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EMOCIONES Y SUS DIMENSIONES


Enviado por   •  3 de Marzo de 2013  •  4.147 Palabras (17 Páginas)  •  543 Visitas

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Una manera simple de presentar la emoción nos llevaría a decir que son experiencias psicobiológicas que intervienen en el modo de afrontamiento de ciertos estímulos internos o externos. De hecho, todos podemos reconocernos en la primera parte de la frase anterior. Todos tenemos el recuerdo de haber sentido o experimentado una emoción en distintos momentos. Aunque sentimientos y emoción no sea lo mismo, somos capaces de identificar aspectos psicológicos de una emoción (la tristeza) acompañados de manifestaciones biológicas (como las lágrimas, por ejemplo).

La segunda parte de la primera frase apunta a que las emociones desempeñan un papel, contribuyen en distinto grado a definir unas pautas de conducta ante diferentes entornos internos o externos. Son en este sentido protagonistas de nuestro comportamiento, intervienen en aspectos importantes del mismo y contribuyen a nuestra toma de decisiones. De hecho, durante los últimos años, se ha producido un auge de la consideración de la importancia de las emociones en nuestros actos. De ahí el auge del calificativo emocional: no existen solamente emociones, sino que las emociones están en todo, existe inteligencia emocional, comunicación emocional, enseñanza emocional,…

De hecho, la facilidad para reconocer las emociones se debe a su carácter multidimensional, a que presentan múltiples facetas. Las emociones incorporan experiencias subjetivas con manifestaciones fisiológicas o biológicas. Pero también, cuenta con una funcionalidad, un propósito, y una clara dimensión social.

• El hecho que las emociones nos hagan sentir bien alegría o irritación, por ejemplo, muestra que cuentan con un contenido de sentimientos subjetivos.

• Intuimos que alguien tiene emociones o se encuentra en determinado estado emocional porque observamos que está llorando o porque su cuerpo adquiere determinada postura para adaptarse a la situación. Esto es, reconocemos en las emociones un conjunto de reacciones biológicas. Si realizásemos un análisis clínico comprobaríamos la amplitud de estas reacciones fisiológicas, en términos hormonales, por ejemplo.

• Asimismo, las emociones, al ser mecanismos de afrontamiento o participar de modo significativos en ello, cuentan con un propósito o una funcionalidad. Determinadas emociones, como la ira, nos guían, propulsan o favorecen la realización de un conjunto de acciones que de otro modo no llevaríamos a cabo o lo haríamos como menos dinamismo, estusiamos y perseverancia.

• Por último, en muchas ocasiones no podemos esconder nuestras emociones, estas se comunican a nuestro entorno. De modo que son fenómenos sociales que cumplen una función comunicativa.

Como mecanismo comunicativo, la emoción no solamente se dirige a los demás o a nuestro entorno. También nos proporciona información a nosotros mismos. Las emociones sirven de sistema de lectura de la situación actual para indicarnos cuán bien o mal están produciéndose los acontecimientos. La alegría no impulsa a continuar hacia la meta que nos hemos propuesto y hacia la inclusión social; en cambio, la aflicción no transmite un sentimiento de fracaso, de pérdida o de equivoco. Interpretamos nuestro entorno inmediato y futuro a la luz de las emociones que nos invaden; y, a partir de ello, seguimos con nuestros planes porque “sabemos” o “sentimos una saber” de que estamos en el buen camino, o por el contrario, modificamos nuestras decisiones porque “concluimos” a partir de las emociones que estamos en un callejón sin salida.

De este modo, se traza una relación entre motivación y emoción. Además, esta relación se extiende al vigor que las emociones aportan a nuestro comportamiento al movilizar recursos biológicos y psicológicos para alcanzar el logro o el fracaso. Nuestras emociones pueden fortificar nuestras intenciones y dotarlas de un impulso continuado. Pero también pueden conducirnos a un sentimiento de incapacidad adquirida que nos paraliza y nos conduce al abandono y a renunciar a cualquier acción o pretensión de mejora. Nuestra experiencia emocional nos lleva a concluir que no podemos hacer nada para cambiar la situación.

Llegados a este extremos, podemos preguntarnos si es posible hacer algo con nuestras emociones para que nos fortifiquen y nos favorezcan el logro de nuestros propósitos y nuestro bienestar, al tiempo que adquiramos la destreza de reducir al máximo el sentimiento de incapacidad adquirida. Para responder a ello, requerimos valorar, en una próxima entrada, cómo se originan las emociones.

DIMENSIONES EMOCIONALES DE LA PERSONALIDAD

ANÁLISIS DE LAS EMOCIONES

Durante los últimos años, la emoción se ha convertido en un campo importante al que se le está dotando de un cuerpo de teoría y al mismo tiempo de una conjunto de datos experimentales.

Preguntándonos qué hay que entender por emoción, se ha producido un debate que se p uede resumir en un doble punto de vista: aristotélico y el jamesiano.

• aristotélico: suponía una concepción de emoción como una forma de concebir una determinada situación dominada por un deseo de venganza

• jamesiano: establecía que la emoción es una reacción fisiológica y su acompañante sensorial que es el sentimiento

Estas dos posiciones comparten la observación de que la agitación física y mental, con frecuencia o bien casi siempre se acompaña de experiencias emocionales. En ese sentido la emoción es entendida primaria y exclusivamente como un sentimiento que nos ocurre, que pude durar un determinado período de tiempo y que puede tener una localización corporal específica.

Sin embargo, estas dos posiciones que podían entenderse como Teorías Sensación y Teorías Fisiológicas, se distinguen en que las primeras (T.S.) sólo están interesadas en psicología de la emoción, es decir, cómo personas experimentan sus emociones, mientras que las segundas (T.F.) están interesadas en esa cuestión sólo secundariamente poque buscan las bases fisiológicas de la experiencia emocional. Mientras ese doble conceptualización clásica que colocan a la experiancia subjetiva en componente central de la emoción, hay otros planteamientos que tienen que ver con: Conductismo, Filosofía y Cognitivismo.

Los conductistas rehuyen la idea de que la conducta expresa algún fenómeno emocional interno o privado y apunta que la conducta y la disposición a comportarse constituyen realmente la emoción misma. Es por tanto la conducta observable y no la experiencia privada lo que constituye lo principal.

Otras concepciones se han centrado sobre los aspectos valorativos de las emociones, procede de concepciones filosóficas. Algunos teóricos de las

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