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EL JUEGO COMO UN RECURSO PARA LA EVALUACION PSICOLÓGICA EN NIÑOS.


Enviado por   •  25 de Julio de 2014  •  Trabajo  •  3.995 Palabras (16 Páginas)  •  471 Visitas

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EL JUEGO COMO UN RECURSO PARA LA EVALUACION PSICOLÓGICA EN NIÑOS.

INTRODUCCIÓN

El objetivo de este trabajo es hacer referencia a la hora de juego como recurso metodológico que se emplea dentro del proceso de evaluación psicológica (EP) de niños pequeños. Este tema responde al pedido de alumnos avanzados de la carrera que se desempeñan como practicantes en el Sistema Provincial de Salud (SIPROSA) y por lo tanto se va a hacer referencia de un modo especial a los criterios de interpretación de la hora de juego y a los alcances que la misma puede tener dentro del proceso de evaluación, teniendo en cuenta que dicha técnica surgió en el contexto de las psicoterapia psicoanalítica.

Se concluirá con la presentación de un caso clínico a través del cual se ejemplificarán los conceptos teóricos.

HORA DE JUEGO DIAGNÓSTICA-HORA DE JUEGO TERAPÉUTICA.

La hora de juego diagnóstica (HJD) consiste en una sola sesión (una hora técnica) en la cual se brinda al niño una serie de juguetes y materiales tanto estructurados (escuela americana de Erikson) como inestructurados (escuela inglesa), mientras que la hora de juego terapéutica se puede llevar a cabo en diversas sesiones, según el caso específico lo requiera. A su vez, en la HJD el rol del psicólogo es de observador, no interpreta al niño las secuencias del juego, mientras que en la hora de juego terapéutica la labor del profesional es esencialmente de interpretación.

La HJD es un recurso metodológico que la EP ha tomado del campo del Psicoanálisis, donde es empleada con fines terapéuticos. De ese “traslado” se considera que derivan las limitaciones de su uso en el área de la evaluación que se intentará dejar planteados.

* Doctora en Psicología. Prof. Titular “Teoría y Técnicas de Exploración Psicológica” (Niños).Facultad de Psicología. UNT.

Antes de desarrollar los criterios de análisis y los alcances de la técnica en el marco de un proceso de EP se estima conveniente hacer una síntesis de las principales teorías del juego.

ALGUNAS TEORÍAS DEL JUEGO

Existe una amplia bibliografía con respecto a las teorías del juego (Freud, S. 1973, Klein, 1967, 1971, Freud, A. 1984, 1991, Winnicott 1979, 1981, 1982), por lo que no sería motivo de esta ponencia hacer referencia a todas ellas. Solo se aludirá a conceptos claves que den el marco teórico desde el cual interpretar el juego del niño.

El juego es un modo de expresión de aquel y una actividad que está en la base de la cultura. Si bien ha sido motivo de estudios desde diversas disciplinas, como la Filosofía, que habla de un homo ludens (Huizinga, 1968), desde la psicología interesa poder responder al interrogante de cuáles son los mecanismos psicológicos que impulsan al niño a jugar.

Winnicott (1979, 1981, 1982) destaca que se trata de un fenómeno universal. Se dirá, desde esta perspectiva que si bien el acto de jugar es universal, a qué juega y qué juguetes emplea están fuertemente influenciados por las experiencias socioculturales de cada niño, a lo que se suman las variables propias de la personalidad de cada examinado.

S. Freud (1973) formula la teoría traumática del juego a partir del análisis del juego del carretel de un niño de 18 meses. En dicho juego, el pequeño arroja y recoge un carretel con hilo, lo cual es interpretado como la puesta en escena de la aparición y desaparición de la madre. A través de este proceso el niño renunciaría a la satisfacción de estar siempre unido a la madre y no opondría resistencia a la partida de aquélla. (Reynoso, 1980)

Pareciera que el motivo por el cual el niño convierte en juego un hecho penoso es que le permite asumir un rol activo al repetir el suceso al que se somete pasivamente en la vida real. De acuerdo con esta teoría el pequeño repite en el juego todo aquello que le ha causado una fuerte impresión. Al mismo tiempo experimenta un deseo dominante: ser “grande” y poder realizar lo que es propio del adulto.

A su vez, en ese acto de jugar subyace el mecanismo de identificación con el agresor, lo cual permite que un hecho desagradable se transforme en juego.

Sobre la base del análisis del juego del carretel se dirá que el juego es:

a) una actividad simbólica: por medio del carretel se representa la aparición y desaparición de la madre

b) una actividad sustitutiva: se reemplaza el objeto de amor (la madre) por otro (el juguete, en este caso, el carretel)

c) tiene un carácter "elaborativo" puesto que el niño intenta al jugar dominar la situación temida.

Posteriormente Klein (1967, 1971) dirá que el juego es un tipo de lenguaje, “el niño expresa sus fantasías, sus deseos y sus experiencias de un modo simbólico por medio de juguetes y juegos. Al hacerlo, utiliza los mismos medios de expresión (...) el mismo lenguaje que en los sueños (Klein, 1967). Según esta autora detrás del juego subyace un proceso de descarga de fantasías de masturbación que operan como un continuo impulso a jugar. Este proceso actúa como compulsión de repetición, y constituye el mecanismo fundamental del juego. Las inhibiciones en el juego surgirían de una fuerte represión de las fantasías y con ellas, de toda la vida imaginativa del niño.

Klein agrega que el juego es un puente entre fantasía y realidad que le permite a aquél no sólo vencer una realidad dolorosa sino también dominar miedos ante peligros tanto del mundo externo como del interno. Esto es posible porque desde muy pequeño tiene la capacidad de simbolizar. En tal sentido las bases del juego están en la posibilidad de sustituir un objeto originario (en el juego del carretel sería la madre) cuya pérdida teme el niño, por otros más numerosos y reemplazables. Se produce, de este modo, una distribución de afectos en múltiples objetos, tanto como la elaboración del sentimiento de pérdida a través de la experiencia de pérdida y recuperación.

En la Argentina, es Aberastury (1962, 1968) quien -habiéndose formado en la escuela inglesa- realiza importantes desarrollos y lleva a cabo aplicaciones clínicas de la hora de juego.

Desde otra perspectiva, A. Freud (1984, 1991) conceptualiza el juego dentro de lo que denominó “líneas del desarrollo”. Señala que el niño progresa “desde el cuerpo hacia los juguetes y desde el juego hacia el trabajo” . De este modo el juego comenzaría como una actividad en relación con el propio cuerpo que produce placer al niño, por ejemplo tocarse la boca, los dedos, la piel, acción que luego hace extensiva a la madre. Posteriormente el interés se desplaza a una sustancia suave como el pañal o la almohada. Más tarde, estos elementos que operan como juguetes van desapareciendo como centros de

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