Educación De Adultos
Enviado por miri7 • 8 de Noviembre de 2011 • 2.263 Palabras (10 Páginas) • 594 Visitas
LA EDUCACIÓN DE ADULTOS DEL SIGLO XXI.
UN SISTEMA EDUCATIVO PARA CREAR CAPITAL HUMANO.
Hace casi 12 años que vine a El Salvador por primera vez, acompañado
de dos personas que tuvieron un significado muy importante para la
Educación de Adultos de El Salvador y también para mi futuro
profesional. Sin ellos yo no estaría acá, y es por eso que quiero
comenzar mis palabras rindiendo homenaje a Jorge Cavodeassi, quien
fue Director General de Programación de la OEI entre 1990 y 1997, y
María José García-Sípido, Directora de Programas de la OEI. Ambos
fueron los impulsores del Programa de Alfabetización y Educación
Básica de Adultos de El Salvador (PAEBA) tras los Acuerdos de Paz, y
probablemente muchos de los facilitadores, promotores y técnicos del
Ministerio de Educación les recordarán. Usted, querida ministra Darling
Meza, sin duda les recuerda. Ambos fallecieron víctimas del cáncer,
Jorge en 1997 y María José en 2006.
En este recorrido de educarnos para toda la vida tenemos que
enfrentar situaciones difíciles. Unas son reversibles, otras no. De
momento, el cáncer es una enfermedad que, a pesar de bajas
cercanas como la de Jorge y María José, tiene historias de éxito, se
puede combatir. El analfabetismo es otra lacra con la que nos
enfrentamos en la vida, pero ésta sí es un estado reversible. He venido a
comentar y compartir con ustedes experiencias y pensamientos, poner
sobre la mesa experiencias propias y ajenas y ver cómo podemos
mejorar la situación de la Educación de Personas Adultas en El Salvador
y, por qué no, en toda nuestra región Centroamericana.
Me interesa especialmente la vinculación entre educación y pobreza, la
vinculación de la educación de personas adultas con la formación
profesional, con la inserción laboral y la orientación profesional, la
existencia de un sistema educativo que genere capital, pero capital
humano, y la coordinación entre instituciones. Parece mentira, pero
muchas veces no son recursos materiales lo que precisamos, sino
recursos humanos calificados que sepan coordinarse y
complementarse. Pero comencemos con el pecado original: la
pobreza.
Introducción. Algunas claves sobre el mercado laboral.
El mercado laboral del siglo XXI presenta un panorama desalentador
para los jóvenes, según el informe1 de OIT en el que se basa esta parte
de mi presentación, en la que se hace una reflexión sobre la situación del mercado laboral y la falta de pertinencia de la oferta formativa y educativa que se brinda a los jóvenes para revertir esta situación, en la que más de la mitad de la población juvenil del planeta vive en situación de pobreza.
El mercado laboral del siglo XXI demanda ciudadanos que tengan unas
competencias que no están ofreciendo la mayoría de los sistemas
educativos y formativos. Uno de los problemas fundamentales el que la
mayoría de los profesores, formadores y docentes en general
adquirieron sus competencias, certificaciones y titulaciones de
formación inicial en el siglo XX, y tanto los sistemas educativos como las
instituciones de educación superior no ofrecen un verdadero
aprendizaje para toda la vida. Aparece como una necesidad de
debate el tema de la caducidad de los títulos y la actualización
permanente de docentes y profesionales titulados que requieren estar al
día para ejercer sus tareas profesionales de manera pertinente,
moderna y contextualizada.
En el informe de OIT antes reseñado, llamado El empleo de los jóvenes:
vías para acceder a un trabajo decente, se describe cómo están el
empleo y el desempleo juvenil, la calidad del trabajo juvenil, la
participación juvenil en la fuerza de trabajo y las perspectivas de futuro;
sobre estas bases, haremos una reflexión final sobre los costos que
conlleva enfrentar este desafío frente a los costos de no afrontarlo.
Tras destacar las principales conclusiones de dicho informe de OIT,
relacionaré la falta de planificación e inversión a largo plazo en
educación, formación e investigación con los niveles de pobreza que
enfrentan los jóvenes en todo el mundo. Voy a enumerar, sin carácter
excluyente ni exhaustivo, algunas competencias básicas que deberían
estar obteniendo los jóvenes al finalizar su etapa de escolarización
obligatoria y que la mayoría de la población desconoce. La no
adquisición de esas competencias es el germen de la nueva brecha
que viene a tomar el relevo de la que existía en el siglo XX entre
población letrada y analfabeta. En el siglo XXI para acceder a un
empleo decente ya no basta con saber leer y escribir, ahora se
requieren otras competencias que, ante su ausencia, abren otras
brechas, como la tecnológica, la comunicativa y otras.
Ante la falta de respuestas y de coordinación interinstitucional por parte
de muchas administraciones públicas, que en ocasiones no son
capaces de entender qué consecuencias trae no afrontar este desafío
de reducir ese 60% de jóvenes pobres en todo el mundo, y como
paliativo de la ausencia de reformas estructurales que planifiquen a
largo plazo, plantearé la necesidad de aprovechar la autonomía de los
centros educativos y formativos para innovar en la escuela.
He de subrayar que la globalización afecta también al mundo laboral,
al igual que afecta a otros sectores de la sociedad del siglo XXI, que es
la sociedad de la información y la comunicación. La globalización,
como realidad del mundo laboral, se traduce en dos efectos inmediatos
que contrastan enormemente con la idea de puesto de trabajo que se
tenía en el siglo pasado y la que se tiene en la actualidad: la necesidad
de que los individuos estén preparados para la movilidad geográfica y
la movilidad funcional. Se acabó la era del puesto de trabajo de por
vida. El mercado laboral requiere que los individuos compitan y ganen
día a día su puesto, exigiendo una formación inicial más adecuada y
una formación permanente de jóvenes y adultos que responda
ágilmente a las demandas del mercado, incidiendo en el uso de las
tecnologías de la comunicación (TIC) como elementos fundamentales
de la formación inicial, permanente, de la capacitación profesional y
de la actualización
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