ENSAYO: EL JARDÍN DE NIÑOS COMO ESPACIO DE SOCIALIZACIÓN Y DE CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD PERSONAL

EL JARDIN DE NIÑOS COMO ESPACIO DE SOCIALIZACIÓN Y DE CONSTITUCIÓN DE LA IDENTIDAD PERSONAL

El jardín de niños se puede considerar en muchos casos el primer espacio socializador en el que los preescolares pueden interactuar unos con otros, es en este lugar donde se pueden implementar reglas y normas que ayuden a mediar dicha interacción. Partiendo de este conocimiento el presente ensayo está dirigido a mostrar en un primer momento la diversidad de reacciones que surgen con el ingreso de los niños al preescolar, reflexionando acerca de la influencia positiva o negativa en la que se pueden convertir sus padres así como el papel que desempeña la educadora en la adaptación a la vida escolar.

Por otro lado es conveniente analizar los retos y cambios a los que se enfrenta el niño cuando se incorpora al preescolar ya que se advierten diferentes roles que se deberán tomar en relación con la maestra y los compañeros que se encontrara dentro de este espacio y que serán su principal fuente de interacciones por lo que resulta importante resaltar el trabajo que se realiza implementando normas y reglas en el jardín aspecto que el niño tendrá que aprender a sobrellevar por lo que se tiene que analizar cómo evoluciona el proceso de aceptación e interiorización en los alumnos para indagar en las estrategias que se pueden utilizar al momento de estar frente a grupo.

También se reflexionará acerca la estructuración de la identidad personal, analizando las conductas prosociales, pasivas y reactivo agresivas de los niños identificando el desarrollo de estas y la influencia de los factores externos al niño para su adquisición.

Antes de hablar meramente del proceso de adaptación por el que pasan los niños es esencial rescatar las reacciones que surgen ante dicho proceso empezando por los niños, seguido de los padres y por último las de la educadora.

Es de conocimiento que los niños pueden reaccionar de forma diferente al concebir la entrada al preescolar. Algunos se pueden mostrar totalmente en lágrimas enojados o enfadados, esto debido a que se creen abandonados por sus padres otros aunque sin llanto si se les percibe temerosos y desconcertados. Algunos más se pueden mostrar serios, callados y actuar de la manera más normal aunque se puede afirmar que sienten angustia tal vez debido a que desconocen lo que sucederá en el jardín. Aunque puede ser el caso de que el niño se sienta alegre y confiado gracias a que les gusta mucho la idea de encontrarse en un espacio en el que encontraran nuevos amigos (Balaban, 2000). Dentro de estas reacciones los padres tienen gran influencia ya que es la familia quien primeramente proporciona al niño referentes de seguridad y cariño aunque en ocasiones son ellos mismos quienes transmiten inseguridad a los niños ya que también resienten mucho la separación que se está viviendo y lo que siente el niño está ligado directamente con lo que sienten sus padres (Balaban, 2000).

En este mar de sentimientos, conductas y reacciones la educadora se muestra tranquila, aunque interesada por brindar al niño confianza y que su adaptación a la escuela. Tanto ella como los padres pueden hacer que el niño conciba a la institución como un espacio positivo donde podrá interactuar con otros niños y compartir infinidad de experiencias. En concreto el que el niño se pueda relacionar con todo el grupo, hable de sus experiencias y este acondicionado al aula y la escuela son signos de que el niño está adaptándose cada vez más al preescolar.

Me parece importante señalar que si el niño no puede adaptarse totalmente a la escuela puede presentar secuelas y alteraciones de tipo somático, psíquico y en lo afectivo y social.

Tomando un sentido distinto es tiempo de reflexionar acerca de un tema que se torna preponderante a la hora de la convivencia escolar, y este habla sobre la interiorización de normas y reglas necesarias para la convivencia escolar. Estas normas son adquiridas principalmente por medio del adulto ya que este funge como guía y modelo de conducta y lo hace también al hacerle asimilar las normas morales que llegan a regular la conducta del niño, así el niño con la actividad diaria procura seguir las reglas no solo sigue al adulto (Mújina, 1990).

Aunque también los coetáneos influyen en el niño al interrelacionarse con él en un marco impreso de reglas necesarias para que exista dicha interacción como lo menciona Mújina (1990) es con el contacto que tiene el niño con sus pares que aprende a comportarse en colectividad. Dentro de esta sociedad infantil el niño tiene que poner en práctica normas y reglas aprendidas en gran variedad de situaciones ya sea de juego o dentro del aula escolar. Muchas veces el niño tiene que adaptarse a los demás y renunciar de esta manera a sus propios decesos para conseguir un fin en común con sus compañeros (Mújina, 1990).

Aunado a esta descripción conviene reflexionar acerca de las estrategias a utilizar para trabajo que se puede realizar con los niños, y en realidad creo indispensable utilizar el juego como estrategia única para mejorar los procesos de adquisición e interiorización de las reglas en los niños ya que es por medio de este que los niños pueden comprender mejor el propósito que lleva tener una convivencia bajo reglas morales y sociales en el jardín.

Bajo estas descripciones el indagar sobre la identidad personal que adquiere el niño en esta etapa parece imprescindible. Existen muchas características que difieren

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