Depresion

proporciona de agua potable para el 40% de la población mundial. Es posible que en el próximo medio siglo el 40% d elas personas que habitan el planeta sufran una grave escasez de agua, a menos que el mundo actué con decisión y rápidamente para mitigar el problema del calentamiento global. El cambio brusco de clima también es una de las consecuencias del calentamiento global, ya hemos empezado a observar la clase de olas de calor que los científicos dicen que se harán mucho más habituales si no se remedia el calentamiento global. En el verano de 2003, Europa fue golpeada por una gigantesca ola de calor que mato a 35,000 personas. Otra consecuencia es la fortaleza de tormentas (huracanes). A medida que los océanos se calientan, las tormentas se tornan más fuertes. En 2004, Florida fues sacudida inusualmente por cuatro huracanes inusualmente poderosos. También en 2004, en EE.UU. se batió el record de tornados. (GORE, 2007).

5.- ¿Cómo podemos solucionarlo?

El cuarto y último problema relacionado con el modo en que alguna gente piensa acerca del calentamiento global esla idea errónea y peligrosa de que si la amenaza es realmente tan grande como nos dicen los científicos, entonces tal vez ya no podamos afrontarla, por lo que bien podríamos resignarnos. Un numero sorprendente de personas pasan directamente de la negación a la desesperación, sin detenerse en el paso intermedio para decir <<¡Si podemos hacerle frente!>>.Y podemos!. Autobuses híbridos con pila de combustible, Paneles solares, Azoteas verdes, automóvil eléctrico impulsado por una pila de hidrogeno, coche hibrido y planta geotérmica. Tenemos todo lo que se necesita para comenzar a resolver la crisis climática, excepto, tal vez, de la voluntad política. Pero EE.UU. la voluntad política es un recurso renovable. Cada uno de nosotros es una causa del calentamiento global pero, a la vez, cada uno de nosotros puede convertirse en parte de la solución: en las decisiones que tomamos acerca de que comprar, la cantidad de electricidad que utilizamos, los automóviles que conducimos y como vivimos nuestras vidas. Hasta podemos tomar decisiones para llevar nuestras emisiones de dióxido de carbono a cero. Ahora depende de nosotros utilizar nuestra democracia y la capacidad de razonar unos con otros acerca de nuestro futuro y la facultad de tomar decisiones similares que Dios nos ha dado para cambiar la política y los comportamientos que, de continuar, dejarían un planeta degradado, empequeñecido y hostil a nuestros hijosy nietos… y a toda la humanidad. Tenemos que escoger algo diferente: hacer algo en el siglo XXI un tiempo de renovación. Aprovechando la oportunidad que esta crisis encierra podemos liberar la creatividad, la innovación y la inspiración que son parte de nuestra herencia tanto como lo es nuestra vulnerabilidad a la codicia y la mezquindad. La decisión es nuestra. La responsabilidad es nuestra. El futuro es nuestro. Cuando se piensa en un problema enorme como el calentamiento global, es fácil sentirse superado e impotente, escéptico de que los esfuerzos individuales realmente puedan tener algún efecto. Pero es necesario que rechacemos esa reacción: la crisis se resolverá únicamente si asumimos nuestra responsabilidad como individuos. Instruyéndose o instruyendo a otros, haciendo nuestra parte para minimizar nuestro uso y derroche de los recursos, haciéndonos más activos políticamente y exigiendo cambios; de esta manera y muchas otras, cada uno de nosotros puede contribuir a modificar la situación. Algunos ejemplos de los cuales puede echar mano para contribuir con esta causa: Ahorro de energía en su horgar; reduzca las emisiones asociadas a la utilización de energía en su hogar. Transpórtese por menos; Reduzca las emisiones de los automóviles y otras formas de transporte, ya sea en bicicleta o caminando. Consuma menos, conserve mas; Reduzca emisiones consumiendo menos y utilizando con más prudencia, compre mas verdurasevite comer demasiado. Sea un catalizador del cambio; Hagaselo saber a otros, aliente a su escuela o negocio a reducir emisiones, apoye a un grupo ambiental. (GORE, 2007).

En enero de 2004 se pronunció una interesante conferencia en la Universidad de Cambridge, bajo el título un tanto amenazador de «Opciones de macroingeniería para el cambio climático», lo que conjuró en mi mente imágenes de gigantescas barreras más grandes que el estrecho de Dover. En el instituto Isaac Newton de Cambridge se reunió un inusual grupo de científicos e ingenieros, casi todos preocupados

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