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Emociones


Enviado por   •  17 de Marzo de 2014  •  10.508 Palabras (43 Páginas)  •  243 Visitas

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2º INTELIGENCIA EMOCIONAL: COMPETENCIAS EMOCIONALES INTRAPERSONALES E INTERPERSONALES

Santo Domingo de la Calzada, 5,6 y 7 de Julio Ponente: Begoña Ibarrola López de Davalillo

2.1.INTELIGENCIA EMOCIONAL:

“Un tipo de Inteligencia social que comprende la habilidad de supervisar y entender las emociones propias así como las de los demás, discriminar entre ellas y utilizar esta información para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones “.

(Salovey y Mayer, 1990)

“Capacidad de establecer contacto con los propios sentimientos, discernir entre ellos y aprovechar este conocimiento para orientar nuestra conducta, y la capacidad de discernir y responder adecuadamente a los estados de ánimo, temperamento, motivaciones y deseos de los demás.”

(Góleman, 1995)

La Inteligencia Emocional es un concepto relativamente nuevo que introdujeron Peter Salovey y John Mayer en 1990. Estos psicólogos, formaban parte de la corriente crítica contra el concepto tradicional que consideraba la inteligencia sólo desde el punto de vista lógico-matemático o lingüístico. Ellos definieron la Inteligencia emocional como aquella que comprende la habilidad de supervisar y entender las emociones propias así como las de los demás, discriminar entre ellas y utilizar esta información para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones “.

Sin embargo ha sido un periodista y divulgador científico, Daniel Góleman el responsable de popularizar este concepto en su libro “La Inteligencia Emocional” y lo define como “la capacidad de establecer contacto con los propios sentimientos, discernir entre ellos y aprovechar este conocimiento para orientar nuestra conducta, y la capacidad de discernir y responder adecuadamente a los estados de ánimo, temperamento, motivaciones y deseos de los demás.”

La educación tradicionalmente se ha centrado en el desarrollo cognitivo y en la regulación conductual, olvidando casi de forma generalizada la dimensión emocional de todo ser humano. Ello ha pesar de que hay acuerdo en que la educación debe orientarse al pleno desarrollo de la personalidad del alumnado.

Los currículos tradicionales en el mundo de la enseñanza se basan sobre todo en el aprendizaje de habilidades académicas, -lenguaje, cálculo matemático, información sobre el medio social-, y dejan de lado otros aspectos de la inteligencia como son la imaginación, la sensibilidad, la creatividad, el autoconocimiento, el control emocional, la resolución de conflictos, el optimismo, etc.

Pero ha sido en estos últimos años, cuando los educadores, psicólogos y pedagogos han constatado que el pleno desarrollo de la inteligencia exige también una dedicación especial a estos aspectos. Incluso se ha podido comprobar experimentalmente que los alumnos que han sido entrenados en estas habilidades obtienen un mejor rendimiento en el mundo académico.

Fruto de esta constatación en numerosos países se han puesto en marcha diferentes Programas de Educación Emocional diseñados con el fin de entrenar y educar a los alumnos en este tipo de habilidades.

En el mundo de las organizaciones se habla a menudo del coeficiente emocional (CE). La existencia de un equivalente emocional al coeficiente intelectual fue apuntada por primera vez por Keith Beasley, miembro de la Asociación mundial que agrupa a las personas intelectualmente superdotadas. El decía:

“En el pasado el hecho de ser emotivo se contemplaba invariablemente como una debilidad, pero ahora empezamos a comprender que solo mediante el reconocimiento y la utilización de la sensibilidad que es inherente a nuestra naturaleza puede la vida alcanzar un significado superior. Sólo a través del desarrollo de la empatía con nuestros semejantes, con la Tierra y con todo lo que nos rodea podremos entender lo que está ocurriendo en la sociedad (....)y así contribuir a encauzarla de nuevo hacia un rumbo positivo y creativo”

Basados en diversos estudios recientes, los expertos creen ahora que el CI, o inteligencia general, no contribuye en más del 25% al éxito global de una persona. La competencia técnica y la preparación contribuye a un 10-20%.Podemos sumar también algunos pocos puntos si contemplamos la suerte o las oportunidades como otros factores que intervienen, pero el elemento clave, el que más peso específico tiene es sin duda el CE, de un 60% a un 70%.

La verdadera I.E. consiste en ser capaz de utilizar adecuadamente la información del centro emocional del cerebro (sistema límbico), y equilibrarla con la información del centro racional del cerebro (neocortex).

Cuando la persona tiene un conocimiento eficaz sobre su inteligencia emocional puede encauzar, dirigir y aplicar sus emociones, permitiendo así que las mismas trabajen a favor, y no en contra de la personalidad. En esta forma las emociones pueden guiar todas las actitudes de nuestra vida hacia pensamientos constructivos, que mejoren en forma absoluta los resultados finales que queremos alcanzar.

Tiene aplicaciones infinitas: en nuestro entorno, en nuestra familia, en el trabajo, etc. Es un precioso instrumento para solucionar desde una situación desagradable con un compañero que trabaja con nosotros, finalizar un trato con un alumno particularmente difícil, hasta resolver en forma definitiva y tranquila las difíciles situaciones familiares que la mayor parte de las personas vive como algo destructivo, cansado y frustrante.

Definitivamente, como dice Goleman, "la buena noticia es que la inteligencia emocional se puede aprender", y que ésta ha pasado a ser, sin lugar a dudas, no solo condicionante para el éxito individual sino también para el progreso tanto de los centros, de las empresas, como de grupos en general y de las comunidades de las que formamos parte.

“Tenemos dos mentes, una que piensa y otra que siente", dice Góleman. Otra manera de entenderlo es que el pensamiento es un proceso con muchas caras. Las emociones son una de las facetas de ese proceso, una parte tan integral del mismo como el pensamiento lógico, lineal y verbal del hemisferio izquierdo. De la misma manera que no pensamos sólo con un único hemisferio, sino que los dos son necesarios, tampoco nos limitamos a procesar la información, además la sentimos.

2.2.LA INTELIGENCIA EMOCIONAL: PRECURSORES

Los fundamentos de la educación emocional y el desarrollo de la inteligencia emocional deben buscarse en las grandes aportaciones de la pedagogía y la psicología., aunque hace ya 2200 años Platón decía: ” La disposición emocional del alumno determina su habilidad de aprender”.

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