Como Hacer Frente A La Hipocondria
Enviado por Rafael001 • 21 de Julio de 2013 • 1.389 Palabras (6 Páginas) • 301 Visitas
Cómo hacer frente a la hipocondría.
Muchas personas han padecido, o padecerán en algún momento de su vida, los efectos de la hipocondría o la sensación de padecer patologías graves, cuando en realidad no son más que nervios o ansiedad. Es sufrir la enfermedad sin tenerla.
El 10 de febrero de 1673, en el teatro del Palacio Real de París se representaba por primera vez la que se convertiría en la última obra de teatro escrita por el afamado Jean-Baptiste Poquelin, conocido como Molière. El comediógrafo francés dio vida e interpretó el personaje de Argan, conocido desde entonces como el "enfermo imaginario". Se trata de un burgués que cree estar siempre enfermo, con lo que logra los cuidados permanentes y tiernos de su esposa, Béline, aunque en realidad tanto ella como sus hijos y los médicos que le atienden esconden propósitos más mundanos, en una hilarante comedia de enredos en la que nació uno de los arquetipos más temidos en cualquier centro de urgencias: el hipocondriaco.
"Las conductas obsesivas obedecen al intento de resolver una ansiedad, a veces difusa, producto de miedos irracionales".
Suele nombrarse así a aquellas personas aquejadas de un pánico irracional a enfermar. Es una actitud que puede derivar en trastorno, al centrar la atención continuamente en los diferentes síntomas que todo cuerpo humano percibe sobre su propio funcionamiento. Por poco que nos prestemos a ello, captamos latidos del corazón, ruido intestinal, movimientos reflejos, sudoración, calor, frío, tensión, eccemas, protuberancias y un largo etcétera. Para el hipocondriaco son síntomas que interpreta como el desarrollo de una patología grave, seguramente la que le llevará a la tumba. Por eso son enfermos imaginarios.
Una manera de estar
El hombre que tiene miedo sin peligro inventa el peligro para justificar su miedo (Alain)
Ocuparse de la salud es hoy día casi un mandato. Para los hipocondriacos es una obsesión. Pasan de la ocupación a la preocupación porque están todo el día pendientes de "eso" que está ahí, el síntoma. Suelen ser personalidades ansiosas, conocidas en la terminología clínica como "clúster C", o sea, ansioso-temerosos, caracterizados por conductas perfeccionistas, pensamiento rígido en general e inflexibilidad a la hora de producir cambios en su comportamiento. Me apresto a aclarar que no todo el mundo que padece ansiedad hace de ello una personalidad, ya que todos somos proclives a un periodo de ansiedad o de depresión temporal.
Sin embargo, algunas personas desarrollan una manera de estar en la vida que gira alrededor de sus estados de inquietud. Puede que correspondan a temperamentos y personalidades ansiosas; no obstante, también las hay retraídas, inhibidas, aparentemente apacibles o temerosas.
La clave no está solo en la personalidad, sino en la forma en la que han aprendido a resolver las dificultades de la existencia. Hay quien sabe expulsar sus temores arrojándolos hacia los demás, con las consecuencias que ello conlleva. Hay quien carga sobre sí mismo el miedo ante los obstáculos de la vida. Lo hace con pensamientos obsesivos.
La solución es el problema
A cada día le bastan sus temores, y no hay por qué anticipar los de mañana (Charles Péguy) Vivir nos va planteando problemas que debemos afrontar. El temor ante la incertidumbre, enfermar de gravedad en el caso del hipocondriaco, acaba resolviéndose a menudo anticipando los escenarios posibles. Anticipar se convierte en un juego mental, una incesante racionalización, que pretende básicamente mantener una cierta ilusión de control. No obstante, ocurre todo lo contrario, ya que la incertidumbre se basa justamente en ignorar el resultado final de toda circunstancia, con lo cual aquello que se pretende una solución acaba deviniendo un obsesivo problema.
Confundiendo probabilidades con posibilidades, el enfermo imaginario se deslizará por cada síntoma de su cuerpo descubriendo en él la sospecha
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