato cortical dotado de los órganos para la recepción de estímulos y de los dispositivos para la protección frente a estos, se ha establecido una organización particular que en lo sucesivo media entre el ello y el mundo exterior. A este distrito de nuestra vida anímica le damos el nombre de yo. Los caracteres principales del yo. A consecuencia del vínculo preformado entre percepción sensorial y acción

muscular, el yo dispone respecto de los movimientos voluntarios. Tiene la tarea de la autoconservación, y la cumple tomando hacia afuera noticia de los estímulos, almacenando experiencias sobre ellos (en la memoria), evitando estímulos hiperintensos (mediante la huida), enfrentando estímulos moderados (mediante la adaptación) y, por fin, aprendiendo a alterar el mundo exterior de una maneta acorde a fines para su ventaja (actividad); y hacia adentro, hacia el ello, ganando imperio sobre las exigencias pulsionales, decidiendo si debe consentírseles la satisfacción, desplazando esta última a los tiempos y circunstancias favorables en el mundo exterior, o sofocando totalmente sus excitaciones.

- Como precipitado del largo período de infancia durante el cual el ser humano en crecimiento vive en dependencia de sus padres, se forma dentro del yo una particular instancia en la que se prolonga el influjo de estos. Ha recibido el nombre de superyó.

- Llamamos pulsiones a las fuerzas que suponemos tras las

tensiones de necesidad del ello. Representan [reprcisentieren) los requerimientos que hace el cuerpo a la vida anímica. Aunque causa última de toda actividad, son de naturaleza Conservadora.

- Nos hemos resuelto a aceptar sólo dos pulsiones básicas: Bros y pulsión de destrucción. (La oposición entre pulsión de conservación de sí mismo y de conservación de la especie, así como la otra entre amor, yoico y amor de objeto, se sitúan en el interior del Eros.) La meta de la primera es producir unidades cada vez más grandes y, así, conservarlas, o sea, una ligazón {Bindung}; la meta de la otra es, al contrario, disolver nexos y, así, destruir las cosas del mundo. Respecto de k pulsión de destrucción, podemos pensar que aparece como su meta última

trasportar lo vivo al estado inorgánico; por eso también la llamamos pulsión de muerte.

- Un caracter de importancia vital es la movilidad de la libido, la presteza con que ella traspasa de un objeto a otro objeto. En oposición a esto se sitúa la fijación de la libido en determinados objetos, que a menudo dura la vida entera.

- Es innegable que la libido tiene fuentes somáticas, y afluye al yo desde diversos órganos y partes del cuerpo. Esto se ve de la manera más nítida en aquel sector de la libido que, de acuerdo con su meta pulsional, se designa «excitación sexual». Entre los lugares del cuerpo de los que parte esa libido, los más destacados se señalan con el nombre de zonas eró genes, pero en verdad el cuerpo íntegro es una zona erógena tal.

- Bien se comprende que el psicoanálisis provocara escándalo y contradicción cuando, retomando en parte estos tres menospreciados hechos, contradijo todas las opiniones populares sobre la sexualidad. Sus principales resultados son los siguientes:

a. La vida sexual no comienza sólo con la pubertad, sino que se inicia enseguida después del nacimiento con nítidas exteriorizaciones.

b. Es necesario distinguir de manera tajante entre los

conceptos de «sexual» y de «genital». El primero es el más

extenso, e incluye muchas actividades que nada tienen que ver con los genitales.

c. La vida sexual incluye la función de la ganancia de placer a partir de zonas del cuerpo, función que es puesta con posterioridad {nachtraglich) al servicio de la reproducción. Es frecuente que ambas funciones no lleguen a superponerse por completo.

- Ya durante esta fase «oral» entran en escena, con la aparición de los dientes, unos impulsos sádicos aislados. Ello ocurre en medida mucho más vasta en la segunda fase, que llamamos «sádico-anal» porque aquí la satisfacción es buscada en la agresión y en la función excretoria. Fundamos nuestro derecho a anotar bajo el rótulo de la libido las aspiraciones agresivas en la concepción de que el sadismo es una mezcla pulsional de aspiraciones puramente libidinosas con otras destructivas puras, una mezcla que desde entonces no se cancela más. La tercera fase es la llamada «fálica», que, por así decir como precursora, se asemeja ya en un todo a la plasmación última de la vida sexual. Es digno de señalarse que no desempeñan un papel aquí los genitales de ambos sexos, sino sólo el masculino (falo). Los genitales femeninos permanecen por largo tiempo ignorados; el niño, en su intento de comprender-los procesos sexuales, rinde tributo a la venerable teoría de la cloaca, que tiene su justificación genética.

