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El psicoanálisis de Sigmund Freud.

JOaha31Documentos de Investigación9 de Marzo de 2016

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La perspectiva psicodinámica. Del psicoanálisis freudiano a los teóricos egosociales.

El psicoanálisis de Sigmund Freud.

A diferencia del movimiento conductista en psicología, el cual surge en un ambiente de experimentación y laboratorio, el psicoanálisis clásico desarrollado por Sigmund Freud (1856-1939), tiene sus orígenes en el campo de la psicoterapia. Esto hace que desde sus inicios, esta corriente psicológica se oriente al estudio de la subjetividad humana, con énfasis en las irregularidades o trastornos del desarrollo psicológico.

El psicoanálisis constituye la representación más clásica de la orientación o perspectiva psicodinámica de la personalidad El término “psicodinámico” expresa la idea de la personalidad como un conjunto de procesos en movimiento permanente, ya sea de forma armónica o en oposición, y del que surgen fuerzas que pueden ser canalizadas, modificadas o liberadas. El hombre se encuentra en constante conflicto consigo mismo y con la sociedad apareciendo la vida mental como la interacción de fuerzas apremiantes: Ello, Superyo y Yo.

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Alrededor de esta idea central, se perfilan los supuestos teóricos básicos que caracterizan este enfoque40. Ellos son:

- Propuesta de una estructura de la personalidad integrada por instancias esencialmente contradictorias.

- Papel concedido al inconsciente en la regulación de la conducta.

- Énfasis en la motivación como médula del comportamiento humano.

- Noción de las defensas como un aspecto importante del funcionamiento humano.

- Función del yo en la búsqueda y establecimiento del equilibrio psíquico y la integración sistémica.

- Teoría sobre el desarrollo psicosexual de la personalidad.

- Énfasis en el método clínico y en el caso individual.

Para Freud, el psiquismo humano es una derivación de las funciones fisiológicas, lo que expresa el carácter biologicista de esta perspectiva psicológica, que concibe como fuente esencial del desarrollo psíquico a la libido o energía inconsciente, de naturaleza sexual. Sobre esta base, Freud aporta una concepción teórica acerca de la estructura y el funcionamiento de la psiquis, que marca los inicios del enfoque dinámico en psicología, al romper definitivamente con las concepciones metafísicas y positivistas que le anteceden.

El funcionamiento psicológico es el resultante de las contradicciones que al interior de la personalidad se establecen entre los impulsos instintivos, representados por el ELLO, y las normas y valores éticos que provienen del medio ambiente cultural y que conforman el SUPERYO. Esta dinámica interna, esencialmente contradictoria y singular, es regulada

40 Fernández, L. Pensando en la Personalidad. Editorial Félix Varela, La Habana, 2003.

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por el Yo o instancia consciente, que intenta controlar, proteger y conducir a la personalidad por el camino del equilibrio y la armonía psicológica. Así, Freud describe la acción de principios reguladores del funcionamiento psíquico, como son por ejemplo, los principios de vida, realidad o muerte, y de mecanismos defensa que intervienen y ayudan a comprender cómo transcurre esta dinámica reguladora de la personalidad41.

El método propuesto por el psicoanálisis se basa en el estudio del mundo inconsciente, a través de la introspección y por medio de recursos como la interpretación de los sueños, la técnica de asociaciones libres, los test proyectivos, etc. Freud abandonó la hipnosis, sustituyéndola por un nuevo procedimiento, la asociación libre, que consiste en pedir a los pacientes que hablaran en la consulta, previamente relajados, de todo lo que les viniera a la mente: recuerdos, sueños, preocupaciones. De esta manera Freud se aleja de la psicología objetiva tan defendida por los conductistas, para privilegiar el enfoque hermenéutico en el estudio de la subjetividad humana.

Justamente, es el método freudiano la fuente fundamental de la crítica a su teoría considerada especulativa, poco científica y objetiva. Pero a pesar de la crítica, el psicoanálisis no ha quedado en la historia de la psicología como un antecedente más. Esta escuela ha evolucionado con fuerza hasta nuestros días, de modo que hoy podemos hablar de una gran diversidad de tendencias psicoanalíticas que sustentan la práctica psicoterapéutica, educativa y social comunitaria en diferentes regiones del mundo.

Los teóricos egosociales.

41 Carver-Scheler. Teorías de la Personalidad. Pág. 195. McGraw – Hill Interamericana de México, S. A. de C. V., México, 1989.

