Enamoramiento Perspectiva Psicológica Y Neuronal
Enviado por karenboni • 4 de Diciembre de 2013 • 1.981 Palabras (8 Páginas) • 718 Visitas
¿Por qué nos enamoramos?
Muy pocos saben que enamorarse toma exactamente 0.5 segundos. Ese es el tiempo en que el cerebro responde cuando se encuentra "a la persona amada" o bien que es agradable a la vista o inclusive al olfato, el resultado a esto es que se liberan compuestos químicos que afectan todo nuestro organismo.
Esta es la conclusión de un estudio llevado a cabo en Estados Unidos que encontró que el amor más que en el “corazón” es un proceso cerebral.
Según éste mismo estudio, enamorarse puede provocar la misma respuesta eufórica que provocan las drogas en el cerebro, activa varias zonas cerebrales. La investigadora y su equipo analizaron varios estudios llevados a cabo en el pasado sobre la respuesta del cerebro al concepto del amor. Descubrieron que cuando un individuo se enamora, se activan 12 áreas cerebrales que liberan compuestos químicos como dopamina, oxitocina y adrenalina.
No obstante la forma de sentir es diferente en cada persona. Sin duda, explica Escobar (1980) investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas (UNAM), las coincidencias nos hacen mantenernos en una relación sentimental.
El científico asegura que cuando las personas dicen “tenemos química”, tratan de explicar que hay afinidad entre dos sujetos, lo cual activa neurotransmisores y se encuentra en el hipotálamo y es capaz de generar empatía hacia otras personas.
Experimentar emociones, como amor, odio o de otro tipo, requiere la activación de muchas estructuras cerebrales interconectadas ampliamente, las cuales se ven influidas por la carga informativa que el humano acumula por medio de los sentidos.
Explica que hay estudios que hablan de núcleos relacionados con sitios de placer en el cerebro, los cuales se estimulan en una relación; por ejemplo, la dopamina, la cual se sabe que participa directamente. Para contextualizar los datos de los procesos químicos que ocurren en el cerebro, Escobar (2008). Descubrió que la estimulación de la corteza pre frontal, sobre todo en el hemisferio izquierdo, generaba estados emocionales afectivos. Esto se logró porque los pacientes sólo habían recibido anestesia local, pues era requisito que permanecieran totalmente conscientes durante el procedimiento quirúrgico, por lo que fue posible conocer las sensaciones o pensamientos que les provocaba la estimulación.
A este hallazgo exploratorio de una función cerebral específica se sumaron otros de gran interés que confirmaron observaciones clínicas conocidas de antemano; entre ellas, que la corteza pre frontal participa en el surgimiento de emociones de todo tipo, como el amor, asociadas a los patrones de conducta, tanto los considerados normales como los anormales.
Estudios anteriores demostraron que otras estructuras cerebrales también participan en respuestas como la generación y la asignación del valor afectivo a distintas emociones que el ser humano puede experimentar.
En términos generales, todas esas estructuras forman parte de lo que llamamos sistema límbico, conjunto primitivo del cerebro que permite valorar en diversas circunstancias si las condiciones son favorables o negativas para el individuo, las cuales en consecuencia, le producen estados de placer, como el estado del enamoramiento o desagrado.
Las sustancias químicas producidas en el cerebro, conocidas como neurotransmisores, participan activamente en el proceso del amor y en los mecanismos que conllevan al acercamiento sexual entre dos individuos enamorados.
En el tallo cerebral, la dopamina, es decir el neurotransmisor elaborado en una zona denominada área tegmental ventral, se descarga en los núcleos accumbens de los hemisferios cerebrales para producir euforia, bienestar y placer en el amor o en el enamoramiento de pareja, así como en el acto sexual.
Otro neurotransmisor causante en la sensación amorosa es la serotonina o 5-hidroxitriptamina (5HT), responsable del estado melancólico y de la conducta obsesivo-compulsiva, ambos manifiestos durante este proceso emocional.
El hipotálamo fabrica dos hormonas: oxitocina y vasopresina, cuyas funciones regulan la contracción uterina, la expulsión de leche durante el periodo de lactancia y el equilibrio de los líquidos del cuerpo. También participan en los mecanismos del amor, ya que confieren a los individuos el apego tanto hacia la pareja como al bebé en la conducta materna.
Se debe establecer que, además de las estructuras mentales que hacen que nos enamoremos, existe en el amor un componente químico. El estado de enamoramiento está determinado por descargas neuronales, reacciones emocionales y hormonales. Cuando nos encontramos con la persona indicada, el sistema nervioso comienza a enviar mensajes a todas las glándulas del cuerpo, por medio del hipotálamo. Inmediatamente aumenta la producción de adrenalina por intermedio de las glándulas suprarrenales.
Es así como empezamos a sentir numerosos cambios, aumenta la presión arterial, se incrementa la capacidad muscular, liberándose grasas y azúcares, la frecuencia cardiaca comienza a aumentar llegando a 130 pulsaciones por minuto, se mejora el transporte de oxígeno a través de la sangre, ya que hay aumento en la producción de glóbulos rojos. Muchos consideran al amor como una enfermedad, porque provoca en el organismo una reacción tan intensa que se asemeja a otras patologías. Cuando aparece el amor, el sistema nervioso comienza a enviar órdenes a todo el organismo y el intelecto no puede hacer nada, es así como se ven afectados los folículos pilosos, las glándulas sudoríparas y las lagrimales, el músculo intestinal, la vejiga y los genitales.
Hay determinados compuestos químicos que produce el organismo y éstos se combinan entre sí de tal manera que los enamorados no sienten cansancio o sueño cuando están juntas. Científicamente está comprobado que, cuando nos enamoramos en el cerebro se produce una sustancia llamada feniletilamina, que es un compuesto que proviene de las anfetaminas, también el cerebro segrega dopamina, responsable de desear algo y de repetir cualquier acción que nos provoque placer, además de norepinefrina y oxitocina, que maneja el deseo sexual.
La feniletilamina disminuye cuando aparece una desilusión amorosa, y es así que se produce un síndrome de abstinencia, que lleva en muchos casos, al consumo de chocolates que es el alimento más rico en feniletilanina.
Mientras dura el amor, la actividad de esta sustancia permanece en el cerebro durante
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