- Durante el estudio de las funciones sexuales pudimos obtener una primera y provisional convicción o, mejor dicho, una vislumbre de dos intelecciones que más tarde se revelarán importantes por todo este ámbito. La primera, que los fenómenos normales y anormales que observamos (es decir, la fenomenología) demandan ser descritos desde el punto de vista de la dinámica y la economía (en nuestro caso, la distribución cuantitativa de la libido); y la segunda, que la etiología de las perturbaciones por nosotros estudiadas se halla en la historia de desarrollo, o sea, en la primera infancia del individuo.

- En el curso de ese trabajo se nos imponen los distingos que designamos como cualidades psíquicas. En cuanto a lo que llamamos «consciente», no hace falta que lo caractericemos; es lo mismo que la conciencia de los filósofos y de la opinión popular. Todo lo otro psíquico es para nosotros lo «inconsciente». Enseguida nos vemos llevados a suponer dentro de eso inconsciente una importante separación. Muchos procesos nos devienen con facilidad conscientes, y si luego no lo son más, pueden devenirlo de nuevo sin dificultad; como se suele decir, pueden ser reproducidos o recordados. Esto nos avisa que la conciencia en general no es sino un estado en extremo pasajero. Lo que es consciente, lo es sólo por un momento. Si nuestras percepciones no corroboran esto, no es más que una contradicción aparente; se debe a que los estímulos de la percepción pueden durar un tiempo más largo, siendo así posible repetir la percepción de ellos. Todo este estado de cosas se vuelve más nítido en torno de la percepción consciente de nuestros procesos cognitivos, que por cierto también perduran, pero de igual modo pueden discurrir en un instante. Entonces, preferimos llamar «susceptible de conciencia» o preconsciente a todo lo inconsciente que se comporta de esa manera —o sea, que puede trocar con facilidad el estado inconciente por el estado consciente—.

- Las pruebas de la participación del ello inconciente en la formación del sueño son abundantes y de fuerza demostrativa, a) La memoria del sueño es mucho más amplia que la del estado de vigilia. El sueño trae recuerdos

que el soñante ha olvidado y le eran-inasequibles en la vigilia. b) El sueño usa sin restricción alguna unos símbolos

lingüísticos cuyo significado el soñante la mayoría de las veces desconoce. Empero, mediante nuestra experiencia

podemos corroborar su sentido. Es probable que provengan de fases anteriores del desarrollo del lenguaje.

c) La memoria del sueño reproduce muy a menudo impresiones de la primera infancia del soñante, de las cuales podemos aseverar de manera precisa que no sólo han sido olvidadas, sino que devinieron inconscientes por obra de la represión. Sobre esto se basa la ayuda, indispensable las más de las veces, que el sueño presta para reconstruir la primera infancia del soñante, cosa que nosotros intentamos en el tratamiento analítico de las neurosis, d) Además, el sueño saca a la luz contenidos que no pueden provenir de la vida madura ni de la infancia olvidada del soñante.

- Otra propiedad del trabajo del sueño, no del todo independiente de la primera, es la presteza para el desplazamiento de intensidades psíquicas* (investiduras) de un elemento sobre otro, de suerte que a menudo en el sueño manifiesto un elemento aparece como el más nítido y, por ello, como el más importante, pese a que en los pensamientos oníricos era accesorio; y a la inversa, elementos esenciales de los pensamientos oníricos son subrogados en el sueño manifiesto sólo por unos indicios mínimos.

- El sueño es, pues, una psicosis, con todos los despropósitos, formaciones delirantes y espejismos sensoriales que ella supone. Por cierto, que una psicosis de duración breve, inofensiva, hasta encargada de una función útil; es introducida con la aquiescencia de la persona, y un acto de su voluntad le pone término. Pero es, con todo, una psicosis, y de ella aprendemos que incluso una alteración tan profunda de la vida anímica puede ser deshecha, puede dejar sitio a la función normal.

- La relación trasferencial conlleva, además, otras dos ventajas. Si el paciente pone al analista en el lugar de su padre (o de su madre), le otorga también el poder que su superyó ejerce sobre su yo, puesto que estos progenitores han sido el origen del superyó. Y entonces el nuevo superyó tiene oportunidad para una suerte de posteducación del neurótico, puede corregir desaciertos en que incurrieran los padres en su educación.