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El modelo psicodinámico de la personalidad se extiende más allá del psicoanálisis freudiano. La llamada teoría neoanalítica42 o enfoque de los egosociales, presenta una perspectiva mucho más abierta y flexible del psicoanálisis clásico, al desplazar el interés hacia los problemas del Yo, concediendo un mayor peso a lo cultural y a lo social en el estudio y comprensión de la subjetividad humana. Autores como Carl Jung, Alfred Adler, Karen Horney, Eric Ericsson, entre otros, dieron continuidad al enfoque psicoanalítico, desde una perspectiva renovadora, que marca los inicios de la diversificación del psicoanálisis en variedad de enfoques y tendencias, tal y como se presenta esta escuela en la actualidad.

Los teóricos psicosociales se separan del psicoanálisis clásico, en la medida que consideran que Freud no había dado suficiente importancia al Yo y a sus funciones como entidad autónoma en la adaptación al entorno de vida social. De este modo, se abre las puertas a la psicología del “sí mismo” (self), acuñándose nuevos conceptos y enfoques importantes como la “identidad del yo”, la “competencia”, la “existencia”, la “experiencia”, las “crisis”, etc., destacándose el papel de lo social y lo cultural en la adaptación y el desarrollo de la personalidad. El énfasis en la evaluación se desplaza hacia la información relativa al yo y su funcionamiento. Asimismo, la práctica terapéutica difiere del análisis clásico, pues presta mayor atención a los problemas que el individuo experimenta y refiere en el “aquí y ahora”.

El interés por las relaciones que establece el yo en el contexto de la vida social, se expresa con claridad en psicología individual de Alfred Adler43, quien desarrolla la

42 Carver-Scheler. Teorías de la Personalidad. Pág. 263-292. McGraw – Hill Interamericana de México, S. A. de C. V., México, 1989

43 Alfred Adler (1870-1937), psicólogo y psiquiatra austriaco, nacido en Viena, discípulo de Sigmund Freud. En 1911 Adler abandonó la escuela psicoanalista ortodoxa para fundar una escuela neofreudiana de psicoanálisis. Después de 1926, fue profesor

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categoría interés social para referirse a la necesidad de vivir en armonía con los demás. Según Adler, los seres humanos luchan continuamente por compensar la inferioridad natural de la especie. Esta es la base de la motivación por aprender y conquistar la seguridad requerida, pero requiere el despliegue de la capacidad innata para fomentar relaciones sociales, como condición básica para alcanzar la plenitud. En torno a este presupuesto, Adler desarrolla su teoría sobre la adaptación y los estilos de vida en el desarrollo de la personalidad, en el contexto de la cual ocupan un lugar central los mecanismos compensatorios de la inferioridad, que funcionan en la lucha por la superioridad o en la búsqueda de la perfección del sí mismo. De este modo, explica los caminos diversos de acceso a la neurosis o a la individualización, entendida esta última como madurez, realización, funcionamiento óptimo y saludable de la personalidad.

De modo semejante, karen Horney44 incorpora una perspectiva psicosocial en su concepción sobre la ansiedad básica o inseguridad proveniente del aislamiento social y el abandono de los padres durante la niñez. Esta ansiedad puede ser compensada, al ser criado el niño en un hogar donde exista confianza, amor, calidez y tolerancia. La autora concede así a las relaciones sociales un papel significativo, a modo de estrategias de afrontamiento, en la satisfacción de las necesidades de afecto del Yo.

invitado de la Universidad de Columbia, trasladándose definitivamente a los Estados Unidos en 1935.

44 Karen Horney (1885-1952), psiquiatra nacida en Hamburgo y educada en las universidades de Friburgo y Berlín. Fue profesora del Instituto de Psicoanálisis de Berlín 1920 a 1932, directora asociada del Instituto de Psicoanálisis de Chicago, profesora del Instituto de Psicoanálisis de Nueva York, decana del Instituto Estadounidense de Psicoanálisis, profesora del Medical College de Nueva York. Fundó una escuela de psicoanálisis neofreudiana.

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Otro ejemplo importante lo encontramos en la teoría de Erikson45, en cuyo centro aparece la identidad del yo, concebida como aquella noción o representación consciente que el individuo tiene de sí mismo, la que se deriva de las interacciones con la realidad social. Para Ericsson, el desarrollo de la personalidad es una secuencia de períodos del desarrollo identitario, en los que la maduración del ego se produce en la medida en que el sujeto se enfrenta a diversas crisis psicosociales o conflictos. Estos conflictos, que mueven al desarrollo psicológico durante toda la vida, no son sexuales, sino el resultado de la confrontación entre otras necesidades y las limitaciones que impone la cultura para satisfacerlas. En la medida en que aumenta la importancia del yo en la personalidad, el sujeto alcanza más control de sí mismo y de las circunstancias46.

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