Educacion Para Adultos

EDUCACIÓN DE ADULTOS

En un principio, es importante subrayar que la educación de adultos difiere de la educación de los jóvenes y los niños. Brookfield (1993) define la educación de adultos como el desarrollo en los adultos de un sentido de poder personal y autovaloración que se da por medio de la reflexión crítica.

Para Bender (2000), la educación de adultos en términos generales se refiere a la incorporación de nueva información a los valores, creencias y conductas de los adultos.

Esta publicación se fundamentó en tres tareas:

1. Identificar los límites de la educación de adultos como un campo en los estudios profesionales.

Para el autor, los adultos están motivados para aprender cuando sus necesidades, experiencia e intereses son satisfechos por el aprendizaje, el cual deberá estar centrado en situaciones de la vida cotidiana. Además, Linderman considera a la experiencia como el recurso más bajo más rico en el aprendizaje adulto, pues los adultos tienen gran necesidad para el aprendizaje autodirigido. Aquí los aprendices adultos deben motivarse para poder iniciar la nueva situación de aprendizaje.

2. Aprendizaje. Abarca la situación actual de aprendizaje. 2. Su experiencia en la vida es un recurso para aprendizajes futuros.

Estas ideas versan sobre:

• La necesidad de aprender. Los adultos tienen el autoconcepto de ser responsables por sus decisiones y sus vidas.

Los adultos se involucran en las actividades de aprendizaje trayendo una gran cantidad de experiencia. • La orientación hacia el aprendizaje. El legado de Knowls al entendimiento de la educación en el adulto es innegable. Por su parte, la teoría humanista, la cual se puede ver plasmada en los supuestos subyacentes en los distintos modelos sobre aprendizaje autodirigido y educación para adultos, está representada por Carl Rogers (1983). Tales puntos de convergencia dejan entrever la fundamentación teórica que la educación de adultos ha tenido desde sus orígenes.

En definitiva, la teoría sirve a los fines de la educación de adultos. La teoría plantea acciones que hacen los adultos. Las suposiciones en que se basa son:

1. El aprendizaje en un mundo tan cambiante debe ser un proceso para toda la vida.

2. El aprendizaje es un proceso de búsqueda continua. 3. El propósito de la educación es facilitar el desarrollo de las competencias requeridas para el desempeño de la persona en las distintas situaciones de la vida.

Este aspecto de la experiencia, como se ha venido mencionando, es clave en la educación de adultos. 2. Competencias de aprendizaje previo. Traen al programa: cierto nivel de experiencia, conocimiento y habilidades. 3. Necesidades. Especifican qué es y qué debería ser. 4. Objetivos.

ALGO DE HISTORIA

La educación de adultos no es una invención reciente. Tampoco es la educación de adultos una preocupación específicamente latinoamericana o del Tercer Mundo: podemos encontrar esa preocupación en muchos otros países, relacionada con diversos tipos de problemas, aspiraciones y luchas sociales. Aunque la educación de adultos en estos países haya seguido patrones más bien lejanos a los nuestros, es importante destacar esta relación entre el desarrollo de la educación de adultos y las luchas sociales, como un elemento que tal vez nos preocupa a todos.

Los “expertos” internacionales consultados para el caso señalaron el bajísimo nivel de educación (escolar) como un obstáculo esencial por superar. Y aunque los mayores esfuerzos se centraron en el incremento cuantitativo de los sistemas escolares para niños y jóvenes, también la educación de adultos empezó a ser objeto de atención cada vez más importante. Es decir, la educación empezó a concebirse cada vez más como la solución a los problemas del desarrollo.

La idea del desarrollo de la comunidad significa un avance importante: en ella la educación no se concibe ya como una acción circunscrita a su propio campo (la enseñanza y el aprendizaje) sino que se le da un enfoque más amplio como parte de programas integrados de acción social En el terreno especifico de los adultos, la educación no tenía ya el papel puramente compensatorio de ofrecerles un sustituto de la escuela a la que no habían podido asistir “a tiempo”, sino que se ligaba, en sus contenidos y métodos, con programas específicos de desarrollo económico y social, ubicados en grupos y comunidades. En este sentido, la educación sería un motor directo de ciertos desarrollos específicos. El empleo más amplio de esquemas no formales de educación no pudo exhibir todas sus posibilidades, restringido como estaba por una visión estrecha e inadecuada acerca de los problemas del desarrollo, y por una idea de educación todavía exclusivamente vertical.

La propuesta ha circulado bajo el nombre de “educación funcional”, en el que funcional se refiere al carácter de instrumento amplio de intervención social que se asigne a la educación. A estos tropiezos, que podemos calificar como de principio, la educación popular ha añadido otros problemas de orden práctico. En efecto, las propuestas y análisis de la educación popular son difícilmente rechazables para un entendimiento medianamente objetivo. Incluso la propuesta de la educación funcional, que ya reseñamos, utiliza ampliamente este procedimiento. A pesar de ello, se siguen produciendo desarrollos significativos dentro de la auténtica educación popular, y su práctica avanza constantemente. La educación popular, además, no se ha circunscrito al ámbito de la educación de adultos: su visión se extiende a las áreas de la educación infantil y juvenil. Han surgido, por ejemplo, nuevas formas populares de ejercer la educación materno-infantil o de atender a la educación ‘básica” de los niños de culturas indígenas. Los problemas a los que esto da lugar son varios. En todo caso, sin embargo, son un conjunto rico de experiencias, de signo posiblemente ambiguo en ocasiones pero ilustrativas de la realidad concreta de la educación de adultos.

ALFABETIZACIÓN Y EDUCACIÓN BÁSICA DE ADULTOS

Aunque las actividades no formales que se realizan en las escuelas dan prioridad a los problemas vinculados con la par de la comunidad y la acción comunitaria, o a la capacitación técnicovocacional, la característica propia de la educación formal es que se realiza fuera de las escuelas y se dirige a jóvenes y adultos que no han tenido acceso a ellas o han recibido una educación deficiente. En este capítulo nos referiremos a una sola categoría de los esfuerzos de educación no formal: la que se dirige fundamentalmente a los adultos y nos describiremos los programas

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