- Otra ventaja de la trasferencia es que en ella el paciente

escenifica ante nosotros, con plástica nitidez, un fragmento importante de su biografía, sobre el cual es probable que en otro caso nos hubiera dado insuficiente noticia. Por así decir, actúa [agieren] ante nosotros, en lugar de informarnos.

- Para dar noticia de una coexistencia compleja no tenemos otro camino que describirla en sucesión, y por eso todas nuestras exposiciones pecan al comienzo de simplificación unilateral y esperan ser completadas, que se corone su edificio

y, así, se las rectifique.

La representación de un yo que media entre ello y mundo exterior, que asume las exigencias pulsionales de aquel para conducirlas a su satisfacción y lleva a cabo percepciones en este, valorizándolas como recuerdos; que, preocupado por

su autoconservación, se pone en guardia frente a exhortaciones hipertróficas de ambos lados, al tiempo que es guiado, en todas sus decisiones, por las indicaciones de un principio de placer modificado: esta representación, digo, en

verdad sólo es válida para el yo hasta el final del primer período de la infancia (cerca de los cinco años). Hacia esa época se ha consumado una importante alteración. Un fragmento del mundo exterior ha sido resignado como objeto, al menos parcialmente, y a cambio (por identificación) fue acogido en el interior del yo, o sea, ha devenido un

ingrediente del mundo interior. Esta nueva instancia psíquica prosigue las funciones que habían ejercido aquellas personas [los objetos abandonados] del mundo exterior; observa al yo, le da órdenes, lo juzga y lo amenaza con castigos,

en un todo como los progenitores, cuyo lugar ha ocupado. Llamamos superyó a esa instancia, y la sentimos, en

sus funciones de juez, como nuestra conciencia moral. Algo notable: el superyó a menudo despliega una severidad para la que los progenitores reales no han dado el modelo.

- El yo se amilana ante tales empresas, que parecen peligrosas y amenazan con un displacer, y es preciso alentarlo y calmarlo de continuo para que no se nos rehúse. A esta resistencia, que persiste durante todo el tratamiento y se renueva a cada nuevo tramo del trabajo, la llamamos, no del todo correctamente,

resistencia de represión.

- (Las exigencias pulsionales de adentro, así como las excitaciones del mundo exterior, ejercen en tal caso el efecto de unos «traumas», en particular si son solicitadas por ciertas predisposiciones.) El yo desvalido se defiende de ellas mediante unos intentos de huida {represiones {esfuerzos de desalojo} que más tarde resultan desacordes al fin y significan unas limitaciones duraderas para el desarrollo ulterior.

- Los síntomas de las neurosis son de cabo a rabo, se diría, una satisfacciónsustitutiva de algún querer-alcanzar sexual o bien unas medidas para estorbarlas, por lo general unos compromisos entre ambas cosas, como los que se producen entre opuestos siguiendo las leyes que rigen para lo inconciente.

Sobre estas intelecciones fundamos nuestro plan terapéutico. El yo está debilitado por el conflicto interior, y nosotros tenemos que acudir en su ayuda. Es como una guerra civil destinada a ser resuelta mediante el auxilio de un aliado de afuera. El médico analista y el yo debilitado del enfermo, apuntalados en el mundo exterior objetivo {red}, deben formar un bando contra los enemigos, las exigencias pulsionales del ello y las exigencias de conciencia moral del

superyó.

- La diferencia es grande, ya que no sólo queremos oír de él lo que sabe y esconde a los demás, sino que debe referirnos también lo que no sabe. Con este propósito, le damos una definición más precisa de lo que entendemos por sinceridad. Lo comprometemos a observar la regla fundamental del psicoanálisis, que en el futuro debe {sallen} gobernar su conducta hacia nosotros. No sólo debe comunicarnos lo que él diga adrede y de buen grado, lo que le traiga alivio, como en una confesión, sino también todo lo otro que se ofrezca a su observación de sí, todo cuanto

le acuda a la mente, aunque sea desagradable decirlo, aunque le parezca sin importancia y hasta sin sentido.

- Nuestro camino para fortalecer al yo debilitado parte de la ampliación de su conocimiento de sí mismo. Sabemos que esto no es todo, pero es el primer paso. La pérdida de ese saber importa para el yo menoscabos de poder y de

influjo, es el más palpable indicio de que está constreñido y estorbado por los reclamos del ello y del superyó.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (63 Kb) pdf (302 Kb) docx (38 Kb)
Leer 40 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com