Depresion
Enviado por tavoblood • 12 de Septiembre de 2012 • 3.041 Palabras (13 Páginas) • 280 Visitas
6.1.1. Medicaciones antipsicóticas
La medicación principal en el tratamiento de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos
está constituida por los fármacos antipsicóticos, introducidos en la práctica clínica desde
los años cincuenta del pasado siglo. Por sus características, efectos sobre los síntomas psicóticos
y por sus perfiles de efectos adversos, se los ha clasificado en dos grandes grupos:
antipsicóticos de primera generación o convencionales, y antipsicóticos de segunda generación
o atípicos. En el análisis de ambos grupos, que se presenta a continuación, se han
tenido en cuenta las consideraciones sobre los tratamientos farmacológicos contenidas en
las diferentes guías de práctica clínica examinadas, así como las que aparecen en la Guía de
prescripción terapéutica (GPT) con información de medicamentos autorizados en España,
adaptación española del British National Formulary, publicada por la Agencia Española
de Medicamentos y Productos Sanitarios (2006)b. La GPT se ha tenido especialmente en
cuenta en lo tocante a la posología de los diferentes fármacos contemplados, tanto en la
redacción del texto como en las diferentes tablas de prescripción y en las tablas comparativas
que se han elaborado. En este sentido, y en relación a la recomendación sobre las dosis
superiores al límite alto indicado, se recoge que «salvo especificación contraria, las dosis
indicadas son las autorizadas; es decir, ninguna dosis superior está autorizada».73
b Se han tenido en cuenta, asimismo, sus posibles actualizaciones en su página web en 2008.
52 GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA EN EL SNS
A) Antipsicóticos de primera generación (o convencionales)
Los fármacos antipsicóticos de primera generación agrupan a un conjunto de especialidades
farmacéuticas que se caracterizan por actuar frente a los síntomas psicóticos. Los actualmente
autorizados en España son los siguientes: clorpromazina, clotiapina, haloperidol,
levomepromazina, perfenazina, periciazina, pimozida, sulpirida, tioproperazina, trifluoperazina
y zuclopentixol.
Se clasifican en tres grupos según su potencia antipsicótica: a) alta potencia (como
haloperidol); b) potencia intermedia (como perfenazina); c) baja potencia (como clorpromazina).
Son eficaces para reducir la mayor parte de los síntomas positivos de la esquizofrenia
(alucinaciones, delirios, conductas extrañas), y en menor medida los síntomas negativos (apatía,
embotamiento afectivo, alogia, abulia), frente a los que son relativamente ineficaces.
Poseen un margen terapéutico de seguridad muy elevado por lo que las sobredosis
rara vez son mortales si no se complican con problemas médicos preexistentes o por el
consumo simultáneo de alcohol u otras medicaciones. En caso de sobredosis, la depresión
respiratoria y la hipotensión son las que presentan mayor riesgo.
Se pueden utilizar en forma oral, intramuscular de acción rápida o en depot de acción
prolongada; la preparación intramuscular de acción breve es la que alcanza antes la concentración
máxima. Las medicaciones depot son de especial utilidad en la fase de mantenimiento
(tabla 3, anexo 2).
La dosis eficaz de una medicación antipsicótica está estrechamente relacionada con
su afinidad por los receptores dopaminérgicos (especialmente los D2) y con su tendencia a
causar efectos adversos extrapiramidales.
Las medicaciones de alta potencia tienen una mayor afinidad por los receptores dopaminérgicos
que la que presentan las de baja potencia, y precisan dosis mucho más bajas.
Las de alta potencia se prescriben con mayor frecuencia que las de baja potencia (aunque
tienen mayor tendencia a producir efectos adversos extrapiramidales), y se administran de
manera más segura por vía intramuscular ya que rara vez producen hipotensión.74 Se puede
alcanzar la dosis adecuada en dos días. Se ha comprobado que dosis altas de antipsicóticos
de alta potencia no son más eficaces ni tienen acción más rápida que dosis moderadas
y se asocian a una mayor incidencia de efectos adversos.74
Las de baja potencia producen sedación e hipotensión ortostática y se debe aumentar
la dosis de forma gradual. Pueden causar una amplia gama de efectos adversos, muchos de
ellos consecuencia de efectos farmacológicos sobre sistemas de neurotransmisores en regiones
distintas del lugar donde se pretende que la medicación ejerza sus efectos terapéuticos.
Recogemos, seguidamente, un breve comentario de cada uno de los antipsicóticos de
primera generación, conforme a las características y usos recogidos en la GPT. Las pautas
de posología se recogen en la tabla 4, anexo 2. Asimismo, se ha elaborado un cuadro comparativo
de intervalos de posología habitual para adultos según recomendaciones de la GPT73,
así como un cuadro comparativo de intervalos de posología habitual para adultos según
recomendaciones de la GPT,73 las GPC de la APA4 y la Canadian Psychiatric Association
(CPG),2 las recomendadas por la World Federation of Societies of Biological Psychiatry
(WFSBP)75,76 y PORT40 y, finalmente, las de dos publicaciones de consulta en el ámbito español:
RTM-III77 y el libro de Chinchilla78 (tabla 5, anexo 2).
Guía de práctica clínica sobre la esquizofrenia y el trastorno psicótico incipiente 53
Clorpromazina
Está indicada también en la manía, como tratamiento complementario breve de la
ansiedad grave, la agitación psicomotora, la excitación y en la conducta violenta o
peligrosamente impulsiva.
La dosis habitual de mantenimiento por vía oral oscila entre los 75-300 mg/día según
la respuesta, con una posología de inicio de 25 mg, tres veces al día, o 75 mg por la
noche. En el tratamiento de la psicosis se precisa hasta 1 g/día.
En inyección intramuscular profunda la dosis oscila entre 25-50 mg cada 6-8 h. Esta
vía de administración se recomienda para el alivio de los síntomas agudos.
Clotiapina
Está indicada en la esquizofrenia, la psicosis aguda y crónica, la manía y el insomnio
en pacientes psicóticos.
Se utiliza por vía oral, con una posología de inicio de entre 120-160 mg/día repartidos
en varias tomas. La dosis máxima es de 360 mg/día.
Para tratar el insomnio, se utiliza una dosis de 20-60 mg al acostarse. En este caso, la
dosis máxima
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